Las elecciones municipales serán un importante ejercicio de evaluación del estado del arte de nuestra democracia participativa. Por un lado, tendremos nueva información sobre el comportamiento electoral desde que opera el voto voluntario, pudiendo ya definir tendencias. También podremos analizar los efectos que tendrán las nuevas reglas en materia de financiamiento de las campañas, así como los cambios en lo que se refiere a la publicidad de las candidaturas.

Preliminarmente, podemos destacar que es satisfactorio ver las calles más limpias y despejadas, con propaganda electoral en puntos definidos. Resultaba evidente que en períodos eleccionarios anteriores, el exceso de esta invadía de forma grotesca todos los espacios posibles. Pareciera también haber mayor recato en los gastos destinados a las campañas, aunque esto debe reevaluarse a medida que se acerque la fecha de la contienda electoral. Sin embargo, un efecto no deseado de esta nueva realidad es la escasa motivación o "ambiente" que se está generando en relación a las elecciones. Aún peor, la nueva ley suponía que las restricciones a la publicidad enfocarían a los candidatos al debate de ideas ante la ciudadanía, lo cual claramente sigue al debe. Brillan por su ausencia los programas de gobierno o los debates entre candidatos, siendo los medios de comunicación responsables, en parte, de esta realidad.

Concepción

Talcahuano

Tomé

Cañete

Arauco

Curanilahue

Lebu