Ganador de Ig Nobel expuso en la UdeC sobre sus "pollosaurios"
Bruno Grossi, académico de la Universidad de Chile, realizó en Conce una conferencia sobre sus investigaciones, donde su tema central fue el proyecto sobre dinosaurios que al año pasado fue premiado por científicos de Harvard.
"Me emociona que la gente se interese por esta área, la que es interesante en todo su esplendor", dice el académico Bruno Grossi, chileno, ganador del "Nobel alternativo" que entregan científicos de Harvard, luego de recibir ayer, en Concepción, una ovación del público al finalizar su conferencia "Dinosaurios, Robots y Biomimética". En la charla, realizada en el auditorio Claudio Gay de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas de la Universidad de Concepción, en el marco de la celebración del mes de la ciencia, uno de los temas que más llamó la atención de los asistentes fue precisamente la investigación que lo llevó a ser reconocido con el llamado Ig Nobel, y que lo tuvo ayer imitando el caminar de los dinosaurios frente al público: el proyecto "Pollosaurios".
"La charla estuvo dividida en tres partes. La primera se basó en hablar sobre el experimento que hice con unos colegas sobre unos pollosaurios, donde agarré a unos pollitos y les cambié el centro de masa con una cola artificial y caminaron como dinosaurios. Luego, pasé a exponer sobre cómo eso me llevó a trabajar en lo que estoy haciendo ahora, que es una investigación de mi posdoctorado en la Facultad de Ingeniería. Éste tiene que ver con robots inspirados en dinosaurios, que fueron desarrollados para entender un poco el aspecto locomotor que tienen. Y, por último, hablé de cómo el convivir con ingenieros provocó que nos acercáramos a la biomimética, que es cuando la biología y la ingeniería se unen y generan innovaciones tecnológicas inspiradas en la naturaleza. Es que ambas ramas son muy importantes y pueden generar sinergias", sostuvo.
El anti nobel
Para Grossi, doctor en biología evolutiva de la Universidad de Chile, es motivo de orgullo hablar de su experimento "Pollosaurio", por el que fue reconocido con el Ig Nobel, premio otorgado a los proyectos más creativos y "diferentes" por un grupo de científicos de Harvard. El trabajo del académico ganó la categoría de Biología, demostrando que al cambiar el centro de gravedad de pollos de pocos días, mediante la incorporación de una cola artificial, éstos crecen y caminan en forma similar a como se cree que lo hacían los velocirraptores y tiranosaurios en el pasado.
"Es como una especie de Nobel alternativo, aunque quienes me lo entregaron son ganadores del Nobel de verdad. Eso fue muy interesante, es como una parodia y bien divertida. Yo creo que esa es la gracia, de bajarle un poco de seriedad a todo esto que es tan ceremonial y que tienen, en especial, los premios Nobel. Así se puede demostrar que no existe en realidad ciencia ridícula, porque si está bien realizada obviamente en un principio te va a hacer reír, pero después igual te hace pensar. Esa es la bajada que tienen estos premios", sostiene.
- ¿Postuló o lo postularon?
"Dicen que cuando uno postula no se lo gana. Sólo me llamaron y me preguntaron si quería participar y respondí que sí. La historia de esto es bien singular porque los organizadores, en Boston, le preguntaron a un argentino que se había ganado un Ig Nobel, si nos conocía a nosotros, y dio la casualidad de que sí nos ubicaba. Así llegó nuestro contacto a la gente de Harvard (...) Ahí tuvimos que esperar siete meses más o menos. Estuvimos con embargo de información hasta el 17 de septiembre de 2015, día en que se supo oficialmente quienes fueron los que ganaron".
La idea
El académico comentó a La Estrella que su aclamado proyecto se gestó a mediados del 2003, cuando recién cursaba su tercer año de carrera. "Toda la idea la concreté con sólo 180 mil pesos. En varias ocasiones me han preguntado por qué no lo realicé con otro tipo de aves y siempre respondía que se debió a que no contaba con muchas lucas en ese entonces, y sólo pude acceder a la especie más barata que había en la Vega", explicó.
- Pero, de dónde nace ...
"Por la pasión que le tengo a la biología y a la naturaleza misma. Estaba el principio biomecánico que tiene más de medio siglo, sólo bastaba ponerlo a prueba no más. Básicamente, los dinosaurios caminan más como nosotros que como las aves, sin embargo, durante la evolución la cola de los terópodos (dinosaurios) se empezó a reducir y el centro de su masa se fue más adelante. Lo que sucede ahora, por ejemplo, es que las gallinas no tienen una cola carnosa y eso hace que caminen de otra manera, muy diferente a como supuestamente caminaban los dinosaurios, es decir, con la pata completa".
En términos generales, el proyecto consistió en poner a la altura de la pelvis una cola hecha con un palo de madera insertado en un molde de pasta de modelar, la que cambiaban cada cinco días por otras más grandes para mantener las proporciones que tienen los dinosaurios.
A medida que crecían, los huesos, articulaciones y su musculatura de sus extremidades cambiaron, haciendo que tomaran la clásica postura algo agachada de los dinosaurios bípedos. "Los animales colaboraron bastante con el experimento", puntualizó el docente.
-¿Y qué pasó con las aves al terminar?
"Recuerdo que los regalamos".
Actualmente, Grossi comentó que le gustaría realizar este proyecto de nuevo, sin embargo, esta vez lo haría mediante un análisis de rayos X. De este modo, obtendría una mayor información sobre el cambio muscular que tienen las aves al tener instalada la cola artificial por tres meses. "Es una idea que me fascina, pero para ejecutarlo se necesitan hartas lucas. Ese es el pero".
Mes de la ciencia
Sobre la charla que realizó el biólogo, la decana de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas de la UdeC, Margarita Marchant, indicó que es parte de una de las tantas actividades que está ejecutando el departamento durante este mes de la ciencia.
"La idea es tratar de incentivar a los jóvenes a estudiar esta linda carrera y a demostrar que también puede ser entretenida. Explicar que esta materia es una motivación y que se vive con ella. Que uno puede mirar la naturaleza y puede resolver muchos problemas del diario vivir. Y no solamente sobre la parte de aerodinámica, de alimentación o de cultivar con la biotecnología. Tenemos tantos modelos que estudiar sobre la naturaleza y lo podemos hacer a través de la biología en todos sus aspectos", añadió la docente.
"Se puede demostrar que no existe en realidad ciencia ridícula"
Bruno Grossi,, académico."
"El proyecto lo concreté con sólo 180 mil pesos. En ese tiempo cursaba recién mi tercer año de U"
Bruno Grossi,
académico"