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La lucha por la inclusión de los sordos en la comunidad oyente

Margarita Montecinos, directora regional de la Fundación Amoma (A Mover las Manos) explica las dificultades que enfrentan las personas no oyentes en su vida diaria, y que pueden hacer los oyentes para integrarlos por completo.
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Christian Ovalle Ríos

La pelea diaria que las personas con discapacidad auditiva dan por la integración en nuestra ciudad es digna de gran admiración.

"Los sordos no son discapacitados, sólo hablan otro idioma", recalca Margarita Montecinos, directora regional de la fundación Amoma, que presta servicios de capacitación en enseñanza de lenguaje de señas. Este tipo de comunicación fue reconocida como tal el 2010 y, a pesar de la gran cantidad de sordos que hay en Chile, son muy pocos los que la manejan.

"En Chile falta muchísimo para que los sordos sean incluidos", sostiene la educadora diferencial, que además trabaja en el Colegio Bío Bío, pionero en inclusión de discapacitados auditivos en sus aulas.

Integral

Sandra Narváez, directora regional del Servicio Nacional de la Discapacidad, coincide con Margarita Montecinos en señalar que la inclusión de los sordos va más allá de entender su lengua.

"Como no escuchan, tienen una percepción distinta de todo", dice Narváez, quien insiste en que no se llega a una inclusión integral sólo aprendiendo la lengua de señas.

"La gente no entiende que no es necesario que los sordos escuchen, porque se pueden comunicar igual. Cometen el error de tratar de hacer que escuchen, pero eso no es necesario, lo necesario es incluirlos tal como son", explica la directora de la fundación Amoma.

Margarita describe el ambiente que se vive en el Colegio Bío Bío, en el cual la mayoría de los integrantes manejan la lengua de señas. "En las salas hay intérpretes, pero casi todos se pueden comunicar en lengua de señas, incluyendo profesores, auxiliares y la directora", señala.

"La gente tiene que aceptar a los sordos tal como son y no intentar cambiarlos, cuando en realidad todos tenemos diferencias", señala la educadora diferencial. "Ellos necesitan comunicarse y tener apego con sus familias", recomienda la profesional.

La directora de Amoma cree que hay dos ámbitos en los que la necesidad es primordial para la integración de los sordos. "En el ámbito jurídico y de la salud es necesario que los profesionales, como mínimo, manejen la lengua de señas", señala.

Y es que en Conce ya se han puesto las pilas en temas de salud, con la creación de la aplicación Odontoseñas, que es única en el mundo. De hecho, su creadora, Valeria Campos, ha ido incluso a Turquía a dar charlas acerca del servicio que ofrece la aplicación que ayuda a la comunicación entre los dentistas y el paciente sordo. Desde presentación de personas, hasta diagnósticos, indicaciones, tratamientos, e información acerca de quienes pueden optar a los sistemas de salud, como el Auge.

En el aspecto jurídico, el tema va mucho más atrasado. "Los sordos, como no se pueden comunicar con la comunidad oyente, están muy vulnerables a cualquier tipo de delito", asegura Margarita a La Estrella.

"La idea es que no necesiten intérpretes", añade, argumentando que es responsabilidad de todos acercarlos a los oyentes. En temas de educación, pese a que también falta mucho, hay un avance. "La Universidad Santo Tomás ha titulado a varios sordos", reconoce la profesional, que a su vez lamenta el poco compromiso de la mayoría de las instituciones de educación superior de nuestra ciudad.

Amoma

La fundación creada por Rodrigo Campos y Christian Owens trabaja con un método único creado por ellos mismos, y plasmado en un libro. Es especial porque Rodrigo es sordo, Christian es oyente, y juntos hicieron el texto donde, a través de clases prácticas, se hace más efectiva la enseñanza, y además la relación de comunidades sordas y oyentes. Hay tres tipos de cursos: básico intensivo que dura 2 meses; el básico que es de 4 meses; el intermedio, con 6 meses en clases, y el avanzado, que es un año. En todos los programas son 4 horas semanales, pero cambia el nivel y temas.

2 meses dura el curso básico de lenguaje de señas en Fundación Amoma de Concepción.

2010 fue el año en que el lenguaje de señas fue reconocido de forma oficial en el mundo.

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