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Un accidente de auto lo dejó ciego, pero hoy estudia y hace charlas preventivas en escuelas

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cronica@estrellaconce.cl

Cristian Poblete llevaba una vida común y corriente hace un par de años. Trabajaba en faenas mineras, iba todos los domingos a ver al Fenix de Oro en Hualpén, se juntaba con sus amigos del pasaje Bristol y seguía a Colo Colo por todo Chile. Pero en enero de 2012 su vida dio un giro inesperado.

Tras compartir con sus amigos iba conduciendo por la Costanera, a la altura del Jumbo, cuando tuvo un accidente automovilístico que lo dejó al borde de la muerte.

"Lo último que recuerdo es que salí de la casa, luego que me iba contra de un camión", señala el hombre de 32 años.

El accidente lo dejó grave, al grado que estuvo un mes y medio en coma. Con el paso del tiempo recuperó la movilidad de su cuerpo, pero el golpe más duro fue que perdió completamente la vista.

"Yo no entendía qué pasaba, fui despertando de a poco y estaba todo vendado", contó el estudiante de la Universidad Santo Tomás, quien recuerda que "quería gritar, caminar, me sacaba la endovenosa y las vendas. Era terrible".

La perdida de la visión lo dejó en el suelo.

"Mi familia y amigos se tomaron la sala de espera en el Hospital. Ellos fueron un apoyo tremendo y gracias a ellos salí adelante", reconoce.

Los avances tecnológicos también han hecho lo suyo para poder sobrellevar su nueva vida.

"Tengo un celular que verbaliza todo y en el computador me manejo con todos los comandos", revela.

Sus primeros pasos

Después de recuperarse de las múltiples fracturas que tuvo en su mandíbula y brazos, venía lo más difícil: moverse sin poder ver.

"Estaba como los bebés, porque solo llegaba a la puerta de mi casa", recuerda y agrega que "todos se peleaban para salir conmigo. Necesitaba de mis cercanos y nunca me fallaron".

El hualpenino reconoce que "quería ir a la cancha, al estadio, a comerme un mariscal al mercado, lo que sea. Por eso me hice la idea que no podía echarme a morir con lo que pasó".

Esas ganas, junto a la terapia a cargo de la Corporación de Ayuda al Limitado Visual (Coalivi), hicieron que hoy pueda movilizarse solo con la ayuda de su bastón.

"Al principio fue difícil, pero no podía echarme a morir. Empecé a trabajar a los 16 años y siempre aspiré a cosas grandes. Esto no me la podía ganar", dice.

"La gente se sorprende cuando me ve. Voy al estadio, a la disco y viajo. No poder ver ya no es una limitante para mí", revela el hincha del Colo.

Independiente de sus limitaciones visuales, no dejó de lado su fanatismo por el club popular.

"Estuve a punto de ir al clásico, pero por compromisos no pude asistir. La última vez que vinieron me recibieron y tengo fotos con los jugadores, incluso el Coto Sierra me invitó a un entrenamiento", cuenta con alegría.

Estudiante

Cristián Poblete está a meses de titularse de Técnico en Trabajo Social del Insituto Santo Tomás, solo le falta la práctica profesional, lo que lo tiene muy contento.

Su motivación por estudiar surgió cuando conoció a un profesor de computación de Coalivi, quien es ciego.

"Pensé que era talla cuando me dijeron que el profe Raúl era ciego. Ahí me di cuenta que existía una posibilidad de estudiar y un sicólogo me ayudó a escoger la carrera", cuenta Cristián.

Es un buen alumno, tiene excelentes notas y según él "se debe a la colaboración de los profesores y las compañeras".

"Siempre estoy rodeado de compañeras, parezco el sultán", bromea.

"Me siento en el primer puesto y grabo las clases. Los profesores me describen las imágenes o a veces ocupan mi espalda como pizarra, así puedo entender lo que están enseñando", dijo para explicar cómo se desenvuelve en su sala de clases.

Cuando empezó a estudiar le dijeron que la exigencia sería igual que a todos, por lo que reconoce que se esfuerza al máximo para ser un buen alumno.

Expositor

Aprovechando su experiencia y su historia de tremenda superación, Cristián realiza charlas de variados temas.

"Cuando yo choqué, cometí el gran error de haber bebido antes. Ahora hago charlas con el Senda en colegios y liceos de Hualpén, para advertirle a los niños del riesgo que se corre", comenta.

Junto con las exposiciones anteriores, también dicta charlas motivacionales y de inclusión.

"Me pongo como ejemplo. Si yo pude superar algo tan grave, cualquiera puede hacerlo", indica.

"Es un gran avance que se mejore la infraestructura, pero lo más importante es generar un cambio cultural en las personas. Se tienen que sensibilizar", señala Poblete

"Cambiando el corazón, se logra que cambien sus pensamientos y su forma de actuar", asegura.

Al igual quemucha gente, tiene un sueños.

"Espero ser papá, casarme y formar una familia", reconoce. J