El orgullo de la Escuela de Carabineros de Hualpén
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C ada año la Escuela de Formación de Carabineros "Alguacil Mayor Juan Gómez de Almagro", grupo Concepción, recibe a cerca de 150 alumnos y los prepara para ejercer como carabineros en su ubicación en Hualpén. Y este 2015, por primera vez, tuvo el honor de contar con el alumno mejor evaluado a nivel nacional. Se trata de Juan Guillermo Castillo Sandoval, quien recibió el título de brigadier nacional a sus 25 años.
Según explica el propio Juan Guillermo, dentro de todas las escuelas de formación de Carabineros hay un periodo donde se imparten ramos, y de acuerdo al rendimiento les van poniendo notas en dos semestres.
El título de brigadier lo recibe el mejor evaluado de cada sección, y brigadier mayor es el mejor evaluado en toda su escuela, mientras que brigadier mayor nacional es aquel que salió mejor evaluado entre todas las escuelas del país.
Ese es el rango que hoy ostenta Castillo. De los ramos para los cuales se preparó con mucha dedicación y luchando por cada décima de nota, comentó que lo principal es la doctrina institucional. "Está el área jurídica donde se cuentan: leyes especiales, derecho procesal penal, reglamentación, derechos humanos. También acondicionamiento físico y defensa personal. Además de introducción a las normas legales", establece el joven.
También hay una evaluación que se realiza, paralela a la de los ramos, que tiene que ver con la integridad del alumno. "Esa la hacen los instructores y se llama instrucción de a pie, donde se ve lo que tiene que ver también con la formación militar", comenta Juan Guillermo Castillo.
Al igual que muchos de sus compañeros, este joven viene de una comuna rural, Bulnes. "Allá hice la básica y salí del liceo Manuel Bulnes", dice.
Pero, a diferencia de la mayoría de sus pares, Castillo realizó estudios universitarios. "Me fui a la Universidad de Concepción y estudié Ingeniería Comercial, pero no terminé, me faltó la tesis. Y de ahí postulé a Carabineros, porque vi que el campo laboral en mi carrera no está muy bien evaluado", detalla.
"Quería estudiar en la Escuela de Carabineros (de oficiales), pero estaba pasado en la edad, así que postulé a la Escuela de Formación. Tenía que estar dentro de las primeras 200 antigüedades para postular a la otra escuela, yo tenía mi objetivo claro", asegura.
"Cuando ingresé, la idea era estar dentro de los 200. Sabía que tenía que estar cerca del 6,8 y con el tiempo me fui dando cuenta de que tenía buenas notas y podía quedar dentro de los primeros cinco, pero nunca pensé que iba a quedar primero a nivel nacional", reconoce orgulloso.
Desde el comienzo del segundo semestre que este joven sabía que estaba en el primer lugar, por ello que durante todo el segundo periodo su objetivo fue mantenerse en ese puesto.
"Por tener buenas notas, nos fuimos todos los brigadieres a Ecuador de gira de intercambio cultural con la Policía de Ecuador. Nos llevaron a conocer la Central de Comunicaciones, estuvimos en Labocar. Y recorrimos harto el país. Fue una bonita experiencia", detalla.
Otro de los beneficios a los que puede optar y el que desde el comienzo más le interesó, es la posibilidad de cambiarse de escalafón dentro de la institución. "Por tener la primera nota se me da la opción de poder postular, pero tengo que cumplir con todos los protocolos y requisitos para poder ingresar, tengo que esperar un año después de egresar", asegura.
Por estos días, Castillo se encuentra haciendo su práctica policial en las calles del centro de Concepción, Hualpén y Talcahuano, en el plan preventivo que se realiza en estas fechas en torno del comercio.
Sobre su vocación como carabinero, Castillo asume que, como varios compañeros suyos, ingresó buscando una nueva opción de fuente laboral. "Pero dentro del tiempo en que uno se está formando va adquiriendo los principios y la doctrina, al final uno sale queriendo harto la institución. Por algo está bien evaluada por parte de la comunidad", indica.
"Mi familia está contenta, sobre todo mi hermano que egresó de la Escuela e Suboficiales, somos los dos hermanos nada más, y los dos somos carabineros", comenta.
En su proceso de instrucción, que dura un año, Castillo trabajó de muy cerca con el sargento primero Mendoza, que para hacer el símil con la vida civil, es algo así como el profesor jefe de cada curso. "Mi sargento está a cargo de todo lo relacionado con nosotros, su grupo de alumnos. Se preocupa de lo personal y académico. Es el encargado de forjar lo militar que nosotros salgamos con esa doctrina".
"Tengo buen acercamiento y buena relación con él. Además esta es la primera sección que tenía a su cargo y de ella salió el brigadier nacional", asegura el joven.
COMANDANTE
El sargento primero Rodrigo Mendoza, comandante de la Segunda Sección a la que pertenece Juan Guillermo Castillo, se mostró contento con el logro de su alumno carabinero. "Él fue evaluado por su comportamiento y sus actitudes, además de las notas por el rendimiento académico, eso hizo un promedio que en su caso es el más alto de todo el país", señala.
"La escuela de formación, alma mater, está en Santiago y además están las de Arica, Antofagasta, Ovalle, Viña del Mar, Concepción, Puerto Montt, Valdivia, Ancud y Temuco", enumera el sargento primero, dando cuenta que de todas ellas el título de brigadier nacional recayó en el grupo Concepción.
"Como comandante de sección, es un orgullo que de los alumnos que uno forma, uno haya sido destacado. Aunque todo el resto de los compañeros reciben la misma formación", aclara.
"Pero sin duda para uno es gratificante que uno de sus alumnos reciba tan alta premiación", establece.
"No obstante, y yo se lo he dicho a Castillo, ser un buen carabinero no es necesariamente el que tiene la mejor nota, sino que debe tener muchos más requisitos", dice Mendoza.
"A diferencia de muchos de sus pares, Castillo tiene estudios superiores y en la primera entrevista señaló que su intención era ser brigadier, sacar las mejores calificaciones, ya que su norte era irse a la Escuela de Carabineros. Tenía clara su meta", destacó.
La convicción del sargento primero, es que para ser un buen carabinero se requiere de valores y principios que vienen de la cuna. "Yo creo los jóvenes deben tener ese impulso por querer servir, eso parte de lo que nos enseñan nuestros padres. Deben ser buenas personas, tener a Dios en el corazón, creo que todos mis alumnos lo tienen, por lo tanto son buenos", asegura.
Sobre la formación en la escuela, el sargento Mendoza detalla que a los futuros carabineros se les prepara físicamente y en contenidos académicos que tienen que ver con las leyes.
"Su rutina parte a la 5.30 horas de la mañana, el instructor los despierta, ellos forman y pasan a desayuno. Después tienen sus horarios de clases, en dos jornadas, al medio día tienen el horario de almuerzo", explica, subrayando que en la instrucción se busca formar a carabineros íntegros. J