Mario Saavedra Ponss
Reunidos en torno a su iglesia destruida, decenas de hermanos del templo "Jesucristo es mi salvación" se abrazaban y lloraban desconsolados, durante la madrugada de ayer. Un incendio de grandes proporciones en la población Teniente Merino II de Concepción redujo a cenizas el recinto, que congrega habitualmente a más de 150 fieles. Las llamas, además, consumieron cinco casas. El dolor en el barrio es enorme.
Alerta vecinal
El siniestro se desató cerca de la una de la mañana. Miguel Ángel Quijada, trabajador de la Vega Monumental y uno de los 18 damnificados que dejó el incendio, relató que "nosotros estábamos durmiendo cuando vinieron a golpear la puerta. Empezamos a sentir el olor a quemado mientras nos gritaban para que saliéramos, porque las casas de atrás y la iglesia estaban envueltas en llamas. Es una impotencia enorme la que sentimos".
Por causas que están siendo investigadas por el Departamento de Investigación de Incendios de Bomberos, el fuego se originó en uno de los inmuebles del Pasaje 14.
El incendio se propagó rápidamente entre las viviendas de madera, alcanzando además la iglesia del barrio. Finalmente, llegó hasta el otro lado de la cuadra, hacia la calle Fray Bartolomé del Pozo.
Luis Catalán, pastor de la comunidad evangélica, relató que "el incendio venía desde la otra esquina, según contaron los vecinos. Ahora sólo queda ponerse en pie tras este duro golpe, pero Dios sabe por qué hace las cosas. Saldremos adelante junto a todos los hermanos. Una obra como esta no debe estancarse por lo que hizo el fuego, aunque perdiésemos todo lo que teníamos y habíamos conseguido a lo largo de mucho tiempo".
El hombre explicó que son cerca de 150 los hermanos que congregaba el templo en cada ceremonia y que la comunidad se expande también hasta las familias de los fieles que vieron su iglesia en llamas.
Oyeron explosiones
Myriam Córdova, vecina de la población Teniente Merino II e integrante de congregación "Jesucristo es mi salvación", explicó que ella despertó tras sentir grandes explosiones. Al principio, dijo, "creí que había una balacera, pero al mirar por la ventana, vi las llamas que venían en dirección de la iglesia. Eso fue lo primero que pensé y así fue. Corrimos aquí a ayudar, pero ya se había quemado todo".
Por su parte, Marianela Lagos, presidenta de la junta de vecinos del sector, señaló que "según el catastro que hizo la gente de la municipalidad, hay cinco familias damnificadas por las casas que se quemaron". Según las cifras de los trabajadores sociales, entre las 18 personas que lo perdieron todo hay cinco niños.
Cabe señalar que una adulto mayor debió ser trasladada al hospital por inhalación de humo. Trabajaron bomberos de siete compañías penquistas.
"Ahora sólo queda ponerse de pie tras este duro golpe. Pero Dios sabe por qué hace las cosas".
Pastor Luis Catalán
18 damnificados dejó el siniestro, de acuerdo a cifras de personal municipal.