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Médico cuelga el delantal el fin de semana para examinar a sus aviones en el hangar de su casa

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Para que un avión vuele no es necesario que sea grande y pese muchas toneladas, ya que a través del aeromodelismo, se pueden armar versiones a escala, los que tras un minucioso trabajo volarán por los aires al igual que los originales. El médico Miroslav Vulinovic, de 53 años de edad, dedica parte de su tiempo a la construcción de aeronaves a escala en el taller de su casa y además es miembro del Club de Aeromodelos de Concepción.

A los 15 años, época en la que vivía en su natal Iquique, vio una película que relataba la invención del primer avión por parte de los hermanos Wright, lo que despertó la curiosidad por los vehículos que cruzan los aires.

"A esa edad hice mi primer planeador, pero era súper difícil conseguir los materiales porque eran muy caros y no tenía recursos. Tenía un compañero que me daba algunos trozos de madera", recordó Vulinovic, quien asegura que demoró todo un semestre en poder armar su primera obra.

El tiempo que gastó en construir se perdió rápidamente. "Tiré el planeador desde el Cerro Dragón. No sabía de tecnología ni nada para controlarlo y vi cómo desapareció en el horizonte", señaló el ginecólogo, quien también realiza docencia en la Universidad San Sebastián penquista.

Con el paso del tiempo fue olvidándose de la construcción y se vino a Concepción a estudiar Medicina. A pesar de ello, seguía teniendo una inclicación hacia los medios de transporte aéreos, la que explotó años después.

En 1999, cuando residía en Arica, le hicieron una invitación que le cambió la forma de vivir su pasión. "Yo estaba pagando la beca en el norte y un colega me invitó a un grupo de aeromodelismo. Nunca más dejé la actividad", recordó el médico, que también trabaja en el Hospital Naval de Talcahuano.

Construcción

En el patio de su casa, en San Pedro de la Paz, Miroslav tiene su taller donde construye y almacena todas sus creaciones.

"Antes de cambiarnos a esta casa ya había mandado a hacer este taller, que al principio lo encontré grande, pero ahora pienso que me quedará chico", bromeó el médico que es casado y tiene dos hijos.

Allí tiene 21 aviones armados y cuatro en proceso. "Si uno lo piensa bien, son demasiados los que tengo", dijo sonriendo.

Según señaló, hay tres maneras de armar los modelos, y unos demandan más trabajos que otros.

La primera opción es sencilla. Vienen las partes armadas dentro de una caja y sólo se deben pegar y hacerlo funcionar. "Es como un rompecabezas o un Lego", explicó.

La segunda manera es un poco más compleja. En la caja vienen las piezas cortadas, pero el aeromodelista debe pegar y armar todo el aparato. Demora un poco más y es un trabajo más complicado.

La última forma de construir es la más compleja. "Uno compra un plano y nada más. A partir de eso se compra madera y las herramientas necesarias, pero nosotros hacemos todo. Cortar, pegar, pintar e instalar el motor", declaró el profesional, quien señaló que esta opción es su favorita, pero se ha ido perdiendo con el paso del tiempo.

Señala que para que el modelo a escala pueda volar se necesita que sea liviano, razón por la que se ocupa madera de balsa para su construcción y algunos trozos de terciado.

"Mientras más liviano sea, mejor volará. La idea es que cuando se desconecta el motor pueda planear y no se vaya a pique de inmediato", explica.

Según el experto, cualquiera puede ser aeromodelista: sólo se necesitan ganas. "Cuando chico era pésimo en artes manuales, pero ahora soy capaz de construir un avión a escala", dice.

Familia y club

"Los aeromodelistas no deben revelar el precio de los aviones o las mujeres se enojarán", bromeó Vulinovic, quien señaló que para dedicarse al aeromodelismo ha tenido que quitarle un poco de tiempo a su familia. "En este sentido uno tiene que tratar de compensar los momentos. En las noches vengo al taller y un rato los fines de semana", indicó.

A pesar de lo anterior, contó que su familia comparte su pasión. Su hijo también es aeromodelista.

El Club de Aeromodelos de Concepción reúne a todos los fanáticos de este arte y se juntan regularmente en el Fundo Hualpén, en el Parque Pedro del Río Zañartu, donde tienen su sede.

El club lo conforman más de 50 personas y el 15 de diciembre cumple 35 años desde su fundación.

"La idea del club es que todos participen, independiente de que tengan recursos o no. Sabemos que el mundo es desigual, pero tratamos de cortar esas brechas en el club", indica.

"Si hay algún miembro que no tiene plata para pagar la mensualidad, la pagamos entre todos o buscamos una solución. La idea es tener la plata para mantener el club, no para hacernos millonarios ni nada. Lo principal es que queremos que todos participen", confiesa.

Dentro del grupo se puede encontrar gente de todo tipo. Hay médicos, abogados, deportistas, estudiantes y abuelos. Todos tienen como denominador común su pasión por los aviones.

"El miembro más chico que tenemos tiene 15 años, es el blanco de las tallas y bromas por parte de los demás. Por otro lado, hay un socio que tiene 83. Hay una mezcla generacional importante", contó.

El aeromodelista reconoció que es una disciplina que se está masificando con el paso del tiempo y que en la zona hay más clubes que engalanan los cielos con sus artefactos.

"En Chillán y Los Ángeles hay grupos muy organizados y hacen eventos constantemente. La federación apoya bastante", mencionó Vulinovic.

Como muestra de la unidad y fraternidad que existe en el club, contó que "hay socios que no tienen autos para transportar los aviones, así que nos organizamos entre todos para poder transportarlos".

Además de juntarse todos los fines de semana, los fanáticos del aeromodelismo tienen actividades para la temporada de verano.

"En enero nos vamos a Quillón, al sector La Puntilla. Allí arrendamos una cabaña y ocupamos los modelos que sirven para el agua", indicó.

Aeropicnic 2015

En el Parque Pedro del Río Zañartu, hoy y mañana, se realizará la décimoctava versión del Aeropicnic de Concepción: el evento de la disciplina más antiguo y tradicional del país.

"Quizás no somos los más espectaculares, ni los más concurridos, pero somos los más antiguos. En Santiago hay unos modelos espectaculares. Se nota que ahí está la plata", comentó entre risas.

La idea del Aeropicnic, surgió para integrar a las familias a la actividad. "Un día se les ocurrió a los socios que sería bueno pasar una tarde familiar, hacer un picnic con ellos y mostrar los aviones", señala el profesor universitario para explicar el surgimiento de la idea.

En esta versión, se esperan cerca de cien expositores de aviones, los que podrán ser presenciados durante el fin de semana en este espacio ubicado en la comuna de Hualpén.

La actividad, que es liberada para todo el que quiera asistir, contará con la participación de invitados internacionales y comienza a partir de las nueve de la mañana. La idea es asistir en familia. J