El día en que Fidel tomó Coca-Cola en viaje a Tomé
Recorrió las calles en auto, tuvo una multitudinaria cita en el Foro, habló con mineros 500 metros bajo tierra y viajó a 120 km/hora a Tomé. Así lo cubrió Crónica.
Desde temprano, camionetas y vehículos abarrotados de gente comenzaban a llegar a Carriel Sur aquel miércoles 17 de noviembre de 1971, a la espera del arribo del mandatario de Cuba, Fidel Castro. Y esa espera se prolongó hasta las 12.35 horas, momento exacto en que la nave de la Aviación cubana que traía al entonces primer ministro se posó sobre la pista del aeropuerto en suelo penquista, ante cerca de 5 mil personas.
De esta forma relataba diario "Crónica" -y ese mismo día, ya que se imprimía por las tardes-, la llegada hace exactamente 45 años del gobernante isleño, fallecido el pasado viernes 25. Fue una de las visitas más esperadas de la época por cientos de seguidores en Conce, una que se prolongó por cerca de 29 horas, dejando una huella en cada lugar por el que pasó.
El medio siguió cada uno de los pasos del isleño en la zona, desde su concurrida aparición ante miles de estudiantes de la Universidad de Concepción en el tradicional Foro; en su conversación con mineros a más de 500 metros de profundidad, en el pique San Carlos de Lota; hasta su alocada carrera hacia Tomé, a más de 120 kilómetros por hora, para alcanzar a cumplir con la agenda programada.
La idea inicial era que Castro estuviera en Conce el día previo, tras su paso por Santiago, Antofagasta e Iquique, pero la comitiva sufrió un retraso y la visita a Conce quedó para el día siguiente, permaneciendo miércoles y jueves en la capital penquista. Los rumores decían que sería en esta ciudad donde más tiempo estaría. "Es muy probable que Castro permanezca en Concepción más tiempo que los dos días fijados primitivamente. Al respecto se dio como antecedente que Castro tiene sumo interés por esta zona, al extremo que podría permanecer en ella por lo menos cuatro días", afirmaba Crónica, lo que finalmente no se concretó, porque Fidel estuvo sus dos días y partió.
horas agitadas
"Llegó Fidel", tituló el vespertino el día de su arribo, añadiendo que "miles y miles de penquistas se volcaron a las calles para darle la bienvenida". Banderas del MIR, de Cuba y chilenas, adornaban calle Paicaví. "Barrio Norte entero se volcó a esa arteria a saludar al líder revolucionario", escribió el diario.
El mismo fervor se vivió después en la Universidad de Concepción, con los estudiantes, y en el Estadio Regional, en un encuentro con trabajadores.
El acercamiento con la gente se produjo en el trayecto desde el aeropuerto hacia la Compañía Aceros del Pacífico, CAP. Y lo hizo en un vehículo descubierto, permitiendo el contacto con sus seguidores entre Conce y Talcahuano.
Castro ni pasaba aún por la comuna puerto, y el entonces alcalde, Ramón Carrasco, lo declaró Hijo Ilustre, en una señal del significado que tenía Fidel para dicha comuna.
Según el programa, el mandatario cubano debía presentarse por la tarde de ese día ante los estudiantes en la UdeC, pero un cambio de última hora dejó dicho encuentro para el día siguiente.
Bajo tierra
El jueves 18 fue el más agitado para el isleño en la zona. Bien temprano se puso un traje minero, un casco con su linterna, y partió al recorrer el "Pique Carlos" en Lota, de lo cual también fue testigo Crónica. "El primer ministro cubano recorrió tres kilómetros hacia el interior de la mina y a unos 500 metros de profundidad", describió el periódico.
Y abajo en la mina no tuvo problemas. De hecho hizo un alto y ofreció la conferencia de prensa más extraña que haya hecho, a medio kilómetro bajo tierra. Luego vino el discurso en Playa Blanca de Lota, para seguir con una de las citas que más expectación generaba en la zona.
con los estudiantes
Dicha cita era su encuentro con los estudiantes de la Universidad de Concepción, donde hasta el tradicional Foro se vio empapelado con carteles y el rostro de Fidel, acompañado de banderas del MIR, de Cuba, y demás banderas rojas alusivas a la causa comunista.
"Por mi parte, yo no voy a pronunciar un discurso. Cuando alguien dice un discurso, en primer lugar, necesita un poquito de tiempo para prepararlo; en segundo lugar, va a decir algo que le interese al que habla. Y en definitiva a mí me interesa hablar de lo que les interese a ustedes", lanzó Fidel, en medio de vítores y gritos de "Viva Fidel" o "La izquierda unida jamás será vencida", entre otros, según señalan las páginas del diario de aquella época.
Y efectivamente no fue un discurso propiamente tal, sino que Castro respondió las preguntas de los universitarios en torno al comunismo, revolución y las juventudes revolucionarias, entre otras temáticas.
Huelga y coca cola
A 120 kilómetros por hora. A esa velocidad fue el deslazamiento de Fidel Castro hacia Tomé, donde se reuniría con los habitantes y trabajadores de las empresas textiles en Plena Plaza de Armas.
La prensa siguió de cerca a la comitiva, en un trayecto en que Castro comenzó a exhibir el cansancio y agotamiento del ajetreo. Aunque lo que más dijo haber sentido fue una sed tremenda.
"Si no me traen agua me declaro en huelga", fue el título que expuso el diario, aludiendo a la frase del cubano en tono de broma. En medio del viaje a Tomé, el gobernante hizo detener la comitiva, y al escuchar la petición, un integrante del equipo de seguridad le ofreció primero unas naranjas. Pero luego llegó un carabinero y le ofreció una Coca Cola. Castro no la pensó dos veces y la tomó entera. "No digan mucho que tomé Coca Cola", dijo entonces, según recoge el vespertino, aludiendo al origen estadounidense de la bebida. Lo bueno es que no hubo protesta. "Se me quitó la sed y terminó mi huelga", dijo.
Las salidas de libreto no podían terminar ahí para el líder cubano, pues a su regreso de Tomé para embarcarse en Carriel Sur rumbo a Puerto Montt, lo hizo de nuevo. En lugar de regresar por tierra, lo hizo en una barcaza, por mar, entre Tomé y Talcahuano, llegando a la Base Naval.
A las 17.30 horas, y ya en el aeropuerto penquista, subió finalmente al avión rumbo al sur, poniendo fin a su mediático paso por Concepción.
500 metros bajo tierra fue su conversa y encuentro con mineros de Pique Carlos en Lota.