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Nos sometimos al duro y difícil entrenamiento deportivo del "Hombre más fuerte de Chile"

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Karen Loreto Retamal

No voy a mentir. Jamás he sido deportista, sólo he tenido intentos fallidos por mover mi cuerpo: optativo de básquetbol en la universidad; trote suave (un mes, con suerte me las di de runner); pago de tres meses de gimnasio (fui dos semanas); reto de la plancha en 30 días (hice con suerte 10 jornadas) y tratar de seguir la rutina Insanity (una vez, el dolor de cabeza me mató). Pero curiosamente este septiembre me entró la necesidad ridícula de mejorar mi cuerpo. Mi mamá me hace jugos naturales a base de espinaca, apio, manzana, kiwi y zanahoria y empecé a bajar las escaleras de diario. Pero mi meta más "heavy" fue desafiar al hombre más fuerte de Chile, el santajuanino y campeón panamericano de Powerlifting Nicholas Pezo, a seguir su duro entrenamiento y quizás ostentar el título de la mujer más fuerte del país (sí, claro).

Para un mortal sedentario como yo suena arriesgado. De todas maneras se lo propuse y el miércoles 16 de septiembre nos reunimos en el gimnasio Sportlife del edificio Centro Plaza de Concepción.

logro no desbloqueado

Si hablamos de un perfil, ya estaba en desventaja. Basta preguntarle a Nicholas cuáles son sus logros: "Campeón nacional desde el 2012; Campeón internacional 2013,2014 y 2015; Campeón Sudamericano 2014 y 2015; Campeón Panamericano 2015 y, por supuesto, el "Hombre más fuerte de Chile" el 2013, 2014 y 2015", enumera. Sí, guau. Yo: periodista y licenciada en comunicación social. Fanática del trabajo, muy fanática (emoticón triste del WhatsApp).

No importa, nadie es perfecto y siempre hay que empezar de abajo. "¿Cuánto se demora un chileno promedio, como yo, en ser como tú?", le pregunto. Él responde: "Llevo en este deporte cinco años y antes de eso realicé halterofilia tres años".

Desalentador, pero me gustan los desafíos, así que el día acordado me vestí con mi mejor pinta sport, que no dista mucho de ser el buzo del fin de semana para flojear en casa. Calza, polera dry fit, zapatillas ad hoc y muchas ganas.

"¿Estás lista?", me pregunta. Obvio que sí, pero necesitaba saber cómo era la rutina. "Esto demora una hora o un poquito menos. Haremos la base, que son tres movimientos", dice de entrada mientras come un galletón lleno de energía. "Vamos a hacer sentadillas, después haremos cuatro series llegando al peso más alto", añade. Luego seguiría peso muerto y press banca. "A veces -cuenta-, no hago estos tres ejercicios diarios juntos. Los hago por separado, uno cada día, y a veces los junto porque son parte de los campeonatos", explica, mientras señala que la alimentación es importante.

"Se necesita mucho carbohidrato porque el ejercicio es muy extenuante y son de corta duración, por lo que se necesita mucha energía", señala. Auch, sólo alcancé a tomar un litro de jugo de verduras.

Se ve simple, pensé. Comenzamos con el calentamiento. Regla número uno de quienes empiezan a ejercitar su cuerpo: éste tiene que estar listo para la foto antes de darle duro o, si no, el lesionarse sería simple.

El primer ejercicio no fue tan fácil. Parada con los pies juntos, me fue difícil poder bajar mi cuerpo y tocar el suelo con las manos. Logro no desbloqueado. Pero con las piernas un poco más abiertas, toqué el suelo. ¿Dolor? Sí. Inténtelo en casa y me creerá. Luego, el hacer sentadillas sin despegar los pies del suelo no es fácil. Puede hacerlo, pero igual mi cuerpo (o el exceso de peso) casi me mandan de espalda el loro. Eso no mermó mis ganas de hacer lo mismo que Nicholas, quien me confiesa que el peso máximo que ha logrado levantar son 300 kilos. Por mi parte, no sé… nunca calculo cuánto pesan las bolsas del supermercado.

poderosa

El primer ejercicio es la sentadilla. Éste consiste en levantar una barra, que por sí sola pesa 20 kilos y así sucesivamente se le aumenta el peso. Partí sólo con los 20. ¿Cómo lo hice? La barra se toma con las manos y luego, como está colocada sobre un soporte, te agachas, pasas bajo ella y dejas la barra en tus hombros. Con esos 20 kilitos en la espalda, avanzas dos pasos hacia atrás, te agachas, aprietas los abdominales y sacas el trasero (apretadito también). La idea es levantar esa barra un par de veces. Pan comido. Vamos por más.

