Karen Loreto Retamal
El primer día del año partió nublado, dejando a muchos madrugadores con la sensación de que no habría playa para seguir celebrando. Sin embargo, al mediodía de ayer, cuando el sol empezó a aparecer, también lo hicieron los veraneantes, quienes, como es de costumbre, eligieron Playa Blanca de Coronel como el balneario más popular.
Unas 20 mil personas, aproximadamente, llegaron hasta el lugar ubicado al centro de Chile, quienes repletaron el lugar, siguiendo, muchas veces, una tradición familiar.
"Siempre venimos el 1 de enero a la Playa Blanca. Llegamos temprano y estamos durante todo el día, es algo clásico de nuestra familiar", señaló Luis Henríquez, coronelino que llegó con su señora Leonor Carrasco y su hija Génesis.
"Es rico salir este día, porque no todo el año se ve algo así, con tanta gente", añadió la esposa.
En el otro caso está Patricia Beiza con su familia, con quienes por primera vez decidieron pasar el primer día del año disfrutando de la playa.
"Venimos en familia a disfrutar del día, quisimos hacer algo distinto y acá estamos", señaló la vecina de San Pedro de la Paz.
día más lento
Luis Guzmán lleva varios años trabajando en el balneario coronelino con su Consorcio Estival, donde ofrece sillas y quitasoles para arriendo, así como otros artículos de playa. Según contó, este 1 de enero no fue tan masivo como los anteriores, debido a que el clima no los acompañó desde temprano.
"Esperábamos que la gente no apareciera, pero finalmente abrió. Igual no ha estado como otros años. El 1 de enero la gente llega temprano y también tarde", dijo.
Su hijo, Francisco, eso sí, destacó que la jornada estuvo bastante movida durante la tarde. "Nos ha arrendado mucha gente y esperamos más", señaló.
La vendedora, Carola Peña, que recorre la playa de punta a punta, también encontró lenta la jornada. "Pero sabemos que vamos a vender todo, porque en la tarde repunta", indicó. J
Mientras Playa Blanca gozaba de sol y calor, en el otro extremo del Gran Concepción, en Tomé la cosa no era igual, pues las nubes cubrían el cielo y un viento helado también se hacía notar. Eso sí, eso no fue impedimento para que los veraneantes llegaran a disfrutar de las bondades del paisaje y también del mar. Es que no fueron pocos los que igual se bañaron.