"Jurel" ya nada en el mar de los eternos del Ancla
Carl Paz Durán
Algunos dicen que excepto Ramón Unzaga, no hubo ninguno otro jugador como él en el puerto. Otros suman a Luis Leal, el inolvidable "Chancharra". Lo que es efectivo es que ayer Naval y Talcahuano se quedaron sin su último gran ídolo al fallecer Óscar Herrera, el querido "Jurel".
Quien de niño comenzó defendiendo a Unión San Vicente, quien en la plenitud de sus condiciones llegó a la selección chilena que peleó la clasificatoria al Mundial de España 1982, y quien a los 56 años de vida (nació el 3 de enero de 1959) laboraba como coordinador del primer equipo del Ancla, falleció a las 18.15 horas de ayer en la Urgencia del Hospital Las Higueras a causa de un paro cardiorespiratorio.
"Estaba en la casa, solo, cuando le dio el paro. Acá lo intentaron reanimar, pero fue infructuoso", señaló Francisco, uno de los tres hermanos de Herrera (los otros son Moisés, Francisco y Fernanda), y uno de los familiares que recibió las condolencias de las decenas de personas que llegaron al centro médico para unirse al dolor causado por la muerte de quien fue un veloz puntero derecho.
"Sufría de depresión. La muerte de nuestra madre, Ángela Hernández, el 25 de junio pasado, fue algo que no pudo superar", añadió Francisco, quien también fue futbolista profesional, medio en el que lo apodaron "Jurelillo".
"Papá amaba el fútbol, a Naval. Ambas cosas eran su vida, lo que más quería", indicó Óscar, quien junto a Carla y Gabriela componen la descendencia que el crack tuvo con Angélica Gómez.
Edógimo Venegas, quien fue contemporáneo del "Jurel" en el Naval de las décadas de 1970 y 1980, expresó que "se nos fue un futbolista de excepción, alguien que de un barrio humilde como San Vicente llegó a las más altas instancia de nuestro balompié: la selección chilena".
Marco Moscoso, quien fue el primer integrante del plantel albiazul en apersonarse en el Hospital Las Higueras, comentó que "lo ocurrido me tiene choqueado, pues el 'Jurel' no sólo era el coordinador del equipo sino también quien nos entregaba su sabiduría en la cancha y el camarín. Siempre andaba con la talla a flor de labios".
Luis "Pelé" Araya, quien vistiendo la camiseta de Deportes Concepción enfrentó numerosas veces a Herrera, recalcó que "mi amigo vistió una única camiseta en el fútbol rentado, y fue la de Naval. Eso y sus condiciones técnicas y humanas lo hicieron un ídolo inolvidable". J
En la misma iglesia hualpenina donde en junio velaron los restos de su madre (Ángela Hernández), Óscar Herrera está siendo despedido por la comunidad. Las puertas del Templo Bautista el Redentor (Finlandia 1556) se abrieron anoche y permacenerán así hasta los funerales de mañana, aún sin lugar ni hora confirmada por la familia.