Manuel Muñoz González
Los festejos y emoción desbordaron todas las calles de Temuco tras obtener el título de la Primera B y conseguir el retorno al fútbol de honor luego de 11 años.
Y mientras en La Araucanía el festejo era total, en Talcahuano, el sentimiento de alegría también lo compartía la familia de quien es considerado el verdadero amuleto del equipo albiverde, Pablo Otárola.
El jugador chorero, quien sufrió un grave accidente de tránsito en marzo de 2015 y que lo mantiene en estado de mínima conciencia, estuvo siempre en la mente del plantel, por lo que era una promesa interna regalarle este triunfo a su ex compañero de equipo.
El gesto del Rey
Fue justamente el capitán y uno de los artífices del ascenso de los temuquenses, el penquista Arturo Sanhueza, quien tuvo el noble gesto de en medio de la álgida celebración tras el triunfo sobre Deportes Copiapó por 4-2. "Estoy muy agradecido de toda la gente. Se lo dedicamos a Pablo Otárola, quien ha pasado momentos muy difíciles", dijo el Rey Arturo.
Un saludo y un gesto que agradeció la familia de Otárola. "Estábamos viendo el partido. Súper contentos, apoyando a la gente de Temuco. Agradecidos de Arturo, él siempre ha estado en contacto con mis papás, conmigo, viene a ver a Pablo, nos ha acompañado harto, entonces compartimos con ellos la alegría del ascenso", comentó Andrea Otárola, hermana del formado en Huachipato.
Andrea afirma que este triunfo también es de Pablo, hubiera o no estado en la cancha jugando el torneo. "Cuando Pablo tuvo su accidente jugaba por el club. Quizás hubiese estado o no en ese plantel, o jugando, pero está en la retina de la gente, de los hinchas, él era bien querido, por lo respetuoso, siempre tenía disposición para todo. Sus compañeros sienten que era parte de ellos, porque se generan lazos y ellos también lo sentían así", subrayó Andrea, resaltando el apoyo que le ha dado el club y los mismos jugadores del equipo de Marcelo Salas, del ascenso temuquense, la misma que de seguro está sintiendo Pablo.