Rommy Roses: "Le arreglaría los tatuajes a todos los futbolistas"
Experta en el arte de eternizar figuras y dibujos en la piel es una de las nuevas exponentes de la actividad en Conce. Asegura que guiar a los jóvenes es fundamental para que después no se arrepientan de lo que se realizan.
Algunos problemas llevaron a la penquista Rommy Roses a tener que congelar su carrera de Ingeniería en Sonido. Una situación que la obligó también a buscar alguna forma para juntar sus propias lucas para mantenerse. ¿Qué es lo mejor que sé hacer?, fue una de las preguntas que se vino a la mente de la joven, entonces con apenas 20 años. La respuesta la tenía en sus manos. "Lo que mejor sabía hacer era hacer retratos, dibujar. Así que se me ocurrió hacerlos y vender. Después vendí algunas pinturas. Así junté plata y empecé a aprender esto de los tatuajes, lo aprendí sola", repasa la profesional de 28 años.
Al final terminó su carrera, pero ejerció bien poco, sólo durante su práctica y su primer año de titulada. Su pasión y gusto por los tatuajes pudieron más, se mantuvieron e incluso aumentaron, por lo que decidió seguir en esa senda. Hoy es una de las primeras mujeres en Conce en dedicarse a este arte, y una de las pocas que existen en la actualidad en la urbe penquista que hace tatuajes. "No son muchas las mujeres acá que nos dedicamos a esto, son más en Santiago", afirma.
Trabaja en el estudio Bizzartchile, ubicado en Las Heras 886, donde tatúa junto a sus colegas Pablo "Ladrón de Libros", y Darwin "Vicio Tatto", espacio donde hace sus creaciones y plasma lo que las personas quieran para eternizar en sus cuerpos.
Al comienzo fue, como diría Jorge Sampaoli, algo así medio "amateur", pues se compró sus propias tintas e implementos para poder tatuar, pero dado sus primeros e incipientes recursos, no fueron de los mejores. "Al principio fue ahí nomás, me compré mi primer kit para tatuar, pero no eran de muy buena calidad, me empecé a tatuar yo misma, pero mal, no quedaban muy bien. Así fui aprendiendo", repasa Rommy, quien hoy ya tiene más de 30 tatuajes en su cuerpo, entre brazos, cuello y piernas.
Afinando el pulso
Para seguir mejorando y perfeccionándose en la materia, Rommy comenzó a asistir a encuentros de tatuadores, convenciones y a tener contacto con gente, lo que le permitió ir "afinando el pulso" en cuanto a los tipos de tatuajes, gustos, diseños y todo lo relativo a la disciplina, esa de la que ella misma dice ser seguidora desde que era una niñita.
"Siempre me gustaron los tatuajes, me gustaba cómo se veían, pensaba que cuando fuera grande me los haría, soñaba con tener mis brazos tatuados", dice la joven, lo que hoy ya es una realidad, siendo su brazo izquierdo un ejemplo de ello, pues ya no queda espacio para más dibujos.
"Los tatuajes que tengo no tienen una historia o que obedezcan a algo, son figuras o dibujos que me han gustado simplemente y me los hice. También tengo hartos cuadros y pinturas, que me gustan cómo se ven", cuenta, aludiendo a los dibujos que se ha hecho, entre ellos una muñeca con ojos de botones, un peluche, una Cecaelia, que es el rostro de una mujer con cola de pulpo, una rosa para tapar otro tatuaje, o una caracola, porque, asegura, le gusta mucho el mar.
Y así como fue tatuando su cuerpo, lo fue haciendo cada vez de forma más profesional, convirtiéndose hoy en una reconocida tatuadora de Conce.
"Hay algunos futbolistas a los que he tatuado, a Juan Leiva, ex jugador de Deportes Concepción (hoy a un paso de fichar por la Universidad de Chile), a quien le hice el retrato de su papá; o el arquero Guillermo Orellana, que jugó en la Universidad de Concepción; a Feliciano Saldías, ex chico reality de 'Protagonistas de la Música'", cuenta, aunque lo suyo no va mucho por el lado de buscar a famosos, sino que prefiere ser más "piola" y tatuar a gente común y corriente.
Aunque lo que sí haría es pescar a varios futbolistas, ya sea nacionales o extranjeros, y mejorar algunos dibujos que, para ella, simplemente no son muy agraciados. "Me dan ganas de arreglarles los tatuajes a todos los futbolistas. Los de Mauricio Pinilla, por ejemplo, son bonitos (salvo el del palo del mundial), y Mark González también tiene tatuajes lindos, pero la mayoría tiene unos muy feos. Uno dice, cómo no se dan cuenta de que son feos sus tatuajes, y eso que tienen tanto dinero. Arturo Vidal, por ejemplo, son tan feos los que tiene...", sostiene.
"También me gustaría tatuar a DJ Méndez, él me cae bien, sería un placer que tuviera una imagen mía. O en su defecto, a su hija. O a la hija viajera de Farkas igual", remarca.
De todo un poco
Hasta ahora Rommy no ha sufrido percances con sus clientes, aunque hay algunos a los que simplemente no ha querido tatuar.
"Me ha tocado de todo. Personas medio extrañas, otras que me piden que les haga algo sobre sexo, que les escriba la palabra sexo, pero a esos les digo que no. Lo mismo, cuando los diseños son muy malos o feos no los hago, porque yo sé que les va a quedar mal y después se pueden arrepentir. Hay algunos que llegan y tatúan lo que les piden, yo prefiero hablar con la gente, orientarlo a veces, porque es algo para toda la vida", dice sincera.
Y pega no le falta. Al contrario. "Esto hoy en día da harto trabajo, hay mucha gente que busca tatuarse", afirma, revelando que ha llegado a cobrar hasta 400 mil pesos por una de sus obras, costo que depende de varios factores, como el tamaño del tatuaje, si es o no en colores y de la cantidad de sesiones que pueda involucrar.
Un verdadero arte para Rommy, quien a la única que no tatuaría es a su hija Pascal. "Prefiero que no, pero si ella quiere, claro la voy a dejar, aunque después de los 18 años", aclara la experta.
"No son muchas las mujeres acá que nos dedicamos a esto, son más en Santiago"
Rommy Roses,
tatuadora.
"Me gustaría tatuar a DJ Méndez, él me cae bien, sería un placer que tuviera una imagen mía"
Rommy Roses,
tatuadora.
30 tatuajes adornan el cuerpo de Rommy. La mayoría de ellos los tiene en sus brazos.