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"Hoy puedo decir que mis mejores presentaciones las he tenido en un vagón del metro"

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karen.retamal@estrellaconce.cl

Es un escenario atípico, pero uno donde varios artistas han desplegado su música. U2, por ejemplo, grabó un video musical hace unos años y tocó, también recientemente, en uno de Nueva York; Paul McCartney lo hizo en Nueva Orleans. Son los vagones de metro, los mismos donde el penquista Felipe Moreira ha desplegado su talento.

De Conce al tren

Instalado en tierras brasileñas, el artista itinerante relata que lleva dos años viajando con sus melodías, de los cuales los últimos dos meses lo ha hecho en Sao Paulo y Rio de Janeiro.

"Me dedicó al 100% a la música desde los 21 años. Hoy tengo 33. Empecé seriamente de esa forma, tocando la guitarra todos los días, haciendo música para mi proyecto de banda. De ahí, desde el 2005 al 2010 estuve pendiente de ella, con el cual saqué cuatro producciones. Mi historia como músico la puedo expresar desde el 2013, cuando empecé a vivir realmente de ésta, ganando dinero", resume.

Su primera parada como músico callejero fue en el metro Irarrázaval, sólo con su guitarra. Tocaba mañana, tarde y noche. Tocaba y tocaba. Hizo música, ocupaba su voz y la guitarra. Empezó a vivir experiencias muy lindas con las personas que gustaban de sus canciones. Luego, le propusieron ir a tocar a Valparaíso, en el Metrotrén. Fue y no paró nunca más. ¿El por qué? Él confidencia: "Me di cuenta que podía ganar plata. Me iba mucho mejor que tocando en las calles".

Después se fue a Santiago, donde empezó a crecer más la armonía. "Hoy trabajo con repertorio instrumental, exclusivamente compuesto para trabajar arriba de los vagones del metro. Ahí funciona perfecto. He acompañado a miles de personas con mi música y creo que falta simplemente la validación del oficio del músico itinerante y creo que estoy esperando algo así. Me va muy bien. Estoy contento, tranquilo, mi vida como músico es maravillosa. Soy un bendecido por poder expresar lo que siento arriba de los vagones. Que la gente me escuche", señala.

Brasil: otra cultura

Una mujer puede cambiar el curso de todo y eso bien lo sabe Moreira. Es que fue gracias a una que decidió llevar su guitarra y talento hasta Brasil. "Fue una casualidad (...) Me pasó que conocí a una persona en Santiago que es de Brasil y encontré que fue la señal para de una vez por todas salir a experimentar a otro lugar. Las casualidades de la vida no son por nada...", relata.

Su experiencia en tierras cariocas ha sido a otro nivel. La primera vez que intervino un vagón de metro, con la incertidumbre y la adrenalina del momento, no sabía qué pasaría después de que terminara de tocar. ¿Les hablaría a los brasileños (que entienden español si se les habla lento)? Pero apenas su guitarra acabó, los aplausos despejaron las dudas. "Eso se fue repitiendo vagón tras vagón, lo cual fue muy lindo", comenta.

Con su música ha estado en los metros de Sao Paulo y Rio de Janeiro. También en la calle. "La recepción de la gente es maravillosa. Lo valora mucho, se respeta mucho a los músicos y eso es muy motivante. Acá donde hay fiesta, está lleno de música en vivo, cosa que en Chile no pasa. Es otro mundo acá", señala.

Reitera que "cuando he trabajado en Brasil las personas aplauden, lo que me deja claro que acá no hay miedo a expresar lo que se siente, no como en Chile que somos apáticos. Creo que hago un pequeñísimo aporte en el diario vivir de las personas, con la música que toco".

"Abrazar" CON MÚSICA

Es su talento musical lo que ha marcado la diferencia en sus presentaciones en el tren urbano: "Mis mejores presentaciones las he tenido en un vagón de metro y no en un escenario con luces de colores ni músicos más espectaculares del mundo", confiesa.

Es que éstos, dice, le han ayudado a mejorar su interpretación, capacidad de percepción musical y cómo poder entregar de mejor manera una creación armónica para acompañar los viajes en metro. "Cuando tocas en la calle es distinto porque la gente pasa y no se detiene a escuchar y sentir. Por eso los vagones, donde la gente puede ir parada o sentada, es un muy buen método de sanación. He llegado a la conclusión que lo que hago es musicoterapia. Más allá de mostrar que soy músico, lo único que importa es que puedo entregar lo mejor de mí".

Si bien partió con canciones con letras, de a poco fue mutando sólo a temas instrumentales. "Una de las cosas que más busqué fue juntar dinero y comprar un amplificador y así tocar amplificado arriba del metro. Llegó el día en que lo tuve y empecé a alternar entre una canción cantando y otra instrumental que tenía hace años. Me di cuenta que resultó y empecé a trabajar así durante unos meses", dice.

"Me empecé a dar cuenta que el repertorio instrumental tenía mucho sentido. Es una música envolvente dentro del viaje. Hoy he podido desarrollar una técnica bien particular en relación a la ejecución de la guitarra. Aparte de tener una armonía muy especial para envolver los viajes y la gente, tratando de abrazar a las personas con mi música. Cada día que pasa encuentro que tiene más sentido mi música para trabajar solamente en los vagones de metro. Obviamente que también funciona en otros lugares. Así he podido seguir avanzando como músico y compositor", agrega el artista, al cual se puede seguir en Facebook: Felipe Moreira Flores.

Todo esto es una recompensa para él. "Llevo dos años viviendo tranquilo, no molesto a nadie. Vivo libre, nadie me presiona, soy mi jefe (...) Es una bendición trabajar así, es un sacrificio que es la soledad del viaje. A veces pesa y se aprende a sobrellevar. Pero se aprende porque es una opción de vida", sentencia. J