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Conozca la ruta penquista de los terremotos que alegran la eterna fiesta de los guachacas

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Los guachacas se definen como chilenos "humildes, cariñosos y republicanos". En materia etílica aseguran que les viene el pisqueli y que no le hacen asco a una pilsen o una maltita con huevo matinal. Eso sí, en la que bien podría ser su acta fundacional, aseguran que les agrada la orientadora cordillera y que festejan cada pedazo de este suelo con los llamados terremotos, el copete que por sobre cualquier otro los define y les da identidad popular.

Dióscoro Rojas, mentor de los Guachacas, sostuvo que "han surgido caleta de historias, unos dicen que nació en Cartagena, otros en San Antonio. Hace unos 15 años nadie lo conocía y nosotros, desde La Piojera, le comenzamos a dar vida y alcances a este trago".

El también músico añadió que "hay una leyenda la cual dice que llegó un gringo en un verano hace años y en ese tiempo no había hielo y pidió algo fresco. Como no tenían más que pipeño, un poco de piña y fernet, se lo tomó al seco y cuando despertó dijo: ¿qué pasó? parece un terremoto", contó.

BUENOS AÑOS

Conocedores del gusto y exigencia de los parroquianos penquistas, no son pocos los locales que en la ciudad han hecho suya la idea, la han incluido en sus cartas y la han enriquecido con nuevos sabores.

"En 1974 comenzamos con parrilladas y en 1977 cuando comenzaron los femeninos y masculinos, en esos eventos se vendía ponche y luego se le agregó el helado de piña, con un marrasquino arriba y, además, se le agregaba un poco de aguardiente o ron blanco. Ahora le dicen maremoto, ya que es más fuerte que el terremoto", sostuvo Celinda Grandón, quien junto a sus dos hermanas y su madre administran hace 37 años las famosas "Parrilladas Picá de Puchacay".

La mujer añadió que "el terremoto para mí es ponche con helado de piña y granadina. La gente, no sé, le hecha vino, helado y granadina". Tras el terremoto de 2010, la preparación se convirtió en furor y luego tuvo su versión maremoto, "ese mismo que yo hacía hace varios años ya", explicó Celinda.

En la picada, la receta de preparación de un buen terremoto la tienen guardada bajo siete llaves. "Bueno, aquí hay un secreto que no te lo puedo contar", sonrió la administradora, quien comentó que existe otra preparación de maremoto, que es con ponche de durazno y helado de vainilla. "La fruta debe ser molida, para que pueda pasar por la bombilla, o si no sería un ponche solamente. Lo principal es que el vino debe ser un buen pipeño, ya que es más dulce y el filtrado es más ácido", relató.

Otro consejo que entregó es que "la granadina le da el dulzor y el tono rojizo, pero no debe quedar muy dulce", explicó.

Además, señaló que los diabéticos igual pueden disfrutar de este líquido mágico, ya que hacen ambos tragos con sacarinas.

BUEN PIPEÑO

Otro de los locales donde se puede degustar un terremoto es el mítico "Restaurant Bar Strómboli", ubicado en pleno centro penquista, y que data de 1954. En el lugar Osvaldo Arriagada, quien es el administrador, sostuvo que éste "es un trago relativamente nuevo, de los años 70 en adelante, pero no era muy conocido, se hizo famoso después del 27-F", explicó.

"Lo principal en la receta es un buen pipeño, ojalá chispeante, y se agrega un buen helado que generalmente es de piña, granadina y otros ingredientes que sólo nosotros conocemos", sostuvo.

El administrador del "Strómboli" añadió que las personas que lo han probado quedan encantadas, existiendo absoluta igualdad de género entre quienes lo consumen. "Hay ocasiones en que hay mesas llenas de mujeres tomando terremotos", puntualizó.

El valor de una caña grande de terremoto es de dos mil 200 pesos.

En lo anecdótico, Arriagada recordó que "muchas veces llegan turistas al Hotel Alborada, que está en la esquina, y hablan muy poco español y piden algunos tragos y no tienen idea de lo que están tomando. Una vez que terminan el vaso se notan que quedan un poco mareados y preguntan ¿qué es esto? y le respondemos que un terremoto. Uno de ellos me dijo ¡uy! y se comenzó a mover como si estuviera en un movimiento telúrico, hizo su gracia el turista norteamericano", contó con una sonrisa.

En Chiguayante, en tanto, un lugar donde también la llevan los terremotos es el "Tío Coco Resto Bar", ubicado en la Tierra Bella hace más de veinte años. Su administradora, Rosa Fernández, manifestó que el secreto para un buen trago es que "los productos son de buena calidad, como el vino pepino que traen desde Quiñón", manifestó. J