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Pelé aún juega en la memoria de quienes en 1963 lo vieron enfrentar a Naval en El Morro

Todos califican ese partido como el más impactante que han presenciado. Y eso que han pasado 53 años.
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Carlos Paz Durán

Uno lo vio junto al tablero marcador, otro desde la tribuna y no faltó quien lo hizo al lado de los eucaliptos (o sobre ellos) en el cerro. Esa tarde del domingo 10 de febrero de 1963, Talcahuano se despobló para presenciar en El Morro un espectáculo que los consultados califican como "insuperable".

Pelé, quien un año antes en nuestro país había sido campeón del Mundo con Brasil, y que hacía tiempo era considerado el mejor jugador del orbe, visitaba el puerto con su equipo, el mejor Santos de todos los tiempos, para disputar un amistoso con Naval.

El periodista Luis Osses Guíñez, quien ha dedicado buena parte de su vida a escribir sobre el conjunto del Ancla, contextualiza ese momento.

"Santos llegaba como campeón intercontinental de clubes. Además, era el equipo base del Scratch, ese que había ganado los dos últimos mundiales, pues al de 1962 sumaba el de Suecia 1958", señaló, para luego recalcar que "con la presencia de los famosos futbolistas de Sao Paulo, Talcahuano pasó a integrar el caro itinerario de los fabulosos atletas liderados por el astro nacido en Bauru".

El autor de los libros "Naval, un nombre que fue Chile", "Memorias de un navalino" y "100 años de fútbol chorero", precisó que el conjunto blanco llegó a la zona "mediante el pago de 16 mil dólares, y dado que podía venir y volver en el día a Santiago, donde había jugado con Universidad de Chile".

"Lo lamentable fue que el gran éxito deportivo del partido no fue acompañado por el éxito económico que se merecía Naval, porque a los 12.286 espectadores controlados se sumaron otros cinco mil que no pagaron, dada la gran cantidad de entradas falsificadas y el consiguiente descontrol que ello produjo", señaló quien por entonces tenía 32 años de edad.

Furor en el morro

Leonidas Merino, que llegó a ser administrador del reducto chorero y hasta hace un par de años coordinador deportivo del cuadro albiazul, rememora que aquel 10 de febrero "llegué solito a El Morro. La entrada era cara, y la había comprado con mucha antelación, pues nadie en el puerto quería perderse el encuentro". "Me ubiqué al lado del marcador. Allí vi como el estadio se hizo chico para recibir a tanta gente", acotó.

Nelson Miranda, hincha acérrimo del cuadro del Ancla y que en 1963 tenía apenas 14 años de edad, aseguró que "alrededor de El Morro, que era un peladero, había numerosa gente intentando entrar. Yo fui con mi papá (Juan), que era funcionario de la Armada, por lo que no tuvimos mayores dramas".

"Pero por sobre la enorme cantidad de gente, lo que más me impresionó fue ver jugar a Pelé, y verlo en la plenitud de sus condiciones, al igual que al Santos", adicionó quien guarda entre sus tesoros un recorte de diario que narra los detalles del encuentro, como que el visitante ganó 5-0 y partió formando con Gilmar; Dalmo, Mauro, José Carlos; Mengalvio, Calvet; Dorval, Tite, Pagao, Pelé y Pepe.

Por el local lo hicieron Onofre Pino; Jaime Alvarado, Luis Guerra, Aníbal Moraga; Jiménez, Vicente Astorga; José Saavedra, Sergio González, Remigio Zambrano, Tomás Zen y el "Huaso" Marín.

El rey pelé

"Tenía 18 años cuando no sólo vi jugar a Pelé ante Naval, pues también lo abracé en el camarín", recordó Sergio Inostroza actual presidente de la entidad que agrupa a los ex jugadores choreros, y quien en aquella fecha integró el plantel de cuarta especial que disputó el preliminar ante Tigre, actual integrante de la Asociación de Fútbol Amateur de Hualqui.

"Él no era un tipo creído. Conversaba con la gente. Y físicamente estaba al cien por ciento", acotó, al tiempo que indicó que "con Aníbal Moraga siempre nos acordábamos del partido, y de aquella jugada en que el brasileño le sacó casi un metro de ventaja en un salto. Decía que apenas le había llegado al ombligo".

"El tipo parecía una pantera. Tres iban sobre él a marcarlo y nadie podía detenerlo. Es lo que decía Vicente Astorga", agregó.

Ricardo Pino, hijo del arquero que recibió los dos goles de Pelé y uno de Tite, Pagao y Nene, dijo que "en 1963 tenía cuatro años, por lo que no recuerdo si papá me llevó al estadio. Sí recuerdo que ya grande, papá me contaba la historia de una foto en la que Pelé aparecía ganándole el brinco para anotar de cabeza. En vez de enojarse por no poder rechazar la pelota, me dijo que aplaudió al brasileño por su gran salto".

"Como la camiseta oficial de ambos conjuntos era blanca, Naval cambió de color. Vistió una violeta", afirmó Juan Álvarez, quien no tenía "más de ocho o nueve años cuando se jugó el partido. Me llevó un tío, pues a papá no le gustaba el fútbol".

"Carabineros vigilaba a caballo por el cerro. Me tuve que subir al techo del kiosco que había en el recinto para ver el partido... y a Pelé", añadió quien años más tarde trabajaría al lado de Guerra y Moraga en Asmar. "No hay duda que el más grande jugador que ha pisado la cancha El Morro fue Edson Arantes do Nacimento... y vino en pleno reinado, con dos mundiales en el cuerpo", selló Osses.

carlos.paz@estrellaconce.cl