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Tigre ruge a los 58 años por un gimnasio propio

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En plena esquina de Calle Bulnes con Diego Portales en la comuna de Hualqui, en un terreno de casi 900 metros cuadrados, Tigre, uno de los clubes que dan forma a la asociación Anfa local, tiene la sede en que el miércoles antepasado cumplió 58 años de vida, y en la que piensa concretar uno de sus más importantes sueños: el gimnasio propio. En las paredes de la sede incluso cuelgan enmarcados los planos de ese anhelo.

"Lo que falta es el financiamiento, pero por gestiones no nos quedamos", señaló Hugo Sanhueza, presidente de tienda felina, que no sólo se distingue por su buen nivel competitivo y de infraestructura, sino también por su color institucional: azul.

"El nuestro es un club de lujo, pues tiene vida y se encuentra bien organizado", aseguró César Machuca, jugador de la serie senior, y uno de los tantos que visitó la exposición fotográfica que, con motivo del aniversario, montó la entidad.

"Aquí se me ve junto a otros jugadores en plena construcción de la sede. La levantamos no sólo con cemento y ladrillos, sino también con 40 cabezas de vacunos y como 20 cocimientos. Es que había que comer", agregó Machuca mientras apuntaba a una de las fotos de la exposición, casi todas captadas por el lente del timonel, quien también fue concejal de la urbe. "Pocos lo saben, pero para el amistoso de Naval con Santos en El Moro (1963), Tigre jugó un preliminar con las promesas del Ancla", recordó Sanhueza.

200 son los jugadores que, aproximadamente, tiene Tigre en todas sus series.

8 series dan vida al club: honor, senior, súper senior, 1ª adulta, juvenil, 1ª y 2ª infantil y peneca.

Cambió el pollo y las pastas del fútbol rentado por las liebres y conejos del barrio

Lizandro Henríquez se formó y debutó en Vial, y luego de jugar por la UdeC, Everton, Naval y Lota, hoy es atracción en Recopa defendiendo a Alonso de Ercilla, de Hualqui.
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Carlos Paz Durán

Sigue con el pelo largo, y tan delgado como siempre. Es Lizandro Henríquez, el "Flaco", o el "Chano", como también lo conocieron en la casi década que jugó en el profesionalismo.

A los 33 años de edad, el oriundo de Chiguayante sigue ligado al balompié, pero no al rentado sino al de barrio, a ese que se rige por la normativa Anfa.

Lo hace vistiendo la camiseta naranja de la serie honor de Alonso de Ercilla, uno de los nueve clubes que integran la Asociación Hualqui, y con el que el sábado, tras ganar 3-2 a Huracán en El Morro, avanzó a semifinales de la cuadragésima segunda Recopa, el torneo de fútbol amateur más antiguo de la región.

"Llegué al Alonso en enero pasado, justo para Recopa", señaló Henríquez, quien sigue jugando como volante de contención, y quien el 2015 integró la categoría estelar del chiguayantino Independiente, con el que disputó la final de la Copa de Campeones ante el penquista Juventud Kennedy, la que perdió, y en la que no vio acción, pues cargaba con una fecha de expulsión.

Hinchas lo regalonean

"Algunos dicen que me vine por un millón..., pero no es así. Están locos", aseguró el jugador. Luego acotó que el equipo "es el reflejo de la gente que representa, esa que vive en la población Alonso de Ercilla, que es aguerrida, humilde y cariñosa".

De ese cariño, da a conocer un hecho que se ha repetido más de dos veces: "A mi casa han llegado hinchas a dejarme corderos, chanchitos, liebres, miel. Y qué voy a hacer. Tengo que recibirlos".

Y es tan así que hasta su "menú", particularmente el de fin de semana, ha cambiado. Si como futbolista profesional estaba acostumbrado a comer pollo y pastas, ahora en Alonso "la gente sale a cazar y llega con unos 50 conejos y 15 liebres que hacemos al disco", expresó.

Partner

A la hora de jugar y comer, tiene un buen "partner": Víctor Retamal, con quien compartió colores en el club Independiente, y quien también jugó en el medio rentado.

"Yo traje a Retamal y a otros dos jugadores de Independiente. Hace unos meses lo que menos pasaba por mi cabeza era fichar por un equipo hualquino. Por fortuna Alonso es como una gran familia, con una gran barra. Es impresionante", dijo quien trabaja como operador de máquinas en la pencona Fanaloza, y quien se ilusiona con llegar a la final de Recopa... y ganarla ante Kennedy. Sería su revancha de la final 2015 de la Copa de Campeones.

De vial a lota

Henríquez no se olvida que "llegué a Vial a los 15 años de edad. Edgardo Avilés fue mi primer profe. Debuté el 2002. El DT era Pedro Lucio Olivera. Fue ante Osorno, allá". Luego pasó a la UdeC y Everton, para el 2012 firmar en Naval y el 2013 en Lota Schwager, donde se retiró del medio profesional. "Tantos problemas en Lota me aburrieron. Por eso dije no más", aseguró quien el 2014 debutó en el amateur por Comercio, de Chiloé. Lo hizo al lado de Jaime Caro, Marco Olea y Mauricio Cataldo.