N. Espinoza / L. Riquelme
La amplia difusión que tienen los casos no ha mermado el ímpetu de los delincuentes, que siguen buscando fórmulas para cometer estafas telefónicas. Según los antecedentes proporcionados por la PDI, entre enero y agosto las denuncias por "Cuento del Tío" llegaron a 745, 17% más que las recibidas durante todo el año anterior, cuando se cursaron 635.
Las denuncias registradas este año más que duplican las estampadas durante 2013, que fueron 333 en todo el país. En ese lapso, además, se ha verificado un cambio en la manera en que el delincuente suele actuar, porque hoy sus llamadas no son para informar un supuesto accidente o problema legal que involucre a un familiar, sino para amenazar con un presunto secuestro de alguna persona cercana.
El comisario Roberto Villarroel, de la Jefatura de Delitos Económicos de la PDI, llamó a la comunidad a denunciar estos intentos de timo, recordando además que los secuestros son estadísticamente muy escasos en el país.
El oficial recomendó no cortar inmediatamente las llamadas, sino que seguir hablando, acercarse a otro familiar, escribirle un mensaje solicitándole que llame a la persona supuestamente raptada para corroborar que esté bien. Tras ello, aconsejó contactarse con la policía y denunciar.
Los policías afirman que este tipo de delincuentes suele atacar a personas de alto poder adquisitivo, pero también extraña que muchos de ellos caigan, considerando que generalmente tienen mayores niveles educacionales y acceso a información.
La directora de Psicología de la U. San Sebastián, Solange Bertrand, afirma que este tipo de engaños tiene "una mayor posibilidad de éxito en personas más vulnerables, niños, adolescentes y adultos mayores". "Independiente del nivel social, las personas que cometen estos ilícitos buscan un grupo objetivo que tengan las posibilidades de contar con los recurso necesarios para acceder a los requerimientos". J