Las múltiples facetas del músico que acompaña a Nancho Parra y que ayuda a reponer la luz
Gonzalo Cifuentes Uribe
Al apagarse las luces del escenario, se encienden las de los postes para Leonardo Pérez, el músico que acompaña al humorista local Nancho Parra. Y es que Pérez también trabaja para la Compañía General de Electricidad (CGE). "Nos preocupamos de las emergencias. Soy uno de los que arregla la luz cuando hay alguna falla", explica.
Por lo anterior, ha participado en la reposición del servicio en situaciones críticas, como el aluvión en Copiapó y el terremoto del 22 de septiembre, en la Región de Coquimbo.
"Avanzamos rápido en Coquimbo, en cuatro días tenía el 98% de la ciudad con luz", señaló el también integrante de la banda Santa Luna.
Al igual que a cientos de personas, el terremoto del 27- F le cambió la vida. Leonardo tenía un negocio de comida en Asmar, el que fue destruido por el tsunami que azotó Talcahuano.
"En mi inocencia e ingenuidad fui a ver si podía rescatar algo. Ni las vigas encontré", relata.
Bajo ese contexto, y por el impedimento para realizar eventos junto a Nancho Parra, decidió buscar otro rumbo y entró a la CGE. "Al principio entré de chofer en la compañía y orientaba a los que no conocían Concepción para que lleguen a los lugares", recordó, y rió al decir que "en ese tiempo con suerte sabía cambiar la ampolleta de la casa".
Con el paso del tiempo fue aprendiendo sobre electricidad y hoy está a cargo de una brigada de emergencia.
No todo es humor
Al estar presente en catástrofes, el músico, de 38 años, ha visto el sufrimiento de la gente en primera persona. "En Copiapó no había agua después del aluvión y nosotros teníamos para consumo personal, pero era imposible no dársela a un niño que miraba con cara de angustia", señaló.
En el norte, vivió además la experiencia más fuerte de su vida. "Estábamos limpiando el lugar para ponernos a trabajar y entre el barro encontramos un bebé muerto", recordó con tristeza, imagen que no ha podido olvidar.
A pesar de tener un trabajo en la CGE, Leonardo Pérez sigue ligado a su pasión por la música.
"Mientras le avise las fechas con anticipación, mi jefe no se hace problema con que viaje junto a Nancho Parra", admitió.
También reconoció que tiene una muy buena relación con su jefe y que trata de llevarle algún recuerdo de los lugares que visita en su faceta artística. "Es una forma de agradecer la libertad que me da para viajar", reveló.
A la hora de hablar de presentaciones, es imposible no recordar su paso por Viña del Mar. "Realmente es el festival de los festivales", comentó, agregando que "nos teníamos una fe tremenda para esa ocasión. La rutina la teníamos trabajada de hace mucho tiempo y calculamos que los primeros tres minutos eran clave".
El paso triunfal por Viña y la posterior presentación en el Festival de Olmué, hicieron que sea conocido. "A veces estoy arriba de los postes y la gente me dice que me encuentra cara conocido. Cuando les digo quién soy, creen que es una cámara indiscreta", confesó riendo.
Fuera del trabajo
Casado desde hace nueve años y padre de una niña de 8, Leo Pérez reconoce que es muy apegado a su familia. "Cuando estoy fuera trato de comunicarme lo máximo posible con mi familia, sobre todo si es en una emergencia", señaló.
"A mi hija le gustan las videollamadas. Cuando estaba en Coquimbo utilizaba ese método para hablarles", comentó.
Debido a las obligaciones del trabajo, no pudo estar presente en el cumpleaños de ella.
"Mi hija cumplió el 20 y yo estaba en el norte. Fue extraño porque nunca me había perdido uno, pero a ella se le olvidó con la celebración".
El fanatismo por la música lo comparte con el deporte, específicamente el fútbol. "Soy colocolino de corazón", reconoció.
Los fines de semana, se viste de corto y asume la responsabilidad de pararse bajo los tres palos.
"Soy arquero en el Olimpia de Gaete", dijo, y reconoció que el equipo no pasa por su mejor momento deportivo.
"Los jugadores de la serie están un poco pasados de peso, así es difícil ganar", declaró entre risas.
Leo recuerda que llegó al club porque cuando pequeño lo llevo su abuelo.
A sus 38 años, reconoce que no le molesta estar a la sombra de su compañero de trabajo y amigo Nancho Parra, todo lo contrario, prefiere estar lejos de las cámaras y realizar su trabajo sin mucha bulla.
"En una gira nos presentaban como Nancho y Leo, pero le dije que mejor digan Nancho Parra solamente", contó.
Leo tiene una estrecha relación con el humorista, al punto que lo eligió como padrino de su hija.
Tras 15 años juntos, no sólo divierte, sino que también se esfuerza para recuperar la normalidad tras las tragedias. J
"Era imposible
no darle una
botella con agua
a un niño que te
miraba con cara
de agustia".
Leonardo Pérez,