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Biodanza: el arte de bailar para hallar conexión con uno mismo

Movimiento tendrá una escuela en Concepción que estará ubicada en el camino a Santa Juana. Sus puertas se abrirán el próximo 30 de abril y todavía quedan cupos disponibles para participar. Experta explica sus beneficios.
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Andrea Neguiman Pozo

Como una disciplina espiritual define Patricia Saldivia a la Biodanza, cuyo movimiento se creó en los años '70 y que desde este próximo 30 de abril, tendrá su primera escuela acreditada en Concepción. "Todas las escuelas del mundo están reguladas por la International Biocentric Foundation (IBF), que tiene sede en Irlanda. Para crear una escuela se debe pedir una autorización a esta organización", dice Saldivia, quien será la directora de este recinto en la zona.

Pero ¿qué es la Biodanza? Según explica la profesora, "el nombre lo dice todo: Bio significa vida, y Danza significa movimiento integrado de pleno de sentido".

"Biodanza tiene una definición más académica también. Se dice que es un sistema de desarrollo humano, que potencia los aspectos positivos de las personas, favorece la integración y el trabajo en equipo. Utilizando la música, el movimiento sentido y la emoción para producir vivencias que permiten la conexión con uno mismo, con los demás y con la totalidad, contribuyendo a potenciar las formas saludables de vida", precisa.

En este sentido, Patricia Saldivia puntualiza que para practicar Biodanza no se necesita saber bailar. Al respecto recalca que no es una coreografía como la cueca, por ejemplo y que sólo se debe tener ganas de participar.

"Algunos bailes tienen una coreografía y una estructura específica. Biodanza no es eso, ya que busca conectar a la persona con lo que siente y así hace surgir el movimiento. Para que eso pase nosotros sólo usamos la música, el movimiento sentido y la emoción".

-¿Cuáles son sus beneficios?

"El hecho de ya trabajar en movimiento es un gran beneficio. Lo que necesitamos los seres humanos es movernos. Muchas personas pasan seis, siete hasta ocho horas sentadas frente a un computador y no hacen ningún tipo de movimiento. Esto provoca que el cuerpo se vaya atrofiando".

Específicamente, añade, este arte logra crear personas más sanas, fuertes y equilibradas en todos sus aspectos. "A nivel fisiológico, induce a vivencias que tienen un efecto regulador de la actividad neurovegetativa, de los procesos homeostáticos celulares, del sistema inmunológico y limbicohipotalámico, de manera que reestablece el equilibrio psicofísico, reduce el estrés y las tensiones orgánicas", comenta Saldivia.

En tanto a nivel corporal, optimiza la relación corporal dando flexibilidad, potencia, coordinación y ritmo.

"En el área psicológica integra lo que pensamos, sentimos y hacemos aquí y ahora. Contribuye a expresar emociones, mejora la comunicación y estimula el instinto lúdico. Por último, a nivel existencial, ayuda a elevar la calidad de vida a través del cambio profundo y duradero de las actitudes internas, mejora la relación con uno mismo y desarrolla la vitalidad, sexualidad, creatividad, entre otros", agrega la penquista.

-¿Dónde estará ubicada su escuela?

"En un lugar rodeado de naturaleza. Se llama Shanti Centro Holístico, que está ubicado camino a Santa Juana, en el kilómetro 15,7. En este lugar, además nos dedicamos a hacer otro tipo de actividades también. Mauricio, mi marido, realiza clases de yoga y otros talleres que tienen que ver con el desarrollo personal. Por ejemplo este fin de semana (hoy y mañana), tenemos un taller de acuarela".

Historia

La decisión de dejar un trabajo estable para enseñar Biodanza no fue una decisión difícil de tomar, expresa Saldivia. "Trabajé muchos años como nutricionista en el Hospital del Trabajador, pero el año 2009 renuncié. Seguí trabajando como nutricionista de forma particular en una consulta, pero hoy lo dejé todo para dedicarme de lleno a la Biodanza.

Este cambio en su vida comenzó a mediados de los '90, cuando conoció a otra profesora de esta disciplina. "Se llamaba Verónica Cuevas, quien se formó en Brasil con Rolando Toro, chorero que es el creador del movimiento mundial de Biodanza", explica la docente.

-¿Y cómo llegó a conocer a esta mujer?

"Encontré un aviso de ella en una revista que se llamaba 'Uno Mismo' y que hablaba de Biodanza. Para mí fue algo que me llamó la atención. La llamé por teléfono unos días después, conversamos y le dije que yo tenía mucho interés en conocer de qué se trataba (...). Es así como empecé a practicar la disciplina con ella, ya que hacía talleres de fin de semana".

Fue tanta la pasión que sintió Patricia por esta técnica de sanación, que decidió jugársela al máximo para llegar a ser profesora. "Le dije a Verónica que quería aprender. Fue así como ella, con autorización de Rolando Toro, me comenzó a formar (...) A los pocos años llegó otro profesor de Biodanza desde Argentina, Carlos García, quien creó la primera escuela de la disciplina en Santiago. Esta es una carrera que duró tres años y yo me metí a estudiar porque quería tener el título".

-Y lo conseguiste...

"Sí, pero como estaba entusiasmada con esto, quise ir un poco más allá. Por eso me fui a estudiar a Brasil para ser didacta de Biodanza. Ahí pasé a ser profesora didacta. Con este título tuve la posibilidad de crear una escuela y formar a facilitadores de la disciplina".

Cabe destacar que el movimiento cuenta con 80 escuelas en América Latina y 60 en Europa.

"Este arte logra personas más sanas, fuertes y equilibradas"

Patricia Saldivia,, profesora didacta

"Soy nutricionista y dejé de ejercer mi profesión por el placer que siento de enseñar la Biodanza"

Patricia Saldivia Muñoz,

directora Escuela de Biodanza Concepción Sur