Opinión de experto
Las vacaciones de verano son un desafío para los padres que pocas veces tiene la opción de compartir este largo periodo con sus hijos, y lo cierto es que los niños demandan atención y realizar actividades que compensen la rutina que han mantenido durante la época escolar.
Una buena alternativa que se ha masificado desde hace un tiempo son las escuelas de verano, instancias que permiten a niños y jóvenes compartir con nuevos amigos, desarrollar actividades físicas y recreativas, donde puedan ocupar de buena manera su tiempo libre.
Iniciativas de este tipo se han desarrollado en varias instituciones, incluso algunas municipalidades han programado jornadas gratuitas de este tipo, que son sin duda una oportunidad entretenida para que las vacaciones sean un recuerdo entretenido para todo el año.
Talleres de pintura, cocina, manualidades, caminatas, juegos predeportivos e incluso natación, son actividades ya tradicionales de estas escuelas que en una o dos semanas logran inculcar en los niños una valoración diferente de la naturaleza y desarrollar sus habilidades deportivas y sociales, además de fortalecer su independencia, todas experiencias que sin duda pueden aplicar durante su regreso al colegio.
El único cuidado que los padres o adultos debemos tener es en la elección de estas escuelas. Es necesario considerar aspectos como la trayectoria, los antecedentes y capacitación de los monitores a cargo de los niños, las normas de seguridad que tendrán en la realización de actividades, el lugar y horario en que se realizarán, además de la cantidad de menores que la integrarán y sus rangos de edades.
Averigüe cuáles son las alternativas que están cerca suyo, pues hay variadas y llenas de entretención.