Gato Silva: "El éxito de hoy es la recompensa por todo el trabajo"
El volante cuentó que su carrera no ha sido fácil y que es un desafío ir al Cruz Azul de México.
Con las manos en los bolsillos, mirando hacia todos lados y acompañado de una rubia, apareció Francisco Silva en un restaurante de Las Condes. De inmediato, decenas de flashes se activaron y los medios se agolparon sobre el jugador, que anotó el penal clave en la final de la Copa América Centenario, para obtener una imagen de él.
Los clientes, sorprendidos, comenzaron a sacar sus celulares. "Gato, ¿una foto?", solicitó uno. "Sí, dale", respondió. "Pero antes, déjame darte un abrazo. ¡Muchas gracias, huevón! ¡Gracias por anotar ese penal!", sostuvo el hincha.
¿Te habían tomado tantas fotos, alguna vez?
"La verdad es que no", dijo.
¿Eres tímido?
"Un poco. Generalmente no doy entrevistas, porque no me gusta hablar, pero en este caso me invitaron. Así que acá estoy, con toda la disposición", explica.
Se va al Cruz Azul, ¿cuáles son sus proyecciones allá?
"Sí, es un desafío llegar a un club importante en México. Un club que quiere obtener títulos, lo mismo que quiero yo. Espero estar a la altura", confesó.
Mario Lepe comentó que eres un jugador que dio una vuelta larga. ¿Te costó conseguir el éxito?
"Sí, comparto eso con él. Es verdad, yo tuve que dar una vuelta más larga que lo que lo hace un jugador de la Católica. Hay algunos que no lo logran. Y después, en base a trabajo, conseguí estos logros. El éxito de hoy es una recompensa a todo el trabajo", recuerda.
Luego vino el punto de prensa. Allí dijo que no fue al festejo en el Estadio Nacional, porque tenía bastante compromisos. Después pasó a una alfombra verde, donde pateó siete penales, anotándolos todos. Luego se acercó a la cocina. Su misión era hacer un completo en el Dominó y servirlo al público. Un poco escondido entre los maestros, el volante tomó el pan y agregó la salchicha. Venía la mayonesa y el tomate. Hasta ahí todo bien, pero cuando le tocó añadir la cebolla, gran parte del ingrediente cayó al mesón. Pero, como estaba oculto entre mesas, pasó inadvertido.
Mientras tanto, la rubia que llegó junto a él, miraba todos los pasos de su felino.
"Está feliz y orgulloso", dijo Catalina, mirando cómo el Gato se comía el completo que había preparado. Así, Francisco Silva dejó el anonimato y continuó sin parar, por más de una hora, tomándose fotos con cada hincha que le agradecía por haber convertido ese penal a Argentina, que le permitió a la Roja y al país celebrar una una nueva Copa América.