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Así fue el comienzo y evolución de la clásica feria "El Pueblito"

El espacio comercial lleva 16 años en el mismo lugar, y pretenden quedarse mucho tiempo más. De hecho, se siguen ampliando en uno de los sectores más competitivos económicamente del centro de Concepción.
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Christian Ovalle Ríos

En Freire 777 se encuentra un verdadero "mall" de negocios familiares, los cuales con esfuerzo han sabido sobrevivir a través del tiempo y consagrarse, en conjunto, como uno de los lugares preferidos por muchos penquistas que visitan semanalmente "El Pueblito del Bío-Bío".

Establecidos desde el 2000, el negocio ha ido creciendo acorde a la población de Concepción. "Partimos con un solo pasillo, que es el principal, donde está el cartel afuera, y con el tiempo hemos ido adhiriendo las otras alas", cuenta Carlos Rojas, administrador del "Pueblito" desde sus inicios.

Sin embargo, reconoce que la idea no fue de él solamente. "Soy el administrador desde el 2000, pero la idea me la dieron los chicos que organizaron un evento de navidad ese año. Ahí dije: oye, tienen razón, podríamos hacer algo que esté permanente acá", recuerda entre risas el administrador. "Esto era un patio que estaba con casas destruidas atrás, todo vacío", describe.

Del 2000 a la fecha

A pesar de la cantidad de años que llevan, hay varios locatarios que se han mantenido desde el inicio, y ello es muestra de lo exitoso que ha sido el espacio, que abre a las 10 de la mañana de lunes a sábado, y cierra a las 21 horas en la semana, y a las 19 el día restante. Al primer pasillo con el que se inició todo, se le han sumado otros tres, que si se sigue el camino, uno hace una "U" caminando. "Al principio teníamos 22 locales, y a los seis meses que nos instalamos estaban todos arrendados, de ahí empezamos a crecer", señala el histórico administrador.

"Esto partió como un centro de encuentro para estudiantes tanto de universidades como de colegios, y se ha ido expandiendo a todo tipo de público", detalla Rojas.

En el lugar se puede encontrar de casi todo lo que se pueda imaginar: peluches, poleras, zapatos, llaveros, una tienda de semillas, regalos para parejas, estampados para todo tipo de objetos, accesorios de belleza, chocolates, carteras, y hasta una tienda que realizan servicios técnicos para artefactos electrónicos. Como se puede dar cuenta, hay variedad para todos los gustos.

"Muchos de los locatarios que llegaron al principio eran vendedores ambulantes que se tenían que andar escapando de Carabineros, no pagaban impuestos, y ahora con esto se pudieron legalizar, y trabajar dentro de la ley y con sus familiares", cuenta Carlos.

Hoy hay 50 locatarios en el espacio comercial ubicado en el centro de Concepción, y el popular "Pueblito" sigue creciendo. "Hay 50 familias que dependen de esto, que es su principal o único sustento económico", dice en palabras simples Carlos Rojas, que tiene su oficina entre los locales del concurrido espacio comercial.

Los locatarios

Alfredo Retamal fue uno de los primeros que llegó al recinto, y este año cumple 16 años junto a "El Pueblito", y lo celebra de la mejor manera: ampliándose para tener espacio y realizar todo lo que necesita su negocio ahí mismo, y no en distintas oficinas, como lo tiene hasta ahora. Es que la especialidad de Alfredo es el estampado de poleras, y para ello tiene mucho stock, además de las máquinas que necesita para plasmar en las ropas, gigantografías, o las distintas peticiones de los clientes.

"Tengo una oficina al frente por Freire, pero a partir de octubre (la próxima semana) abrimos el local grande, donde vamos a tener todo ahí mismo", dice orgulloso el microempresario, que reconoce que le va bien, pero explica que no hace muchos pedidos a grandes empresas por la calidad de su trabajo.

"Ellos quieren cantidad a menor precio, y yo no puedo bajar mis precios debido a la calidad que ofrezco. Para los estampados yo ofrezco tres años de garantía, por ejemplo", explica Alfredo, que trabaja en el negocio familiar junto a un sobrino y su hijo, Camilo Retamal, que estudia ingeniería, y después de clases va a ayudar al local, que también vende poleras, polerones, chapitas, entre otros accesorios.

Isabel y Salomé Muñoz son hermanas, y tienen un local de artesanías, y venta de chocolates. Lo curioso del negocio es que ellas mismas hacen las artesanías, y los chocolates los hace el esposo de Salomé, además de las hijas que a veces ayudan a atender el local. "Acá lo más barato va desde los mil pesos", cuenta Isabel, mientras describe cómo es la mejor fecha para su Pyme: el 14 de febrero, Día de los Enamorados. "Vendemos más del doble que las otras fechas, porque la mayoría de nuestras artesanías son con mensajes, o cosas con peluches, ideales para los pololos", añade su hermana Salomé.

Sin embargo, para la mayoría de los locatarios diciembre es el mejor mes debido a las fiestas de fin de año. "Casi se triplican las ventas", apunta Alfredo Retamal, que comparte la experiencia con varios locatarios que "se hacen la América" en épocas de navidad, paradójicamente, casi como un homenaje a los inicios del lugar.

servicio de Tecnología

Se podría decir que "El Pueblito" está justo al medio entre un mall y una feria artesanal. Una característica que ayuda a este comentario es la gran variedad de productos que se ofrecen en sus locales. Como si fuera poco, además de productos tangibles, en el lugar hay espacio también para la tecnología, con una tienda de videojuegos, y otra que presta servicios de reparación para impresoras, tablets, celulares y artefactos electrónicos.

Luis Bravo es técnico electrónico, y es el locatario, que trabaja en el lugar junto a un ayudante, que es además, su familiar, siguiendo la tónica de la mayoría de los locales, que trabajan sólo con familiares. "La falla de las bases de carga son los problemas más comunes de los celulares y tablets, que es cuando no cargan los artefactos", afirma Luis, que con el tiempo se ha vuelto un especialista en el tema de los cargadores. "La cantidad de gente que viene es bastante buena", dice el locatario que lleva dos años en "El Pueblito".

"La relación entre los locatarios es buenísima, nos ayudamos entre todos", revela Alfredo Retamal.

"Lo que más me llena de orgullo de todo esto es que la gente ha salido adelante con esto. Gracias al 'Pueblito' hay gente que se ha comprado casas o ha educado a sus hijos", cuenta emocionado Carlos Rojas, el hombre que lleva las riendas del lugar.

"Muchos de los locatarios al principio eran ambulantes y ahora son legales"

Carlos Rojas,, administrados del "Pueblito""

"Gracias al Pueblito mucha gente de acá ha comprado casas o ha educado a sus hijos"

Carlos Rojas,, administrador dell "Pueblito""

50 locatarios hay hoy en "El Pueblito del Bío-Bío", ubicado en Freire 777, en Concepción.