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La obra del Huaso Puentes está vigente a puro ñeque

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T ras los interminables meses de lluvia y frío, la llegada de septiembre siempre trae bajo el brazo las anheladas Fiestas Patrias. Con tal panorama, millones de compatriotas darán rienda suelta a extensas jornadas nocturnas a puro zapateo, choripanes con pebre, empanadas y su infaltable vinito, blanco o tinto da lo mismo para celebrar. En estos casos, la vestimenta también es algo fundamental al momento de salir a conmemorar la Primera Junta Nacional de Gobierno, y si alguien quiere lucir como un huaso mejor que lo haga como debe ser.

Las talabarterías "El Huaso Puentes", ubicadas en la Galería Rengo y Italia, son unos de los lugares clásicos del centro de Conce y ejemplos de chilenidad. En estos locales se puede encontrar la pinta perfecta para este dieciocho, con la calidad y garantía que sus más de 80 años historia le precede. Los establecimientos fueron fundados por el popular poeta y escritor penquista Enrique Puentes Gil, quien dedicó su vida a rememorar las costumbres criollas con guitarra en mano.

"Nosotros heredamos este negocio de nuestro padre. La tienda originalmente estaba también acá en Rengo. Mi abuelo tenía una sastrería, al lado estaba una suelería y al otro costado la talabartería de mi papá. Esa perduró en el tiempo porque él era un apasionado de todas estas cosas y la mantuvo. En la actualidad es el segundo dieciocho que pasamos acá", manifestó Consuelo Puentes, dueña del local e hija del fallecido payador.

Lo criollo

Dentro de los productos que hay en la talabartería, destacan todo tipo de trajes y accesorios campestres que no pueden faltar para estas fiestas. "Durante todo el año tenemos el atuendo completo para el hombre y el apero para el caballo, ya sea riendas, monturas o cincha. Respecto a la ropa tradicional del huaso, se compone de manta, camisa, chaqueta, pantalón, cinturón y zapatos. De lo original queda poco, la única tienda que tiene un vestuario de verdad es la nuestra. También armamos trajes, asesorando a las personas para que se vean como corresponde. Uno tiene que ofrecer mucha variedad, por ejemplo hay distintos tipos de ponchos según tamaño, color, clase de tintura y material", indicó la propietaria, quien cuenta con objetos casi en extinción como una manta de Castilla negra.

Uno de los elementos más solicitados por la clientela son los cinturones, que se compran bastante y no sólo para los días del tiqui tiqui ti.

"Nuestro caballito de batalla son los cinturones, porque es un artículo que circula todo el año para los jeans de los jóvenes o el pantalón de vestir de los más adultos. Además, la gente sabe que el cinturón aquí es de cuero y les va durar ocho o diez años. Las mantas de colores se ocupan bastante en esta época más primaveral, pero las personas tienden a buscar bordadas y no son así. La manta es solamente de línea, tiene que mantener sus dos campos y si la doblas por la mitad debe tener el mismo orden de la huincha", aclararon.

Si de juegos criollos se trata, tampoco se quedan atrás. En la tienda también hay varios elementos tradiciones para matar esas tardes de ocio con los amigos y una algún brebaje engañador.

"Tenemos juegos como trompos, emboques, los tejos para la rayuela y los cachos de buey para tomar chicha. Son puras cosas nuestras y típicas que poco a poco se han ido perdiendo"

Un huaso no puede existir sin uno sus accesorios característicos, porque un zapateo sin espuela no tiene brillo.

"Las espuelas son de acero inoxidable en el asta y el pihuelo, la rodaja siempre es de acero de riel de tren porque son las que suenan mejor. A veces hay gente que pide que sean totalmente de acero inoxidable, pero de esa forma pierden el sonido adecuado y por eso no se fabrican así", argumentaron.

Lo bueno dura

La calidad es un aspecto imprescindible para "El Huaso Puentes", donde saben muy bien cómo y de qué deben estar hechas las cosas a la chilena, por más muy que difícil que sea.

"Los materiales básicos que usamos para nuestros productos son de lana pura de oveja y cuero de vacuno. Aquí todo es original y no hay ningún tipo de imitación ni cosas chinas. Algunos maestros son hijos de los que tenía mi padre y básicamente heredamos sus contactos. Otras cosas se mandan a hacer y los artículos de acero son elaborados por la misma familia que trabajaba con mi papá. Mientras eso se mantenga todo bien. En el fondo es difícil porque el oficio se va perdiendo, ya que nadie quiere aprender algo que toma mucho tiempo de fabricación. Los jóvenes quieren todo rápido y además Concepción tampoco es una zona huasa", apuntaron.

Al ser consultada por las ventas, Consuelo lamenta un poco el momento económico del país, considerando que las semanas antes del dieciocho son claves para el bienestar del negocio. Durante el resto del año, es evidente que las ganancias son considerablemente más bajas, pero de todas maneras con la tradición no se transa.

"Uno siempre espera que en septiembre se desborde la gente comprando, pero como la situación es compleja las ventas son más lentas. Esta semana es la clave para nosotros. Estamos durante los doce meses del año con los mismos artículos, yo no pongo en diciembre viejitos pascueros. En este tiempo se logra casi el cien por ciento de la venta anual, entonces uno tiene que ser bien ordenada porque es complicado", admitió la jefa, quien agregó que "a pesar que aquí cuesta mucho sostener una tienda que vende prácticamente una vez al año, yo voy a tratar de mantener el negocio lo más que pueda dentro de lo posible, siempre con la misma tradición y sin comprar ropas chinas. Aquí estaremos hasta que Dios diga". J