Bien Animal
Estamos ante un nuevo fin de año. Parece increíble pero así es. El tiempo pasa, literalmente, volando. Y nos damos cuenta -en un primer momento- cuando los supermercados cambian su decoración y música, luego cuando los noticieros muestran el juguete de moda para Navidad y los panormas para Año Nuevo y, por último, en los atochamientos vehiculares que se producen en esta época. No entiendo cómo ni de dónde, pero aparecen más personas y autos que nunca.
También, me llama la atención que pocos hablen de lo que significa una fecha como la Navidad. O de lo que queremos que signifique una noche tan especial en el año. Pocos hablan del amor, de la paciencia, de la tolerancia, de la generosidad, de los valores que debiéramos mostrarles a los niños, en vez de bombardearlos con un señor barbón que trae regalos a destajo, aunque el mundo se esté pudriendo a la vuelta de la esquina.
¿En algún momento habrá tenido un significado Navidad? Tal vez siempre ha sido igual y, como siempre, mi idealismo me consume.
Reflexiono esto, mientras recuerdo cuántas personas me han preguntado dónde pueden comprar un perro para regalárselo a su hijo. Así, con una cintita en la misma categoría que un Lego. Y desde ahí que partimos con el error. En poner los valores de manera equivocada.
Los mensajes son tan importantes -y el lenguaje crea realidades- que si un niño encuentra de regalo un perro junto a una pelota y un polerón, en su mente cambiará algo y ese perro, que es igual a un juguete o a la ropa, quedará así para siempre. Entonces por qué no cambiar el mensaje y decirle a un niño que lo que queremos es dar y recibir amor y que, por lo mismo, en familia, a conciencia y con mucha responsabilidad podríamos adoptar a un perrito para que nos acompañe para siempre en familia. El objetivo sería el mismo: tener un perro, pero con esta acción entregaríamos un mensaje potente, lleno de enseñanzas y valores. Pero no, algunos papás prefieren ver la cara de sorpresa que va a poner su hijo, tomar la foto y quedarse tranquilos por un año más, sin importar las consecuencias de eso. Y es que nos hemos puesto tan materialistas que ya nada importa. Lo importante es abrir más regalos por minuto.
Por eso, los invito a que reflexionemos, a que estos días sean una instancia de aprendizaje familiar, llena de amor y amistad y qué mejor que darle hogar a un animalito indefenso, que podrá acompañarlos desde ese momento complementando la felicidad familiar para siempre.
@FranCorralS / Francisca Corral | Directora de fundacionjulieta.cl