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Los temerarios suelen ser más inteligentes

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Valentina Pavez Valdés

Al contrario de lo que se piensa, las personas arriesgadas son las que tienen un mayor desarrollo de materia blanca, la red neuronal diseñada para analizar y transmitir información de una manera coherente y eficaz al cerebro, según una investigación desarrollada por la Universidad de Turku, Finlandia, y la Fundación SINTEF de Noruega.

El hallazgo se realizó gracias al análisis del cerebro de hombres jóvenes, mientras participaban en un juego de conducción en el que debían tomar decisiones arriesgadas. Las dos técnicas que se usaron fueron la de resonancia magnética y la toma de imágenes de tensor de difusión, que permitieron medir las correlaciones estructurales en el cerebro relacionadas con la activación de comportamientos de riesgo.

A partir de tests psicológicos, estos hombres fueron divididos en dos grupos: los que asumían pocos riesgos y los que asumían riesgos importantes.

"Esperábamos que los jóvenes que pasaban mucho tiempo decidiendo qué hacer en una situación de riesgo tuvieran más desarrolladas las redes neuronales", dijo Dagfinn Moe, uno de los autores del trabajo.

Sin embargo, el proyecto científico reveló lo contrario. Las imágenes captadas mostraron grandes diferencias en lo que se denomina materia blanca. Quienes tomaron las determinaciones más pronto, fueron capaces de evaluar la situación y optaron por conducir con seguridad. La explicación radica en que los jóvenes activos buscan retos, tanto por curiosidad como por ganas de experimentar. Con esta actitud alcanzan un sentido de dominio sobre su entorno. J

Lo que buscaban los investigadores a través del sondeo, era ver los procesos de toma de decisiones en los cerebros de 34 hombres jóvenes, entre los 18 y 19 años. Y para hacerlo fueron sometidos a situaciones en que debían tomar decisiones inmediatas. Así, se separaron entre los precavidos y los más temerarios.

Síndrome de "perder el tren" aparece a los 35

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Se define como el sentimiento de pesadumbre que cae sobre el ser humano cuando siente o teme que ya es tarde para cumplir sus aspiraciones. Y aunque suele asociarse al ámbito amoroso, puede aplicarse a cualquier área de la vida. El síndrome de "perder el tren" aparece, en promedio, a los 35 años y puede afectar tanto a hombres y mujeres que creen que ya no podrán proyectarse laboralmente como lo hubieran deseado o a quienes estando solteros temen no encontrar pareja y morir solos. La realidad, sin embargo, es que no hay edad para cumplir las sueños que tenemos. J

Renunciar puede ser el primer paso para ser feliz

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Tomar una decisión radical, suele pensar la gente, es el camino para cambiar la vida agobiante que se lleva por una más apacible y feliz. De alguna manera, sostienen los expertos esto es así. Mas no del todo cierto. Renunciar, por ejemplo, sí puede ser el primer paso para alcanzar la felicidad. Los cambios se transforman en oportunidades si se saben aprovechar. Y he ahí la clave: la filosofía budista dice que la felicidad está determinada por el estado mental de las personas y no por acontecimientos externos. Hechos como ganar un premio o tener un momento de éxtasis, solo da felicidad momentánea. J