Mario Saavedra Ponss
Los comerciantes y trabajadores de los restoranes ubicados frente a Playa Blanca denunciaron una serie de robos y destrozos. En uno de ellos, acusan que en menos de treinta días, los han atacado diez veces. Ayer, por ejemplo, descubrieron que les robaron cerca de cuatro millones de pesos, incluyendo el último televisor que les quedaba.
Relato de afectada
El restorán afectado es el local Las Rocas, ubicado junto al acceso principal al balneario y con una tradición de más de tres décadas. Sandra Fernández Gatica, hija de la dueña, contó que "nosotros estamos a la espera de la concesión para poder trabajar. Pero no hemos querido sacar las cosas del local a la espera de ese permiso. En los últimos años nos han entrado a robar unas cincuenta veces, pero este mes ya van diez. Ayer nos sacaron la última tele que nos quedaba, porque las otras tres ya las habían robado. En total nos sacaron unos cuatro millones de pesos".
Poco a poco, el local ha ido siendo desmantelado por la delincuencia. Sus dueños sólo esperan levantarse y hacen el llamado a la autoridad para que los ayude para abrir sus puertas al público. "Nos han sacado electrodomésticos, equipos de cocina, parlantes y luces", añadió Sandra, quien lamenta ver cómo el histórico local de su familia se ha transformado en el blanco de sujetos inescrupulosos.
Protegen sus locales
Un problema similar tienen en el local de al lado, Mar Azul. Allí José Amigo, uno de los propietarios, contó que para evitar ser atacados, decidieron irse a vivir a la playa. "Así estamos siempre pendientes de que no entren a robar. Pero hace un mes, ya nos asaltaron", relató.
Las voces desesperadas de los comerciantes se suman a lo largo del balneario más grande de la provincia, en el límite entre Coronel y Lota. Claudia Rivas, propietaria del restobar La Cabaña, contó que "es enorme el problema de la inseguridad acá. Está sobrepasada. En Playa Blanca tenemos sectores neurálgicos que requieren más vigilancia. Ojalá hubiese más rondas policiales para controlar esto, porque se ha transformado en casi un paseo para los ladrones".
Claudia contó que ellos también han sufrido robos. "Por eso hemos estado acá, con celadores, vigilantes. Incluso nosotros mismos, los trabajadores, nos hemos organizado quedándonos, para cuidar nuestro trabajo". J
El problema de la seguridad no es el único que acusan los locatarios y trabajadores de la playa. Según indicaron, sienten que el descuido se nota hasta en los matorrales que crecen junto a la línea, en la gran candidad de perros vagos y heridos que deambulan por el balneario. "Otro tema son los rayados y la basura con la que siempre hay que batallar", dijo un trabajador.