Andrea Neguiman Pozo

Cruzar en hora peak por alguna esquina o paso de cebra en calle Marina de Chile, en Lorenzo Arenas, es un verdadero desafío para los peatones del sector penquista. En especial cuando ciertos conductores, chatos del taco, deciden realizar maniobras peligrosas para avanzar por la arteria, según denuncian los afectados.

"Entre las seis y ocho de la tarde es tremendo, porque nadie respeta nada por acá. Atravesar a esa hora es arriesgar la vida literalmente", sostuvo José Cantillana, vecino.

"Los autos se suben a las veredas y otros incluso a los antejardines de las casas para adelantar. Cuando uno cruza se siente como medio acorralado, porque los autos aparecen por todas partes. Si no se anda en alerta, jode no más", comentó el universitario Ignacio Zapata.

La caótica situación que se vive a diario en Lorenzo Arenas se generó debido a las obras del Eje 21 de Mayo, las que serán terminadas en septiembre de 2017, y que dejaron a Marina de Chile como vía para los buses que van en dirección a Talcahuano.

"Los trabajos comenzaron en enero y parece que las autoridades no advirtieron que cuando los niños volvieran al colegio iba a quedar la embarrada en Marina de Chile, porque es sólo una calle más. No una avenida. No da abasto para la cantidad de buses y autos que pasan en hora peak", explicó la pobladora Cecilia Hernández.

Al respecto, los afectados hicieron un llamado a los conductores de locomoción colectiva y vehículos particulares a respetar los límites de velocidad y las señaléticas del tránsito, así como el paso peatonal en la esquina con Mencia de los Nidos.

"Es una situación complicada para todos, pero aquí lo que se debe cuidar es la vida de las personas. La idea es que tanto conductores como peatones tengan precaución", subrayó Rómulo Valdebenito, dirigente vecinal.

Conductores

Para los conductores, en tanto, el escenario en calle Marina de Chile, tampoco es amigable debido al gran atochamiento que se produce en hora peak. "Entrar por calle Diego de Almagro y salir hacia Colón por Pedro de Oña es un martirio para los que transitamos a diario por aquí", puntualizó Marcelo Ulloa.

"Uno puede estar parado más o menos 20 minutos. Igual es cansador porque es un tramo súper chico, donde uno no se debería demorar más de cinco minutos. A las siete de la tarde uno quiere puro llegar a la casa y compartir con la familia, pero no estar metido en un manso taco", agregó el afectado.

El panorama para algunos conductores sería tan tedioso que algunos no trepidan en adelantar por lugares no habilitados, según contaron a La Estrella. "Sé que no se debe hacer, pero la verdad es que uno se aburre esperando tanto tiempo y, al final, termina peleando con todo el mundo para que se apuren", señaló Marilyn Alarcón.

"Entre las 6 y 8 de la tarde es muy complicado. Quien atraviesa a esa hora arriesga su vida ".

José Cantillana,, vecino.

Los transeúntes que a eso de las cuatro y media de la tarde pasaban por la esquina de San Martín con Aníbal Pinto, en Concepción, vivieron un susto enorme. Un conductor perdió el control de su todoterreno, se salió de la pista, subió a la vereda y terminó chocando contra un quisco que se salió de su base.

La estructura, al igual que el vehículo, resultaron con importantes daños. Sin embargo, el conductor del móvil, un hombre de 68 años, terminó ileso. Los testigos destacaron que ningún peatón fuese atropellado en la concurrida esquina y lamentaron lo ocurrido con el puesto de venta de diarios y revistas.

La dueña del local había cerrado durante la semana por problemas de salud, según contaron desde el Sindicato de Suplementeros penquista. El mismo negocio, además, había sido blanco reiterado de la delincuencia.

Producto del impacto también se vino abajo un semáforo, por lo que fue reiterado de inmediato por una cuadrilla que trabajó en la reposición de la señalética. Carabineros adoptó el procedimiento respectivo en el lugar.

68 años tiene el conductor del móvil que impactó en la esquina de A. Pinto y San Martín.