Recibirá millonario pago luego de perder a su mujer en el 27-F
Chorero recordó la pérdida de su esposa durante el tsunami. Corte confirmó la sentencia condenatoria al Estado.
Elías Cifuentes Sánchez, de 54 años, aún vive en el mismo lugar en el que vio, por última, vez a su esposa Clemira Berríos, durante la madrugada del 27-F. Esa noche, recordó, no alcanzó a sostenerla mientras el tsunami los arrastraba por la población Santa Clara de Talcahuano. Seis años después, la Corte de Apelaciones penquista confirmó la sentencia que condenó al Estado a cancelar una indemnización de perjuicios por daño moral que él y sus hijos sufrieron tras su pérdida.
Volvieron a la costa
Según explicó el vecino del puerto, "después del terremoto nosotros habíamos escapado hacia el cerro, en Las Higueras. Pero cuando escuchamos a las autoridades, personas eruditas pensamos, diciéndonos que volviéramos, decidimos regresar hacia la casa. No recuerdo la hora exacta, quizá a eso de las cinco, ya estábamos dentro cuando sentimos el estruendo. Era la ola que venía, tan alta como las casas. La pared de la pesquera, que estaba al frente, la contuvo pero, después, tuvimos que subirnos al techo de una casa del barrio".
En ese momento, relató Elías, "el mar nos alcanzó y nos envolvió en una especie de remolino. No pude sostener la mano de mi mujer. Cuando estaba afirmándome de un poste, vi pasar a mi hija y la agarré. Después terminé azotado contra un muro y me fracturé seis costillas", explicó el hombre.
El duro hallazgo
Cifuentes indicó que las lesiones que sufrió, más heridas cortantes que le dejó el arrastre de la ola, lo dejaron a muy maltraer. Durante los días que vinieron, apenas caminaba, mientras buscaba a su esposa. "Creo que fue al cuarto día, cuando me avisaron que la habían encontrado. Estaba dentro de una casa, aquí en Santa Clara. Su cuerpo había quedado debajo de un ropero. Todo lo que había era barro, basura y escombros. Lo único que sobresalía de ella era una manito. La reconocimos por los anillos", explicó.
Elías añadió que apenas tuvo tiempo de verla. "Los de la PDI vinieron a hacer su pega y se la llevaron rápido al Médico Legal. Después no la pude volver a ver", afirmó.
El hombre, quien solía descargar de sacos de harina de pescado, recuerda que antes tenía un cuerpo fuerte, que se fue desgastando con las fracturas. "Ahora cojeo, sufro de dolores. Dejé de trabajar, me fueron cerrando puertas y me quedé sin amigos. Incluso mi familia se rompió con la muerte".
Siguieron batallando
Él y sus hijos, luego de estar viviendo en el campamento de Las Higueras, siguieron dando la pelea. Aunque no era su deseo reconstruir en Santa Clara, el lugar que tan malos recuerdos le trae, pudo obtener el subsidio y conseguir una vivienda en su terreno. Allí, espera que se tramite luego lo que ya confirmó la Corte de Apelaciones de Concepción: una indemnización de 130 millones de pesos para la familia de Clemira Berríos.
"¿Sobre qué voy a hacer con la plata? Lo primero, es encontrar un terreno en el cementerio, para toda la familia, para que estemos juntos. Ya con eso me puedo quedar tranquilo. Después, ya veremos", sinceró a La Estrella.