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La larga travesía hasta la antigua ciudadela inca de Machu Picchu

A más de 3 mil kilómetros de Concepción y a unos 2.490 metros de altura, una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo se muestra imponente ante los ojos de los turistas.
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Karen Loreto Retamal

¿El camino corto o el camino largo? Ese es el dilema que muchos tienen antes de emprender el viaje hacia Machu Picchu. Preguntas en Facebook, palabras claves puestas en Google o comentarios de personas que han ido se vuelven clave a la hora de decidir.

Si se elige la primera opción, hecha para los menos aventureros y que sólo quieren conocer una parte de Perú, se puede desembolsar desde 250 mil pesos hasta casi un millón por un paquete completo, que incluye, por ejemplo, avión, hotel, tours y traslados.

Sin embargo, como lo nuestro es la aventura, la segunda alternativa era la correcta para llegar a una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo y así, terminar con la meta que nos impusimos al empezar este viaje: finalizar con las culturas prehispánicas en América. Conocíamos la azteca y la maya, faltaba la inca, la más cerca a nuestras raíces.

Una aventura que toda persona debe hacer una vez en la vida. La belleza de las ruinas, la amabilidad de los peruanos y lo barato que resulta el país, hacen que sea un destino hecho para todos.

Camino largo

El viaje parte en Santiago con destino a Arica vía aérea a las 5.30 de la mañana. Son aproximadamente 3 horas de viaje. Una vez llegado al aeropuerto, es posible tomar un taxi inmediatamente a Tacna (se puede compartir y pagar los 35 mil pesos que cobran). No obstante, éramos dos, así que con dos mochileras más tomamos un taxi hasta el terminal de buses (3 mil pesos por cabeza).

En el terminal existen taxis que cruzan la frontera, con tarifas que fluctúan entre los 3 mil y 4 mil pesos. Eso sí, antes, se debe pagar el derecho a andén (350 pesos), algo que se realiza en todos los terminales peruanos. El viaje no es muy largo, hora y media contando los pasos por Policía Internacional de ambos países, donde, con sólo el carnet, se puede hacer el trámite.

Luego de llegar al terminal de Tacna, decidimos comprar un pasaje de inmediato a Arequipa, distante a unas cinco horas y que es una de las ciudades más lindas y grandes que tiene Perú. Su arquitectura con historia, su imponente Plaza de Armas y los distintos distritos de la ciudad, hacen de ésta un imperdible. En un día de viaje, avanzamos casi 3 mil kilómetros.

Tras pasar dos días en la ciudad, donde la altura ya empieza a hacer efecto sobre el cuerpo con sus 2 mil 300 metros sobre el nivel del mar, era tiempo de emprender viaje a Cusco, distante a casi 500 kilómetros. Eso sí, debido a que se suben más de mil metros más, el traslado es de más de 8 horas por vía terrestre, siendo, quizás, el menos placentero, sobre todo porque se hace de noche y la falta de aire hace lo suyo.

Sin embargo, si bien se pasa un poco mal durante el trayecto, al llegar a Cusco el panorama cambia. La belleza de este lugar, considerado también Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, deja sin aliento y transporta al pasado, así como también hace envidiar que una cultura así no haya sido tan fuerte en Chile.

Al llegar a la ciudad, los taxistas llevan a la plaza local, centro neurálgico, donde todo pasa. Aunque sean las 6 de la mañana, ahí están los lugareños ofreciendo tours, hoteles y viajes a Machu Picchu. Lo mejor, sin duda, es cotizar e irse con calma. No sucumbir ante la primera buena oferta, pues los pueden engañar.

Efecto altura

Los precios de hospedaje varían desde el bolsillo joven y medio vacío hasta turistas más exigentes. Si se es muy aventurero y sin pudores, un hostel está bien, a 6 dólares la noche, en pieza compartida con otras 13 personas. Bien para conocer extranjeros. Sino, hay hostales y hoteles, con precios módicos desde los 50 soles (10 mil pesos aproximadamente) la habitación, que puede ser para dos, tiene cable, WIFI (importante para comunicarse con la familia, aunque todos los restoranes tienen señal a la cual acceder gratis), ducha caliente y desayuno.

