A joven ex crack lila le sonríe la vida en la 'U'
Kevin Martínez, formado en el Conce, está feliz con su llegada al club azul, donde se la juega por sorprender a Beccacece. "Mi papá lloró de emoción cuando jugué", dice.
Del cielo le cayó la oportunidad al joven Kevin Martínez, quien sorpresivamente fue fichado por Universidad de Chile, luego de su buena campaña en Deportes Concepción. "Le agradezco a Dios esta chance, dice de entrada el jugador de 18 años, quien hace dos meses lloraba por la desafiliación del club donde se formó, y que ahora está feliz de estar en uno de los grandes del fútbol chileno.
"Un cambio grande, una diferencia enorme de infraestructura, aunque se corre y se mete igual que allá. La diferencia es que al Conce siempre lo voy a llevar en mi corazón", dice el oriundo de Rancagua, quien se metió a la escuela de fútbol del León de Collao apenas llegó a la zona el 2008, cuando se vino a vivir a Penco por el trabajo de su papá, que es carabinero. "Por eso me dicen 'el Paco'", bromea.
El Papá no quería
Una nueva realidad que aún le ha costado creer a Kevin, tal como a su compañero Juan Leiva, otro ex lila contratado por el Chuncho, quienes coinciden ahora en el primer equipo azul. "Con Leiva nos miramos y aún nos cuesta creer que estemos acá los dos, cómo Dios nos abrió el camino", apunta.
De hecho en su familia no estaban muy convencidos de que se fuera tan chico a la capital. "Mi papá no quería mucho que me viniera, que no iba a tener muchas opciones de jugar, pero yo le dije 'papá, te prometo que me la voy a jugar. El otro día, cuando me vio jugar en el amistoso con Coquimbo, se puso a llorar. Yo le dije, Dios me va a ayudar", apuntó bien creyente como evangélico que es. "Allá en Penco trabajo para la iglesia Cristiana Metodista Pentecostal de Los Olivos 40", apunta.
El reto ahora es aprovechar esta chance y demostrarle a Sebastián Beccacece y su ayudante Luis Bonini, que tiene pasta para pelear una camiseta. "Ya estoy con el grupo, hay buenos compañeros, muchos con experiencia, como uno es joven va aprendiendo de los más grandes. Hable con los profes ya, así que ahora sólo depende de mí", cuenta Kevin, mezclado en la pensión con chicos de las juveniles, pero que en cancha quiere demostrar que está para pelear entre los grandes.
18 años tiene Kevin, quien agradece al profe Antonio Zaracho y al PF Abraham Srain.