Nicholas, con una facilidad, agarra los discos como si fueran de plumavit. Mientras me deja descansar, él levanta 120 kilos como si nada. Tras el respiro, me sube la cuota a 30 kilos y fracción. ¿Pude? Claro que sí. Me sentí como Chyna de la WWF.

Todo bien hasta que me dijo: "Vamos por la marca personal". ¿De qué me hablas? Debía superar mi pobre récord, pues desgraciadamente, las mujeres que practican Powerlifting son capaces de levantar ente 80 a 120 kilos. Uy. Estaba lejos de ser forzuda.

Próximo desafío: 45 kilos. Partí más o menos, el peso se sentía terrible. Se me pasaba por la cabeza la imagen de un deportista en las Olimpiadas -de algún año que no recuerdo- que se fracturó el brazo mientras levantaba una pesa. Lo levanté, pero el peso y el miedo fueron más grandes, mi cuerpo se fue hacia atrás y si no fuera por Nicholas, habría sido un desastre de aquellos.

¿Mejor marca en sentadillas? 45 kilos, siendo generosos.

Siga intentando

En esta prueba sí me puedo jactar. Se trata del peso muerto. En este ejercicio, hay que levantar la pesa desde el suelo y subirlo hasta un poco más abajo de la cadera. Partí con 20 y aumentando la dificultad.

30, 45 y hasta 60 kilos fue lo máximo que levanté y sin dificultad. La verdad es que me empecé a creer la muerte. Estaba roja como tomate por el esfuerzo, pues como que se te sube la presión al poner el cuerpo al máximo.

"¿Puedes más?", me pregunta Nicholas. A pesar de la súper híper mega confianza en mí misma, preferí no quitarle el título de fuerza. "No, dejémoslo acá. Creo que éste es mi límite", dije. En realidad, me acordé de que mi espalda es como una torre de cartas. Una mala maniobra y se desploma.

Ahora se viene el último ejercicio. Entre tanto, Nicholas Pezo me hacía descansar, mientras él aumentaba "su" dificultad. Creo que, si no me equivoco, levantó unos 140 kilos.

La press banca consiste en estar recostada y levantar la pesa, desde la altura del esternón hacia arriba. Partimos con la misma dinámica: 20 y 30 kilos. Todo bien. ¿Autoconfianza? 1000%. "Me sorprendiste", me dijo en su momento.

Claro que la marca personal tenía que llegar en algún momento: 45 kilos. Uff sí, suena harto y de verdad que lo es. Acepté levantarlo, porque anteriormente me había matriculado con 60 kilitos. Logré sacar la pesa del soporte, la bajé hacia mi cuerpo y la alcé como si fuera Rocky, volví a bajar y ahí se quedó, presionando mi esternón. No pude y Nicholas tuvo que ayudarme a no morir aplastada, mientras la risa inundaba mi cuerpo.

"Buena rutina", me dijo Pezo. Y si bien no logré superar su marca, sí descubrí que para ser el hombre más fuerte de Chile se entrena a niveles de elite. Dos veces al día, preocupándose de no descuidar su rutina ni alimentación. Algo que no cualquiera puede hacer.

Me imagino que quieren saber cómo me levanté al otro día. Dolor en los hombros, brazos, piernas y glúteos, pero como publiqué en mi Facebook, es de esos dolorcitos ricos, cuando sabes que no sólo aprendiste nuevas cosas deportivas, sino que quemaste calorías, mientras que la endorfina, dopamina y serotonina (hormonas que dan esa sensación de bienestar tras el ejercicio) hicieron lo suyo: quiero seguir ejercitándome, pero no sé si quiero ser la mujer más fuerte de Chile. J

Según la Federación Chilena de Levantamiento de Pesas, el Powerlifting es "el levantamiento de potencia o simplemente potencia (en inglés powerlifting). Es un deporte de fuerza que consiste en tres eventos: el press de banca, las sentadillas y el peso muerto (...) A diferencia de la halterofilia, donde los movimientos son desde el suelo hacia la cabeza, los movimientos del powerlifting son mucho más cortos, aunque ambos deportes requieren de mucha fuerza", explica.

"Llevo en este

deporte cinco

años y antes de

eso realicé

halterofilia tres

años".

Nicholas Pezo,

"A veces no hago

estos tres

ejercicios diarios

juntos. Los hago

por separado,

uno cada día"

Nicholas Pezo,