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Un mundo para caballeros de todas las edades, pero únicamente hombres, es lo que han logrado crear dos jóvenes penquistas determinados a sacar adelante su proyecto del salón "Tijeras y Navajas", una peluquería especializada en el género masculino y en el cuidado de la barba.

Matías Neira y Pablo Romero se conocieron mientras ambos buscaban un lugar en el que les cortaran el pelo acorde con su estilo, lo que los llevó a conocer peluquerías de barrio exclusivas para varones, como la de José Ortiz en calle Serrano, uno de los lugares que les sirvió de inspiración para concretar lo que hoy ya es un salón y un verdadero club de machos.

Con 23 años, Matías Neira estudia Nutrición y piensa finalizar esa carrera, pero asegura que la barbería es su pasión, por lo que le dedica la mayor parte de su energía. "Empecé cortándole el pelo a mis amigos, y luego fui a cortarme el pelo en una peluquería tradicional de barrio, que está ubicada en Cruz con Serrano que es de don José Ortiz, y de ahí nació mi amor a lo tradicional, iba seguido y me terminó enseñando algunos tips y algunas cosas", explica.

Un amigo de Matías, que conocía a otro joven con las mismas inquietudes, decidió presentarle a Pablo. "Nos asociamos, empezamos a hacer sesiones de cortes a amigos en su departamento, que está ubicado en Tres Pascualas, hasta que se nos llenó el departamento y tuvimos que empezar a buscar un local. Dentro de ese periodo también hicimos un curso de peluquería, el que nos sirvió como base", comenta.

El crecimiento de estos jóvenes fue muy a pulso, y su principal publicidad era la recomendación. "Fue súper como a lo picada, como son la mayoría de las cosas en Concepción, del dato boca a boca", detalla.

Lo anterior fue hace unos dos años, después se trasladaron a un estudio de tatuajes de un amigo. "Ahí teníamos una pieza dónde cortábamos una vez a la semana. Nos trasladamos porque se nos hacía poco, nos fuimos a Plan B y de ahí nos vinimos a Casa Flotante -hace seis meses- aquí nos quedamos. Más adelante creo que igual tendremos que buscar otro local, pero todo ha sido súper natural y autogestionado", comenta Neira.

"Nosotros somos de una tendencia musical ideológica, que es el Hardcore Punk, y siempre nos han gustado los objetos más tradicionales, cortes enfocándonos en los años 30 ó 40", cuenta Matías sobre su estilo personal junto a su compañero.

Pero puntualiza que su peluquería nos es necesariamente Hipster. "No llama tanto la atención esa palabra en Concepción, yo creo que es un término súper centralizado en Santiago, pero aún así atendemos a mucha gente que tiene tendencia a lo más globalizado", apunta.

Lo de estos chicos, son los cortes de caballero, dicen que se inspiran en los que le veían a los abuelos en sus fotografías. "Que no rozara en la moda futbolista, que sea limpio, que se vea bien", manifiesta.

Todo este proceso ha sido bastante paulatino según afirman ambos, todo acorde con sus capacidades, las cuales se han ido puliendo por el gran número de clientes que han tenido. "Hemos sumado clientes y amigos e intentado que este espacio sea un espacio de encuentro masculino, dónde el cliente pueda venir a escuchar música, leer una revista. Que no sea una instancia a la que llegan un poco obligados, sino que sea un lugar grato y de distención", asegura Matías.

Obviamente el público al que apuntan en Tijeras y Navajas, son los varones, pero en un principio estaba visiblemente segmentado entre universitarios, porque ese era su círculo de amigos. "Con el tiempo se ha ido corriendo la voz, y hasta ahora hemos atendido de niños de dos hasta abuelos de 89 años, de todos los oficios y profesiones. Los que vienen siempre son abuelos de clientes nuestros, les llaman la atención y se siente un poco en casa, como que sienten el olor antiguo nos comentan".

Pablo Romero tiene 31 años y es el otro propietario de esta naciente empresa. Anteriormente se había dedicado a ser garzón, cajero en un restorán, y vendedor de tiendas. "No estudié ninguna carrera, pero con esto me he perfeccionado, hemos ido enriqueciendo con estudios, y sobre todo enfocándonos en las peluquerías de barrio, pretendo seguir en esto y tratar de pasar el oficio a otra persona", detalla.

Además de ofrecer cortes y perfilado de barba, en esta peluquería se preocupan de diseñar el look de la personas. "Porque el público ya tiene en su mente muchas ideas de cortes y perfilados de barba, pero desafortunadamente no todos cuentan con el pelo para que sea dócil o con la densidad de la barba y participamos en la elección del corte, también se modifica un poco", argumenta Romero, estableciendo que realmente prestan una asesoría a sus clientes.

"Muchas de las personas que vienen acá, han pasado periodos largos sin un peluquero, después de venir con una chascas horribles e irse con la barba bien perfilada con el pelo encerado, siempre vuelven por los servicios de nosotros", comenta.

"En cuanto a los cortes lo que más piden son degradé, hopos, en la barbas son los perfilados. Últimamente importamos unos productos para la barba y hacemos unas asesorías del cuidado también", establece Pablo.

Desde que comenzaron tienen un público cautivo, ambos recordando a su clientela se dan cuenta que sólo tres o cuatro personas han dejado de ir a su salón. "Hacía mucha falta un lugar así, dimos con un nicho que estaba olvidado, porque hay peluquerías de hombres, pero los jóvenes a lo mejor no sentían esa cercanía con ellos, eso lo logramos nosotros. Siempre nos enfocamos en que esta peluquería es para hombres, netamente para caballeros, ese el concepto", afirma.

Diariamente atienden a 20 personas en promedio, por lo que decidieron incorporar a su equipo a Cristofer y Felipe para brindar un buen servicio a los clientes, mejorando los tiempos de espera, ambos van rotando por día.

"Cobramos cinco mil pesos por corte, tres mil pesos sólo por barba, hay una promoción que hacemos a clientes de barba y corte a siete mil pesos", cuenta Pablo, de los precios mediante los cuales se puede acceder a este servicio que ha sido criticado positivamente hasta en el extranjero. J