Patricia Chavarría: "En Chile hay una gran deuda con el folclor"
Es directora del archivo de Cultura Tradicional de la Corporación Artistas del Acero, lugar donde se encuentra gran parte de su investigación sobre la vida campesina en Chile. En septiembre recibió el premio Margot Loyola.
Le dicen la Violeta Parra penquista debido a su gran habilidad con la guitarra, pero también por su extensa carrera investigativa sobre la cultura campesina de Chile, labor que la llena de orgullo y que fue reconocida en septiembre por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, organismo que le otorgó el premio Margot Loyola.
"Es un tremendo honor. Fue muy emocionante que reconocieran mi trabajo a nivel nacional, porque a mí ya me habían elegido aquí en la región, donde he querido dejar este legado tan lindo", expresa Patricia Chavarría.
Es que ha dedicado más de 50 años de su vida a este trabajo. Por esto, habla con tanta pasión sobre su conocimiento de la vida rural, en especial, sobre su folclor. "El archivo es mi gran proyecto. Aquí están las primeras grabaciones que hice en cinta, tiempo en que arrendaba una grabadora muy pesada, esas que eran a carrete, para realizar mi pega en el campo", cuenta.
- ¿Cómo empezó todo?
"Siempre digo que este amor por el mundo campesino lo traía en el ADN, porque desde muy chica me gustó todo esto. Nunca tuve otros intereses, por ejemplo no me gustaban las fiestas o las modas. Lo único que quería era la guitarra. Cuando estaba en el liceo en algunas salidas a terreno al campo, empecé con el tema de la investigación".
Poco a poco se comenzó a sumergir en este mundo que tanto le maravillaba. Sin embargo, cuando participó por primera vez en un conjunto folclórico, pudo concretar finalmente su gran anhelo. "Los primeros trabajos los realicé con mi grupo. Iniciamos con una investigación sobre el significado de la Cruz de Mayo. En el '68 lo llevamos a Santiago al teatro de la Facultad de Música en la Universidad de Chile. Nos fue súper bien porque éramos cabritos todos", explica.
El trabajo
Pese a que desde niña le gustó la investigación sobre la cultura tradicional, igual decidió estudiar Pedagogía en Educación Básica, para ver cómo le iba en la vida. "Hice la práctica y todo, pero en un momento pensé que si entraba en ese mundo, nunca más iba a salir. Hablé con mi papá y aunque me faltaban los puros exámenes para titularme, me dijo: Bueno, si tú te quieres retirar, hazlo. Pero te voy a decir sólo una cosa... ¡Lo haces bien o no lo haces! No quiero que realices cosas a medias o mediocres".
Las palabras de su padre la marcaron por completo tanto así que decidió de inmediato emigrar a Santiago a estudiar con Gabriela Pizarro, quien fue una destaca investigadora, folclorista y cantautora chilena. "De ella aprendí muchísimo. En mi estadía en la capital también me casé y tuve mi primer hijo, pero a los pocos años por un tema emocional y laboral, decidí volver a Concepción. Volví justo cuando iba a nacer mi segunda hija... Fue ahí cuando empecé a trabajar dirigiendo conjuntos de folclor. Fue en ese período, a fines del '74, cuando llegué a Artistas del Acero y me comencé a dedicar sólo a las investigaciones", sostiene.
En este sentido, Chavarría indica que su trabajo se inició en los campos de la Región del Bío Bío, sin embargo, poco después se extendió al Maule y otras zonas del país. "Iba a lugares donde sabía que había una persona que cantaba a la antigua (...) En un principio para mí lo más importante era el tema de la música, pero empecé a descubrir que el mundo de la cultura tradicional era mucho más amplio, profundo y hermosísimo. Entonces, rápidamente empecé a entender ese mundo, que tiene una rica relación con el cosmos, con la naturaleza y con lo celestial".
- Pero ¿cómo hacía allí su trabajo?
"Iba con la grabadora y me ponía a dialogar con la gente. Eran conversaciones muy libres. Por ejemplo, recuerdo que comenzaba preguntado cuánto tiempo vivía ahí y cuántos hijos tenía. Sin querer, llegábamos al tema de la música y yo quedaba maravillada".
- ¿Y recuerda alguna visita con cariño?
"Una vez fui a San Fabián de Alico, donde llegué a la casa de una señora que estaba de duelo porque se le había muerto su marido. Por lo tanto, tenía que estar dos años sin cantar por lo menos, y si es que volvía a cantar... Por su puesto la entendí, aunque igual me quedé conversando con ella todo el día. Me quedé sin micro de vuelta incluso, pero me dijo: Se tiene que quedar aquí. Yo feliz acepté. En la noche me llevó a su pieza y me dijo: Cómo se va a ir así, sin aprender nada. Entonces, a la luz de unas velitas me enseñó siete finares de la guitarra. Yo quedé sorprendida, porque eso es harto, y además porque, pese a su duelo, igual tuvo la generosidad y la conciencia de saber que su conocimiento tenía un valor y que era bueno traspasarlo".
Hoy en día
Actualmente Patricia Chavarría se encuentra digitalizando sus investigaciones. "Estamos haciendo una conservación con cánones internacionales de archivo. Es una pega súper grande, porque además del audio, está toda la información audiovisual, el tema fotográfico, los documentos, etcétera", puntualiza.
Asimismo, se encuentra realizando diversos talleres de afinación de guitarra, donde entrega su alma y su pasión a los demás. "La gente que viene a estudiar conmigo son, por ejemplo, rockeros. Tuve una alumna que es bien conocida en la zona que se llama Javiera Hinrichs. Ella es cantautora y le fascinaron mis clases", comenta.
- ¿Cree que se está perdiendo la cultura tradicional?
"Tengo esperanza que la gente joven la va a rescatar. Existe una nueva generación que está preocupada, que quiere estudiar y conocer la cultura campesina. Aunque pienso que igual hay un aspecto que se debe mejorar en este sentido, que es el tema de la educación. Primero, esto de que la gente se disfrace para hacer folclor, no me parece. Esos trajes de huasa, las chinas, que son como pantallas de lámparas, no tienen nada que ver con la vida campesina. También esto de la competencia, de los concursos de cueca, los encuentro absurdos porque en vez de unificar, aleja a las personas (...) En Chile hay una deuda muy grande con el folclor, porque lo que se toca y canta es muy alejado de la realidad".
"Llegaba con mi grabadora y me ponía a conversar sobre la vida, hasta que llegaba a la música"
Patricia Chavarría,
investigadora."
"Existe una nueva generación que está preocupada, que quiere estudiar y conocer la cultura campesina"
Patricia Chavarría,
investigadora."