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Caos total en centro penquista tras fiscalización a ambulantes

Caupolicán se transformó en un verdadero campo de batalla. Comerciantes y Carabineros se enfrentaron por casi tres horas. Locatarios establecidos, clientes y transeúntes se vieron afectados por los incidentes.
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Gonzalo Cifuentes Uribe

Llamas de unos tres metros de altura, maceteros públicos arrasados, bombas lacrimógenas, gritos, asfixias y carreras desesperadas: una verdadera zona de guerra.

Ése era el ambiente que al mediodía de ayer y por cerca de tres horas se vivió en pleno centro de Concepción, a un par de cuadras de la Plaza Independencia. El chispazo que prendió esta batalla fue una fiscalización que efectivos de la Primera Comisaría realizaron al comercio ambulante que se ubica en las principales arterias del centro.

Según la información policial, el operativo se estaba desarrollando en calle Rengo, donde estaban verificando permisos y requisando productos. Al avanzar hacia Caupolicán, los comerciantes se les fueron encima, por lo que tuvieron que pedir refuerzos e intervenir el lugar.

En ese momento, toda la mercadería fue ocupada como proyectil. Y es que pescados, mariscos y todo elemento que estuvo a mano les sirvió para evitar ser detenidos y enfrentar a los carabineros.

Sin embargo, cuatro personas fueron aprehendidas por efectivos policiales, lo que no calmó ni un poco la tensa situación. De hecho, la cosa empeoró.

Llegó el guanaco

Para poder disolver la manifestación de los ambulantes, gran contingente policial reforzó el lugar. Ocuparon los distintos recursos disuasivos para terminar con el conflicto.

A pesar de ello, los comerciantes establecidos salieron perjudicados.

"Nos tiraron agua con químicos hacia dentro de los locales, no puede ser. Pagamos para poder trabajar y nos tratan así", denunció Priscila Pereira.

Producto de la acción policial para terminar con el caos que se vivió en Caupolicán, trabajadores de locales comerciales tuvieron que bajar sus cortinas. Era un campo de batalla.

Ambulantes enojados

"¡No daremos ni un paso atrás ni nos moveremos de aquí. Es un trabajo de generaciones y no nos pueden sacar!", manifestó indignada Juana Rocha.

"Hay adultos mayores y mujeres embarazadas, no deberían lanzar gas ni agua a ellas. Somos personas que queremos trabajar, no delincuentes", dijo Linda Rocha, otra comerciante.

Una vez que se replegaron los efectivos policiales, durante unos minutos se calmó la situación, pero la violencia avanzó junto con la hora.

Todos los maceteros de la calle sirvieron para avivar el fuego de las barricadas por toda la cuadra, incluso la señalética fue utilizada. Cortaron el tránsito por Caupolicán y en la esquina de Maipú. Hubo caos total en pleno centro.

Durante horas, el tránsito estuvo suspendido, hasta que nuevamente llegaron miembros de la policía uniformada, quienes pudieron calmar la situación definitivamente, otra vez usando el guanaco y zorrillo.

Penquistas afectados

Los transeúntes y el comercio establecido de Caupolicán fueron los más perjudicados, quienes tuvieron que cerrar sus puestos de trabajo. Muchos de ellos increparon a los ambulantes, quienes hicieron caso omiso a la petición de deponer su postura.

"La idea es que trabajemos todos, no sólo unos pocos", gritó una mujer.

Una transeúnte, Rosa Moraga, advirtió que "no hay caso con estas personas, mire el caos que tienen. No se puede ni respirar por su culpa".

Los conductores igual se molestaron, ya que vieron atrasados sus viajes.

"No daremos ni un paso atrás, ni nos moveremos de aquí. Es nuestro lugar de trabajo".

Juana Rocha, comerciante.

4 ambulantes detenidos por desórdenes y agresiones arrojó el incidente en Caupolicán.