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Bucea para sacar piezas que convierte en joyas

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conica@estrellaconce.cl

Desde las profundidades del mar y en las orillas de las playas, Viviana Genta Herrera extrae fósiles, piedras y colmillos de cachalotes para trabajarlos y adornarlos con piedras semipreciosas, plata y transformarlos en hermosas joyas. Su productos han sido adquiridos por personas de distintas latitudes del mundo.

Viviana se sumerge en el mar, entre los 10 a 30 metros de profundidad, en Caleta Chome, lugar al que va desde los años 90. Ahí ha podido recuperar colmillos de cachalotes. Otro de sus puntos preferidos para extraer su materia prima es una playa cerca de Cocholgüe, Tomé.

el buceo

"Toda mi vida me ha apasionado la recolección de fósiles y piedras. Comencé a trabajarlas hace unos 20 años. Primero tallé unos colmillos de cachalotes que extraje buceando", señaló Viviana, que se tituló de profesora de Educación Física en la Universidad de Concepción.

Comenzó a bucear cuando tenía catorce años de edad. Primero fue por hobbie y luego de manera profesional. Tiene licencias comerciales y deportivas para practicar este deporte.

"Mi padre buceó hasta pasados los 70 años y yo pretendo bucear hasta la muerte", sostuvo.

"He estado en la Isla de Pascua, donde tuve la oportunidad de bucear con Henri García, uno de los mejores buzos del mundo. También he estado varias playas del norte de Chile, pero Chome me encanta", asegura.

En cuanto a las características del mar para bucear en Chome, Viviana manifestó que "es frío y la visibilidad es regular. En invierno es más limpia el agua y además con el viento se remueve la arena y aparecen los colmillos, a pesar que ya ni quedan".

"He buceado junto a unos catorce lobos y delfines en Chome. Fue precioso", señala que una de las anécdotas que ha vivido en esta actividad .

sus inicios

"Conocí a Edgard Sandoval a él le cambiaba colmillos por piedras, él es un maestro de la orfebrería en Santiago y me dijo porqué no comenzaba a trabajar con plata y me enseñó e incentivó a trabajar mi materia prima que eran mis piedras, fósiles y colmillos a transformarlos en collares, colgantes, orfebrería en general", revela sobre sus inicios.

"Con Edgard comencé a vender mis productos hace unos diez años en un puesto de la Feria de Los Domínicos, en Santiago y mis cosas le gustan mucho a los extranjeros. De hecho, una vez llegó una mujer que compró un colmillo tallado y se lo llevó a su marido que era un jeque egipcio. He tenido clientes de todos los rincones del mundo", sostuvo.

Sus trabajos se pueden apreciar en una página de Facebook llamada "Orfebrería Ecos del Mar" y en la tienda Victoria Joyas, ubicado en O'Higgins 680 L-2A y en el local 150 del Pueblo Artesanal Los Domínicos en Santiago.

Sus trabajos fluctúan entre los 15 mil a los 200 mil pesos. "Todo depende de la cantidad de plata que use y uso buena plata", agrega con una sonrisa.

el proceso

"Una vez que encuentro las piedras las parto con una máquina lapidadora que mandé hacer. Tiene una cierra, así que corta y al otro lado pongo el esmeril y las lijas. Corto las piedras y voy descubriendo lo que tienen adentro y le doy la forma y con los esmeriles las pulo y le doy una forma", explica.

Viviana tiene su propio taller en su casa ubicada en el sector de Pedro de Valdivia de Concepción.

En cuanto al tiempo que le toma realizar cada uno de sus trabajos indica que "si me dedico solo a una pieza me demoro un día entero".

Los colmillos los pule y los pasa por varios tipos de lijas, desde la más gruesa a la más fina. Finalmente se pule con una pasta y queda con el brillo final.

Entre sus trabajos se aprecia un hueso de dinosaurio que encontró caminando por una playa de Cocholgüe.

Viviana tiene dos hijos, Bárbara (28), quien es bióloga marina y Nicolás (26), que le ayuda en sus trabajos de orfebrería. Sus dos hijos también bucean.

Viviana también fue piloto de aviones. "Mi ex marido era piloto y además de bucear volaba. A los 17 años saqué licencia de piloto tras hacer un curso, mi padre era buzo y piloto, como no tenía hijos hombres y yo era la mayor quería que yo también volara, llegué a volar un Cessna 172", finaliza. J