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Transporte escolar en familia: mientras él conduce ella asiste

Adolfo trabaja conduciendo con su mujer, Silvia, como asistente. Y Luisa, junto a su esposo, también se dedican a este rubro. Ambas parejas pertenecen a la Asociación de Transporte Escolar TRES Lomas y la Fetebio.
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Cecilia Bastías Jerez

Trabajan en equipo junto a sus respectivas parejas, cumplen con la extremadamente responsable labor de trasladar a los niños desde su casa al colegio y viceversa. Adolfo y Luisa comentaron cómo es la vida de un transportista escolar, junto con las cualidades que se requieren para ello. Así, los padres pueden tenerlo presente en este comienzo de año estudiantil.

Adolfo Fierro es transportista escolar hace 15 años, y junto a su mujer, Silvia Vidal, trasladan a alumnos del Colegio Almondale de Lomas de San Andrés. "Mi mujer es la asistente y yo soy el conductor, tengo que estar atento a las condiciones del tránsito", contó, agregando que fue ella la que partió con el nuevo negocio y que debido al éxito que tuvo siguieron trabajando en eso.

Para este emprendedor, lo fundamental para ofrecer un buen servicio es que debe gustarle el trabajo. "Porque los niños hacen ruido, son desordenados. O sea uno necesita paciencia, esa es la base", afirma.

"Uno en la hora de traslado, incluso les enseña a los niños algo de cultura vial. Porque en el furgón hay que conservar el orden. Y la tía es la encargada de guiar a los niños. A veces cuando hay mucho desorden, yo me estaciono y les digo que tienen que hacerle caso, pero no ocurre mucho porque ella sabe manejarlos", detalla.

De los apoderados, este tío comenta que la generación más joven está más informada y empoderada. "Ellos nos entregan lo más preciado que son su hijos, por eso nosotros al reunirnos por primera vez, llevamos nuestros antecedentes para que estén tranquilos. Pero aún hay muchos padres que poco preguntan y ellos son los primeros fiscalizadores", establece el conductor.

En cuanto al entorno en que se desenvuelve, Adolfo Fierro afirma que en general la cultura vial chilena es muy baja y poco se respeta al furgón escolar. "Un vehículo que pasa al lado nuestro cuando se están bajando o subiendo niños debería pasar a un máximo de 30 kilómetros por hora, eso porque mucha veces los niños se cruzan, pero eso nunca se cumple", ejemplificó.

Según Fierro, este trabajo sigue siendo una opción real de negocio, pero se debe tomar con seriedad y estar al cien por ciento. "Uno no se puede enfermar, no se puede quedar en pana, uno no puede beber dentro de la semana. Esto es muy serio porque se juega con vidas. Hay mucha presión en torno de nosotros", apunta.

Rol fundamental

La asistente en el furgón es fundamental para permitir un correcto trabajo de quien va conduciendo. Ese es el rol que cumple Luisa Rozas, quien junto a su esposo, Héctor Mardones, recorren sectores de Talcahuano para llevar estudiantes al Colegio Almondale de Lomas. Ella detalla que ya tiene bisnietos, por lo que su relación con los niños es bastante cercana y llena de cariño. "A mí me encantan los niños, son tiernos, son amorosos están en una edad que están aprendiendo y se apegan a uno. Yo tengo nietos grandes, entonces ya tengo la experiencia, hasta soy bisabuela", comenta.

"Me dicen tía Luisa, me tratan con cariño, saludan de besito. Los más chiquititos se van a mi lado y les llevo frazada, a veces les tengo que dar su mamadera", detalla Luisa.

Al igual que su colega Adolfo, esta querendona tía establece que quien trabaja en esto debe tener paciencia y disfrutar del contacto con los niños. "Uno debe preocuparse, porque son personas y tomarlos como si fueran sus hijos", indica.

Luisa afirma que muchas veces les toca hacer de enfermera, confidente, parvularia, porque en general este oficio requiere de varias habilidades. A veces los pequeños se marean o llegan tristes por una mala nota, describe.

"Por ejemplo, yo llevo una ficha de cada niño, de quién es la persona que los recibe en la casa, los números de los papás y si es que tienen alguna alergia", comenta la tía.

"Este trabajo es un servicio por el que los padres pagan, pero tiene mucho de cariño entremedio. A fin de año siempre nos llegan regalitos por parte de ellos y nosotros también les celebramos el día del niño con algún heladito", dice Luisa.

Los niños

María José Henríquez tiene 11 años y desde los tres que viaja con el "tío Adolfo" y la "tía Silvia". "Es divertido irse en furgón porque vamos conversando y conozco otros niños que no son de curso", dice la alumna de sexto básico del Almondale.

Por su parte María Gracia Fierro, que va en cuarto básico y es hija de Adolfo y Silvia, señala que ella es algo así como una mini asistente. "Porque a mí varias veces me preguntan primero las cosas que le quieren preguntar a mis papás", cuenta la escolar.

"Siempre nos reímos y si a veces alguien está triste siempre termina feliz en el furgón", subraya María Gracia.

"Este trabajo es muy serio porque se juega con vidas. Hay mucha presión en torno de nosotros".

Adolfo Fierro,

conductor.

"A mí me encantan los niños, son tiernos, amorosos y se apegan a uno".

LuisaRozas,

asistente.

DECLARACIÓN PÚBLICA

Ayer la Federación del Transporte Escolar del Bío Bío, comunicó algunas de las demandas que estarían incumplidas por las autoridades de su rubro: "Estacionamientos exclusivos; reembolso en subsidios para el transporte; altos intereses que debemos enfrentar para renovar nuestras máquinas, en consecuencia que existen grandes beneficios del estado para los empresarios del transporte de pasajeros", señalaron, entre otras denuncias en las que se quejan de la falta de concreción en acuerdo de mesas de trabajo. Por ello, decidieron convocar a una protesta pasiva, que consiste en no participar de la fiscalización de inicio de año, argumentando que este problema es un asunto de carácter nacional que debe ser analizado.

14 son las asociaciones que componen la Fetebio y una de ellas es TRES Lomas.