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Consumo de sal

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Generalmente hablamos de los daños que produce la sal en el organismo, principalmente por su abuso en el consumo. Pero no por esto debemos eliminarlo por completo. La sal (cloruro de sodio) es un micronutriente, es decir, un elemento básico para la funcionalidad de nuestro organismo, pero al decir "micro", decimos en pequeñas cantidades. Este elemento es el principal responsable de mantener el equilibrio electrolítico celular, necesitándolo cuando realizamos ejercicios que requiera trabajo muscular, cuando presentamos cuadros de fiebre por alguna enfermedad o para regular la respiración en enfermos crónicos (asma).

Por lo tanto, en cantidades aceptables, la sal contribuye al buen funcionamiento de los órganos vitales.

Lo ideal es un consumo máximo diario de 5 a 6 gramos. El problema es que más del 75% de la sal ingerida es "invisible", es decir, la encontramos en la mayor parte de los alimentos que consumimos como galletas, pan, comidas preparadas o en conserva. Por lo tanto, mientras no se tomen medidas estrictas sobre la cantidad de sodio permitida en los alimentos, será muy pequeña la cantidad de sal que nos queda para agregar a las comidas sin que esta nos produzca daño. El escenario empeora, pues no siempre existe una relación directa entre el sabor salado y el contenido de sodio: chocolates en barras, dulces, pasteles, bebidas, caramelos y yogurt contienen cantidades de sodio importante que no siempre logramos percibir.

Columna