Capos del break dance revelan sus trucos a los niños de Conce
Cuatro expertos de este baile urbano tienen un taller con cerca de sesenta alumnos a pasos del centro de la ciudad. Los muchachos, que se han hecho famosos por sus piruetas en la Plaza de Tribunales, ahora lideran una academia.
El break dance es un estilo de baile urbano que nació en la década del setenta en las comunidades afroamericanas de la zona sur del barrio del Bronx (Nueva York, Estados Unidos). En ese sector se popularizó y se comenzó a bailar en las calles con la música de James Brown. Sin embargo, hoy en día esta disciplina se puede ver también en ciudades de todo el mundo, tal como en Concepción, cuyo movimiento arribó a nuestra zona a mediados de 1995, de la mano de la cultura del hip hop.
Quien saca la cara por esta danza en territorio penquista es "Octava Break", grupo que se formó hace más de dos años y que, en la actualidad, bajo el alero de un proyecto del Instituto Nacional de la Juventud (Injuv), realiza clases a todos los valientes que quieren aprender de este baile, que a diferencia de otros es extremadamente complicado.
"Pese a su dificultad, a la fuerza y a la elasticidad que uno debe tener, también se deben aprender movimientos elegantes. Es una mezcla muy divertida", explica Martín Mansilla, uno de los cuatro gestores de este taller gratuito llamado "Breaking para todos".
Historia
La idea de generar este espacio surgió debido a la necesidad de contar con un lugar donde los bailarines Jacob Ordóñez, Samantha Meza, Cristián Torres y Martín Mansilla (quienes llevan más de 10 años practicando el break dance) pudieran desarrollar la disciplina sin los peligros que implica estar en la calle. "En los Tribunales de Justicia siempre teníamos problema con el flujo peatonal, con la lluvia y con el frío (…) En cambio aquí, por ejemplo, prevenimos lesiones y estamos más resguardados de lo que nos puede pasar afuera con el tema de la delincuencia", explica Mansilla a La Estrella.
Es así como los jóvenes decidieron postular a un fondo que entrega el Injuv para conseguir un lugar donde pudieran estar tranquilos. "Nos lanzamos con el proyecto viendo las dificultades que teníamos todos los días. Aunque su objetivo principal siempre fue poder lograr un espacio en que pudiéramos enseñar el break. Pese a que no teníamos grandes expectativas, lo ganamos y estamos muy contentos por el logro", relata.
Gracias a este financiamiento pueden costear el arriendo del salón principal de la Sociedad Mutualista Lorenzo Arenas (Tucapel, entre Los Carrera y Las Heras) y los implementos que utilizan durante las actividades. "Estamos desde junio realizando el taller. Hacemos clases los lunes y miércoles para las personas que recién están aprendiendo. Los martes y jueves hacemos entrenamientos para quienes se encuentran en un nivel más avanzado y los viernes un taller de acondicionamiento físico para todos", explica el especialista.
-¿Cuántos alumnos tienen en el curso?
"Son alrededor de setenta personas. Tenemos niños de ocho años hasta gente mayor, aunque son jóvenes los que participan en su mayoría. Nosotros no discriminamos a nadie ni por género ni menos por condiciones físicas".
ELasticidad y fuerza
Al igual que otras danzas, el break dance tiene una estructura que, a lo largo del tiempo, se ha ido ordenando. En este sentido, Mansilla explica que la lista de movimientos es amplia y que para practicar este baile se requiere de una gran dedicación, aplicación de técnicas y disciplina. "No es para nada fácil. Se necesita de una gran fuerza y de elasticidad en los músculos para, por ejemplo, poder soportar el propio peso, haciendo movimientos casi imposibles que desafían la gravedad", añade.
-¿Qué es lo primero que se enseña en el taller?
"Este baile tiene ciertos fundamentos que se generaron en su origen y que se expresan en cuatro movimientos. El primero, es el Foot Work, que son los movimientos de pies en el suelo. Después está el Power Move, que son los giros derivados de la gimnasia. También se encuentran los Freezes, que son los movimientos congelados, por ejemplo, cuando uno se queda quieto parado de una mano. Finalmente, están los Top Rock, que son los movimientos de baile, donde la persona se puede mover libremente".
Sobre la técnica, el profe aclara que cada instructor tiene su propio estilo, no obstante, todos tratan de difundir los fundamentos básicos de esta disciplina. "Además, el break dance fomenta el desarrollo personal. Nosotros buscamos realzar eso en cada persona, porque cada uno tiene destrezas y habilidades distintas como también potencialidades diferentes", señala.
Los alumnos
Soledad Díaz es madre del pequeño Luciano, quien decidió tener esta disciplina como actividad extraprogramática. "Hace un año que se interesó. Es que siempre ha tenido habilidades físicas, pero nunca le gustó la gimnasia. Como también le gusta harto la música, en el fondo, se buscó algo que pudiera complementar las dos cosas (...) Un día lo invitaron a bailar y desde ese momento no lo ha dejado de hacer", puntualiza.
-¿Usted lo ve feliz?
"Sí claro. Es que los muchachos acá lo potencian mucho. Le hizo súper bien trabajar con adultos, porque los imita (...) Como papá siempre uno debe estar acompañándolos para reforzar sus intereses".
Una opinión similar es la que tiene Alicia Saravia, quien es madre de Diego (7) y Misael (12), quienes aman y vibran con este baile urbano. "Mi hija mayor también lo practica. Ella está ahora en México aprendiendo más de lo que es el break dance. Fue ella quien motivó a sus hermanos a bailar y a realizar esta actividad acá en Concepción", señala.
"Cuando bailo me siento libre. Me gusta mucho y lo que más me llama la atención son los trucos que hacemos (...) Lo que más me cuesta, eso sí, es realizar algunos de los movimientos en que se utiliza mucha fuerza, pero lo lograré algún día, porque quiero ser un profesional en esto", explica Diego, uno de los alumnos del taller, mientras de fondo retumbaban los bajos de un incesante, rítmico y contagioso rap.
"Nosotros no discriminamos. Son todos bienvenidos"
Martín Mansilla,, profesor de Break Dance."
"Lo que más me llama la atención son los trucos, aunque me cuestan un poco por la fuerza"
Diego,
alumno del taller"