Polonia Vargas, la primera profesora de gasfitería en Chile
En un oficio que es dominado por hombres, esta madre de dos hijos destaca por su capacidad. Ya es dueña de su propia empresa y sueña en que ahí sólo trabajen mujeres. Con sus estudiantes dice que es bastante exigente.
Cuando Polonia Vargas llega a la sala, sus alumnos saben que deben obedecer y seguir sus reglas al pie de la letra. Es que la primera mujer que hace clases de gasfitería en el país es exigente con sus estudiantes de especializaciones en el Instituto de Formación y Capacitación Popular (Infocap), más conocida como la Universidad del Trabajador.
Esta mujer, de 41 años de edad, comenzó a trabajar como gasfíter hace tres. Cuando se separó de su esposo y sus dos hijos se fueron a vivir con él, tuvo que volver al mundo laboral a como de lugar.
"Estaba deprimida y de pronto decidí estudiar. Comencé a averiguar del tema por los cursos del Sence y estudié para ser dirigente sindical", comenta. Tras eso, estudió albañilería, quiso seguir con sus estudios y así llegó al Infocap a aprender gasfitería. De esa forma, podría tener tiempo para sus hijos y para trabajar en el horario que ella quisiera.
Vida de gásfíter
En un comienzo la idea de estar en un trabajo que, en la mayoría de los casos, lo hacen hombres, era raro hasta para ella. Pero cuando comenzó a ejercer el oficio se dio cuenta que eso le favorecía. Asegura que a los clientes les gusta que sea una mujer la que entre en sus casas y le arregle las cañerías.
Después de comenzar su carrera como gasfíter, hizo todos los cursos que se le pusieron por el camino. Aprendió sobre emprendimiento en universidades como la de Chile, Central y Católica. También en institutos, como el IP Chile y en Los Leones. Ahí aprendió a formalizar su empresa, que se llama "Polos" y que además tiene su propia imagen corporativa gracias a los cursos que realizó.
La compañía lleva ese nombre ya que durante el tiempo en que Polonia Vargas trabajaba en la construcción tenía un amigo y su esposa era muy celosa, por lo que él decidió decirle así para evitarse problemas en la casa. Lo que nunca supo es que todos en ese lugar la terminaron conociendo como "Polo".
"Tengo clientes que ni siquiera conozco y me dejan departamentos vacíos para que trabaje. Incluso me han dejado semanas enteras las llaves, porque confían en mí. Yo mando fotos de todo cuando entro a las casas y cuando salgo", comentó la trabajadora a La Estrella.
Vida docente
El primer día que llegó Polonia a hacer clases a la Universidad del Trabajador entró a la sala con dos profesores más. En el aula había alrededor de veinte hombres y fue presentada a sus alumnos. Ellos no creían que fuera su profesora. En el primer recreo que tuvieron, uno de sus alumnos bajó rápidamente a contarle a su esposa, que lo esperaba en el patio, que su profesor de gasfitería era una mujer. Lo dijo muy fuerte y todos se enteraron del asombro que eso le había causado.
Otra anécdota que recuerda la vivió en otro curso que comenzó a impartir, con uno de sus alumnos que había sido compañero de clases en su época de estudiante. Con él discrepaban en ciertos temas con respecto a que una mujer pudiera ejercer el oficio de las llaves y las cañerías.
El hombre entró a la sala y al verla le preguntó "¿qué haces aquí?", a lo que Polonia respondió: "Soy profesora, bienvenido a mi clase". El hombre no duró ni siquiera el primer módulo y se retiró del curso.
Pero agrega que hay hombres que se sienten felices de que una mujer pueda hacer el mismo trabajo que él y que se destaque en ello. Uno de los alumnos que tuvo el año pasado le confesó que le hubiese gustado ser mujer, sólo por el hecho que podría trabajar con ella en su empresa.
Esto hace que Polonia infle el pecho y lance una confidencia: espera poder crear una empresa de mujeres gasfíter y que tenga filiales en varios sectores, donde la elegida que trabaje en ella, viva cerca para que pueda hacer su vida y pasar tiempo junto a sus hijos. De hecho, de a poco empieza a concretarlo, pues esta semana se integrará la primera trabajadora a "Polos".
Hoy Polonia Vargas es una de las ocho personas que eligió la campaña "Mujeres que dejan huella", del mall Alto Las Condes. Éste es un concurso en el que distintas mujeres muestran lo que hacen en un video que será exhibido en internet hasta el próximo domingo 20 de marzo. Quien tenga más votos será la que resulte premiada.
"Para mí es un verdadero orgullo el que reconozcan mi trabajo y sobre todo que acepten que esto, lo que hago, puede hacerlo cualquier mujer y que para salir adelante sólo hay que ser perseverante y tener ganas", sentencia con profunda convicción.
"Es un orgullo que reconozcan mi trabajo y sobre todo que acepten que esto, lo que hago, puede hacerlo cualquier mujer".
Polonia Vargas,, profesora de gasfitería Infocap
"Tengo clientes que ni siquiera conozco y me dejan departamentos vacíos para que trabaje"
3 años de gasfíter lleva ejerciendo su profesión, y hace dos que enseña en Infocap.