Carlos Paz Durán
Pudo ser la sede de Unión San Vicente, club amateur en que comenzó a jugar, o bien su casa hualpenina de calle Suiza 2968. Pero el verdadero hogar del fallecido Óscar Herrera fue El Morro, y allí el mundo del fútbol lo despedirá a contar de las 14.00 horas de hoy, para luego proceder a sus exequias en el Cementerio 2 de su querido Talcahuano.
Las fuerzas vivas del puerto dicen que será un adiós apoteósico. Como el homenaje que mereció en vida, pero que nunca llegó.
"Más vale tarde que nunca", reza el popular dicho chileno.
El estadio, que es tan histórico como el mismo "Jurel", abrirá sus puertas de manera excepcional, pues aún no ve terminadas las obras de su segunda etapa de modernización.
"Óscar merece que la comunidad lo despida allí donde lo vio jugar, donde nos regaló tantas alegrías y desde donde saltó a la selección nacional", comentó el alcalde Gastón Saavedra, una de las cientos de personas que ayer estuvo en el velatorio del ex delantero derecho, quien falleció la tarde del lunes en el Hospital Las Higueras a causa de un paro cardiorespiratorio a la edad de 56 años.
"Conversamos con su familia y le dimos a entender que dispusimos las facilidades del caso para que la despedida sea la que corresponde", agregó la autoridad en las afueras de la Iglesia Evangélica Bautista El Redentor (Finlandia 1556), donde el velatorio se prolongará hasta este mediodía, para luego efectuar una misa de responso en la misma casa de Dios.
Desde allí, el cortejo fúnebre saldrá a las 13.00 horas rumbo a El Morro.
"El féretro será llevado al centro de la cancha. A su lado habrá un estrado donde el padre Raúl Castillo realizará la misa final, y donde la familia y autoridades le entregarán sus últimas palabras", manifestó Francisco Herrera, hermano del "Jurel" y quien junto a Moisés y Fernanda estructuran la descendencia que dejó el matrimonio que formaron Óscar Herrera Jara y Ángela Hernández, ambos ya fallecidos.
"Seguramente El Morro se va a llenar. Sería la mejor despedida que podría recibir mi hermano", agregó el "Jurelillo".
Lo mismo piensa la máxima autoridad de la urbe: "Un estadio repleto de gente dándole el adiós, es la última imagen que debiéramos conservar de él", dijo Saavedra, quien de seguro dedicará algunas palabras.
Así lo hará también Edógimo Venegas, compañero de equipo de quien nació el 3 de enero de 1959 en el seno de una familia que se ganaba el sustento en la pesca.
"Mi amigo merece que pronuncie algunas ideas en su honor. Así lo hice en los funerales de Luis Leal (navalino que defendió a Chile en los Juegos Olímpicos de Helsinki, Finlandia, en 1952, y que murió el 2013 a los 83 años de edad). Nada he escrito. De seguro lo mejor será improvisar", manifestó el "Cabezón", otro de los que ayer prácticamente pasó el día en la Iglesia El Redentor, a la que en horas de la tarde llegó el plantel del Ancla para realizar una guardia de honor. Lo mismo hizo la Escuela de Fútbol de la institución.
Una foto suya vistiendo la camiseta de la Roja ubicada sobre la urna, un banderín albiazul colocado en el mismo lugar al igual que otro del municipio, el estandarte de Unión San Vicente que luce una ballena jugando con un balón, más innumerables arreglos florales y dolientes, fueron la generosa compañía que el inolvidable "Jurel" tuvo ayer en el velatorio. J
Nada de pena, únicamente alegría, como las que el "Jurel" repartió en la cancha. Ese es el llamado que los distintos estamentos del Ancla hicieron a los hinchas para despedir hoy al ídolo en El Morro. La solicitud incluye que lleven globos blancos o azules, y que vistan la camiseta del club o una prenda con alguno de esos colores. El "Cañoncito" tampoco faltará. Lo llevará Carlos Muñoz.