Yepun: conozca el observatorio astronómico a orillas del lago
Su nombre hace referencia al lucero que trae la tarde y está ubicado en el borde del Lanalhue. En este lugar se pretende difundir conceptos de astronomía y también de cómo las culturas originarias observaban el cielo.
Un nuevo atractivo turístico en la Región del Bío Bío es el observatorio astronómico más austral de Chile, bautizado como Yepun y que pretende además beneficiar a los niños de la Provincia de Arauco. El recinto se ubica en terrenos del Centro Turístico Quelén, justo al borde del Lago Lanalhue.
El proyecto se gesta hace tres años. Después de conocer las instalaciones del Centro Turístico Quelén y a Pedro Durán, Marcelo Cifuentes, director de este observatorio y miembro de la Sociedad Chilena de Astronomía (Achaya), manifestó su idea de llevar a cabo esta iniciativa y ambos se dieron cuenta de que estaban las condiciones de espacio para realizarlo.
El observatorio
Marcelo Cifuentes es diseñador industrial y director del observatorio Yepun, y manifiesta que pese a no contar con el 98 por ciento de los días despejados, sí hay un 50 por ciento que se puede aprovechar.
"En el Lanalhue, que está relativamente lejano de centros urbanos luminosos, más la cordillera de Nahuelbuta que apoya como barrera natural se genera un contraste de cielo espectacular", explica.
El observatorio no es solamente la cúpula. Tiene una terraza donde se puede realizar una observación a cielo abierto, y la escalera hacia la cúpula cuenta con un sistema de doce láminas móviles con las que se recibe al visitante con una introducción respecto de algún tema relacionado con la astronomía.
"Ya tenemos un set de láminas que grafican la visión de ciencia moderna de esos temas contrastando con la ciencia ancestral", señala Cifuentes.
Para los gestores de esta idea, es importante destacar la ciencia ancestral del uso del cielo por parte de los pueblos originarios. "Todas las culturas a lo largo del país miraban el cielo y reconocían sus ciclos. Mucho antes de tener cualquier tecnología óptica, se daban cuenta de los distintos fenómenos", destaca el director del observatorio.
Es por ello y teniendo muy presente el entorno, se inspiraron y tomaron referencias de investigaciones, tesis y libros. "Que son poquitos, pero ya hay disponible literatura que permite tener información rescatada de todo nuestro territorio sur de la visión del cielo", establece.
Usaron bastante información y se reunieron con personas de comunidades con quienes hicieron contraste y confirmación de algunos temas, explica, para poder tener el derecho de traspasarlos.
"Me considero una especie de mestizo enamorado de la cultura de los pueblos originarios y hace rato que debería estar poniendo mucho más en valor las ciencias de nuestra cultura antecesora", asegura.
"La mayoría de los pueblos originarios de América del Sur observaban, revisaban mucho los ciclos y fenómenos que iban ocurriendo en el cielo. Fueron capaces de darse cuenta que en el cielo no sólo existían las estrellas, sino que hay 6 o 7 tipos diferentes de astros", comentó.
Uso ancestral
El principal ejemplo, es el nombre del observatorio, que es Yepun. "Hay un fenómeno que la nación mapuche lo nombra como lucero de la tarde y el lucero de la mañana. Esos conceptos se conocen mucho en provincia en general. La mayoría de las personas piensan que es una estrella grande, pero se dieron cuenta de que era algo en especial", comenta.
"Lo nombran como Yepun, el que arrastra o trae la noche. Y la contraparte que es el Weñelve, que en el fondo que es el lucero que aparece en la mañana", describe.
El conocimiento del cielo en la cultura mapuche trasciende, era integral y transversal. "Se traspasaba a todos, y todos lo reconocían, porque tenía una connotación muy funcional, la gente tomaba decisiones en virtud de lo que veían en el cielo para sus cosechas, para trabajar o para viajar", destaca.
"Uno de los objetos astronómicos, tal vez el más importante, es la luna. El menkuante, cuando la luna empieza cada noche a verse con menos luz, ese periodo sirve para trasplantar plantas y a intervenir algunas plantas, tomar decisiones de salud", detalla el especialista.
Cifuentes enfatiza en que no se trata de fusionar la astronomía con las culturas originarias para entretener simplemente.
"Existe la idea de que los relatos se rescatan por lo entretenido, que es escuchar un cuento, para mí esto no es mitología. Aquí yo hago defensa absoluta de que en realidad usaban el cielo no de un punto de vista astrológico", afirma.
"No porque creyeran que las estrellas les fueran a dar suerte, sino para entender en que época estaban, en que día estaban y en qué momento hago o tomo decisiones", comentó, afirmando que en realidad se utilizaba con un sentido muy práctico y funcional.
El observatorio
La forma en que opera este observatorio astronómico, es vender entradas para las sesiones de observaciones guiadas, lo que es similar a los observatorios del norte del país. "Por otro lado está la línea educativa que nos interesa, la intención es que el observatorio se transforme en un hito cultural social y no en elemento elitista", comenta.
"Tenemos que hacer comercio justo en la región, y ser inclusivos en lo social. Por lo mismo tenemos un plan en que parte de los ingresos que genera la parte privada con el turismo van a ayudar a financiar la posibilidad de que niños de las escuelas más vulnerables de la Provincia de Arauco puedan visitar nuestro observatorio, ojalá de forma gratuita", estableció el director del observatorio.
En el contexto de la recopilación del contenido para entregar en las visitas guiadas, ha sido relevante el hecho de compartir información con miembros de culturas originarias, lo que piensan seguir fomentando para conseguir generar un vínculo y ser un ente de difusión.
"Existe la idea de que los relatos se rescatan por lo entretenido, para mí esto no es mitología"
Marcelo Cifuentes,
director del observatorio.