Pescadores la sufren para parar la olla durante veda
Gonzalo Cifuentes Uribe
Septiembre es el mes crítico para la pesca artesanal. Las vedas impuestas para la reproducción de las especies impiden la extracción y comercialización de ciertos recursos marinos, razón por la que los trabajadores se ven obligados a detener la labor que lleva el sustento a cientos de familias.
A lo largo del año, los pescadores de Coliumo extraen principalmente merluza, la cual se encuentra en veda desde el 1 de septiembre. "Estamos parados totalmente", señaló Rolando Andrade. Para ejemplificar el difícil periodo, el pescador de la zona tomecina admitió que "en agosto, el 100 por ciento de lo que pesqué fue merluza. Imagínate la situación". "No hay trabajo por este mes, pero uno sigue teniendo los mismos gastos de siempre", añadió preocupado.
Andrade es casado y tiene una hija en la universidad, por lo que debe ajustar su presupuesto. "La veda no es algo nuevo, por lo que uno debe prepararse para la situación. Hay que gastar lo menos posible y ojalá no enfermarse", señaló.
Otro pescador de la zona dijo que "yo veo una luz prendida y la apago enseguida. Los niños no saben el valor de las cosas y uno debe ser cauteloso en ese sentido".
Durante el mes, los pescadores se esmeran en mejorar sus herramientas de trabajo para octubre, por lo que pasan el tiempo arreglando sus botes y mejorando sus mallas.
A pesar de la difícil situación, Andrade reconoce de todas maneras que es necesario el cese temporal de las actividades.
"Si no dejamos que se reproduzcan, llegará el momento en que no habrá qué pescar. Es mejor parar un poco que terminar con toda la especie y quedar sin pega definitivamente", aclaró el pescador.
Producto de la veda, sólo salen al mar una vez a la semana en busca de alguna otra especie que les permita parar la olla.
Factor climático
Pero no sólo la veda es un factor que hace de septiembre un mes difícil para la pesca artesanal.
En Lebu, según explica el pescador Jorge Valenzuela, el clima hace que los peces emigren de la zona sur de la provincia y se reduzcan sus posibilidades de extracción. "En septiembre es muy malo el trabajo. Lo único que se encuentra en esta fecha es jibia", dijo, agregando que "en este mes se se puede trabajar, con suerte, una o dos veces a la semana solamente".
Para paliar en algo la delicada situación económica, el Gobierno entrega un bono producto de la veda, que busca ayudar a los trabajadores que se ven imposibilitados de realizar sus labores cotidianas. "Por la veda de la sardina se entregó un bono de apenas 200 mil pesos", advirtió Hernán Cortés, presidente de la Federación Nacional de Sindicatos de Pescadores Artesanales (Fenaspar). Cortés sostiene que el monto ofrecido es insuficiente porque no compensa la inactividad a la que se ven sujetos los trabajadores.
Según contó, las pérdidas en el periodo alcanzan los nueve millones de pesos, por lo que interpondrá un recurso de protección en contra del subsecretario de Pesca, Raúl Súnico.
El dirigente sostiene que el gobierno está incumpliendo un artículo de la Ley de Pesca que garantiza la compensación por lo que dejan de percibir durante la paralización. J
En la pesca, el periodo de veda se aplica para proteger la especie, a través de medidas que prohíban su extracción y comercialización, por la cual se han realizado diversas campañas. La protección busca que no se capturen especies que estén en crecimiento, por lo que la veda está directamente relacionada con la talla de ella. Septiembre es el mes escogido, porque es cuando los peces sueltan sus huevos en el mar, lo que se conoce como desove.