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El rider que cumple su sueño de vivir del slackline tras obtener el tercer lugar en el Mundial

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A punta de mucho esfuerzo y entrenamiento, Abraham Hernández un linarense de nacimiento y que vive hace cuatro años en Conce, ya es uno de los riders más reconocidos del slackline criollo. Este deporte de equilibrio, que consiste en ejecutar vistosas piruetas sobre una cuerda elástica, se ha convertido en la pasión de muchos jóvenes y en particular de Abraham, quien dedica gran parte de su tiempo a practicar y aprender nuevos trucos.

Como cualquier mortal, Hernández trabaja en la semana en la tienda de artículos deportivos Pro Riders, donde lo auspician desde que conocieron su talento. Luego ganar el campeonato nacional que se realizó en Viña del Mar, el rider clasificó, con todos los gastos pagados, al mundial de la disciplina que se efectuó en Brasil a mediados de octubre.

En la tierra de la samba y el jogo bonito, Abraham se las mandó y obtuvo un notable tercer lugar, frente a los mejores exponentes de esta disciplina a nivel planetario.

"Hasta el momento es la mejor experiencia que he tenido en cuanto a competencia, ya que estuve en un estadio de slackline lleno de gente, realmente reflejando lo que es un campeonato mundial. En lo personal, fui con la mente puesta en disfrutar y hacer lo que más me gusta. Al momento de competir, se me fueron todos los nervios con el apoyo del público y me sentí pagado desde que llegué a Brasil", asegura a La Estrella.

El triple mortal

Uno de los movimientos de Abraham, que desató la locura entre los asistentes al evento, fue un inédito triple mortal en el aire. Nadie antes había hecho ese truco en un campeonato mundial y él se dio el gustito de ser el primero en la historia del Slackline en conseguirlo.

"He tirado morales dobles y todo eso, pero uno triple no lo había practicado antes, sólo lo visualizaba en mi mente hace tiempo. Lo cierto es que me animé a hacerlo porque nadie se había atrevido antes. Además, la cinta me estaba dando mucha altura y sentí que era el momento indicado en ese ambiente cargado de adrenalina. Uno tiene un minuto y treinta segundos por pasada y sobre el final, si te queda tiempo, puedes bajar de la cinta y hacer un último truco en los quince segundos adicionales que te dan. Tomé el micrófono y les dediqué a los amantes del Slackline presentes el triple mortal. Todos pensaban que nada más loco podía salir en la competencia. Se vieron mortales dobles con giro que ya son de otro mundo, pero cuando me salió el triple fue algo inesperado, porque nadie lo imaginó", manifiesta.

De su travesía por Foz do Iguaçu, ciudad que albergó el mundial, el muchacho, que es egresado de la carrera de personal trainner, comenta que todo fue alegría en el país tropical. "Me sorprendió lo feliz que es la gente en Brasil. En cada lugar hay alegría y a uno también se le pega esa actitud de vida. Te trasmiten esa buena vibra, es espectacular, tengo ganas de viajar otra vez para allá e inclusive no volver nunca más", explica entre risas.

"Allá se vive de otra manera el Slackline. Es mucho más masivo y hay muchas comunidades de personas que lo practican y participan en los encuentros", indica.

Respecto a sus inicios, Abraham recuerda que el año 2013 dio sus primeros saltos en la cinta elástica y ni imaginaba todo lo que este deporte le daría.

"Al principio empecé a practicar, porque me pareció un buen desafío. Observaba videos en Youtube y sólo quería hacer los trucos que salían allí. Además, entrenando vas enfrentando tus miedos y te superas. Nunca se me pasó por la mente estar en el nivel que estoy ahora. Me siento contento y agradecido por todo lo que me ha tocado vivir en estos últimos meses", explica.

El gran sueño de Hernández es vivir de este deporte y aspirar a ser el mejor del mundo. Para eso, luego de su excelente paso por la World Cup, ya cuenta con el auspicio de la empresa internacional Slackline Industries, que se pone con todos los gastos para que el rider viaje por el mundo haciendo presentaciones.

"Quiero seguir progresando y ser el mejor del mundo. Espero poder vivir del Slackline, que es lo que más me apasiona y continuar viajando y conociendo gente a través de esta disciplina. Ahora debo esperar que comience la temporada de competencias internacionales sin la preocupación del factor monetario como antes, ya que Slackline Industries se encarga de costear mis gastos de viaje y hospedaje. Ahora en la primera semana de diciembre estoy invitado de nuevo a Brasil, voy a participar de un evento de waterline, que es una variante del slackline donde la cinta se coloca sobre una piscina y caes al agua", agrega.

Actualmente, Hernández se las arregla para entrenar en lugares abiertos que se pueden encontrar en la ciudad como los jardines de la Universidad de Concepción, siempre y cuando el clima lluvioso no le juegue una mala pasada.

"Siempre practico en los árboles que están cerca de la Laguna de los Patos o a veces voy a la Universidad del Bío Bío para variar un poco en el entorno. La falta de espacio me complica un poco y ahora estamos tratando de conseguir un lugar en el Parque Ecuador para jóvenes que entrenen disciplinas urbanas como Street work out, Break Dance y Slackline. J