Manuel Muñoz González
Era la oportunidad de su vida y había que hacerla. Eso pensó Rodrigo Sepúlveda, fanático del Conce, cuando supo que era uno de los afortunados que, gracias a un premio, estaría en la final de la Champions League en Milán, ocasión perfecta para mostrarle al mundo su descontento por el daño más grande que dice le han hecho: La desafiliación del Conce.
Este hincha del León, "de la cuna hasta el cajón", como el mismo se describe, agarró una bandera, le imprimió la insignia del Conce y le escribió la ahora célebre frase: "Deportes Concepción, Victim of the Chilean football mafia", la cual paseó por las calles de Milán, por las afueras del Giuseppe Meazza y por las tribunas del estadio, ante 80 mil personas.
"Apenas supe del premio, de inmediato brilló la idea en mi cabeza de hacer un lienzo manifestando el descontento", contó a La Estrella desde Milán.
¿Por qué en inglés? La respuesta es bien simple para Rodrigo: "Estamos en Europa, entonces es un mensaje universal", despachó, remarcado que la idea maduró gracias al apoyo de otros hinchas. En efecto, el mensaje en inglés nació de Juan Pablo Melo, seguidor lila, quien se la envió a Ricardo Yáñez, fanático del Conce y colega de Sepúlveda, para que éste último la paseara por todo Milán.
Todos con él
Un mensaje y una bandera que no se entendía mucho en medio de camisetas blancas del Real Madrid y albirrojas del Atlético de Madrid, por lo cual los presentes a cada rato le preguntaban qué onda el mensaje. "Hinchas de ambos equipos preguntaban los motivos del mensaje, y nos daban su apoyo todo el rato. Si hasta se sacaban fotos con nosotros y nos regalaban sus bufandas", repasa Rodrigo, afortunado que se ganó el premio entregado por la cerveza Heineken y pudo disfrutar de la final de la Champions League con todo pagado junto a sus colegas de Temuco, La Serena, Santiago, Viña del Mar y Arica.
Una experiencia inolvidable para este hincha lila, quien además de disfrutar, dio a conocer la queja lila a todo el mundo. "Es una injusticia tomando en cuenta que no se dieron el tiempo para investigar el caso. Platas que nunca ingresaron al club y transacciones truchas por parte de la S.A. Mientras sus dueños se daban la gran vida en los mejores hoteles de Argentina, el club se desangraba de a poco", sentenció.
40 años tiene el penquista Rodrigo Sepúlveda, casado y padre de un hijo de 10 años.