Tras contar con un lugar para descansar, hay que ir en busca de tours a Machu Picchu. Lo ideal es que se combine con uno hacia Valle Sagrado, otro imperdible. Una visita a antiguos pueblos aledaños a Cusco, ricos en historia, como Pisac, Ollantaytambo y Chinchero, donde la altura se eleva a 3.800 metros sobre el nivel del mar, algo que afecta el cuerpo. De hecho, fue la primera vez que mi pareja me miró espantado: mis labios estaban morados y mis uñas azules. Claramente mi cuerpo no estaba preparado para la altura, pero llegando a Cusco pasó. Eso sí, fue el momento que más mal me sentí, la temperatura de mi cuerpo bajó y luego me dio fiebre: apunada.

Ese tour lo hicimos un día antes de Machu Picchu, que si bien es un lugar muy concurrido y muchos hablan de que hay que comprar todo antes por internet, a veces no es necesario. En la plaza hay varios operadores turísticos que ofrecen paquetes con todo incluido o "a medias". Elegimos el primero, que salió unos 505 soles. Incluía traslado a la estación de tren en Ollantaytambo (1 hora y 40 minutos y te recogen desde el hotel a las 3.30 de la mañana). Luego, abordas el tren, el cual cuesta 120 dólares, pero en esta temporada está a 2X1 y dura otros 100 minutos y te deja en el pintoresco pueblo Aguas Calientes, donde se comprar el ticket a Machu Picchu, de 128 soles. Tras esto, hay que abordar un nuevo bus hacía el santuario. Otros 30 minutos y a 12 dólares su valor. Un tour a mitad de precio obvia el tren y el bus de acercamiento, sumando en el primer tramo 2 horas y en el ascenso otra hora más. En ambos casos, todo el paisaje vale la pena tanto en tren como a pie.

Machu Picchu en vivo

Nuestro equipo -que compartimos con una familia de Costa Rica- era el "Elvis", en honor a nuestro guía, quien relató los hechos más importantes de Machu Picchu, como por ejemplo, por qué no había sido encontrada por los españoles. Según contó, los incas nunca hablaron del lugar y cortaron los caminos para llegar a él. Eso hasta que en 1912 Hiram Bingham, gracias a lugareños, llegó al lugar y descubrió unas pocas familias viviendo y una imagen muy distinta a la que hoy conocemos.

Es que llegar a Machu Picchu es como tocar el cielo, aunque esté a casi 3 mil metros de altura. Su imponente vista y colores hacen que uno se transporte al pasado y ser testigo de la inteligencia de los incas, que pensaron en todo: sistemas de riegos, canalización del agua, siembra a través de terrazas. Sin duda que la ciudadela es una de las más imponentes del mundo. El trayecto con guía dura 2 horas aproximadamente, quien aconseja: "Perú no es sólo Machu Picchu, recorran otros lugares". Luego uno puede recorrer tranquilamente. Subir hasta lo más alto, donde el aire se empieza a ir y capturar la majestuosidad del lugar.

También se pueden recorrer el Camino del Inca (una hora de ida y otra de vuelta hasta la puerta de entrada, aunque hacerlo en su totalidad son 4 días) o ir al Puente del Inca, que es unos 15 minutos a pie.

Importante es usar repelente, bloqueador solar y mucha agua, pues el camino es largo y cansador, pero la vista es incomparable y hace olvidar lo agotado que estás.

Una vez recorrido, se baja al pueblo, donde los lugares para comer abundan. Los menús van desde los 15 soles (3 mil pesos) e incluyen todo: jugo natural, plato de entrada y de fondo. Y, para relajarse, las aguas termales vuelven el alma al cuerpo.

"Perú no es sólo Machu Picchu, recorran otros lugares"

Elvis,, guía turístico Machu Picchu