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Del brillo panamericano a ídolas en su colegio fue el salto de las mellizas campeonas en el remo

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manuel.munoz@estrellaconce.cl

Ocho de la mañana y los peques de primero, segundo, tercero básico y demás niveles del Colegio de La Santísima Trinidad en San Pedro de La Paz, dejaban de lado el frío matinal y también las colorinches mochilas en sus asientos, para partir al hall principal y armar el pasillo triunfal, en un inicio de jornada distinto al que acostumbran.

Ordenaditos, pero bien bulliciosos, esperaban impacientes los escolares, con esa impaciencia de quien espera ver a un superhéroe o a ese personaje que tanto llama la atención al otro lado de la TV.

Pero acá no había capas de superhéroe ni inventos de la pantalla chica, sino que eran sus propios compañeros de colegio, de algunos cursos más arriba, quienes harían ingreso y que se llevarían todos los aplausos de esas manos pequeñitas llenas de alegría.

Las 8.15 y los cuatrillizos Alfredo, Ignacio, Antonia y Melita Abraham hacían su ingreso al recinto tras largos meses sin pisar una sala de clases, siendo interrumpidos por un aplauso espontáneo, pompones al viento, camisetas y banderas chilenas, en un cuento que nunca imaginaron vivir en su vuelta a clases.

Así fue el regreso ayer de los cuatro hermanos deportistas y seleccionados chilenos de remo, quienes volvieron al colegio luego de su exitoso paso por los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, y del Mundial Juvenil en Río de Janeiro, donde el apellido Abraham quedó más alto que nunca, en especial por parte de las mellizas, Antonia y Melita, quienes se subieron al podio en ambos torneos, colgándose la medalla de plata.

Hasta con conferencia

"Fue súper inesperado, sabíamos que nos iban a recibir porque siempre lo han hecho, pero no de esta magnitud, lo disfrutamos harto", comentó Melita, sorprendida por la bienvenida, pero feliz de la buena onda de parte del colegio y de todos quienes se hicieron presentes.

Si hasta una inesperada conferencia de prensa debieron otorgar los cuatrillizos a tres peques que participan del taller de Periodismo, y respondieron a sus inquietudes ante un gimnasio con cerca de cien estudiantes.

"¿Cómo lo hacen para remar juntas si como hermanas no se llevaban bien, tal como dicen en algunos medios?", preguntó a Melita una de las alumnas.

"Como todas las hermanas, siempre hay peleas, pero no quiere decir que nos llevemos mal, nada, desde chica que remamos juntas, llevamos seis años remando juntas y eso nos ha ayudado mucho a trabajar en equipo y es una ventaja, porque nos podemos conectar mucho mejor y ahora nos llevamos súper bien", respondió la deportista sampedrina.

A esa pregunta le siguió la consulta de otra pequeñita, esta vez para Antonia: "¿Qué sentiste cuando te diste cuente que habían llegado en segundo lugar en los Panamericanos?"

"Fue una regata súper dura, ver desde los mil metros en adelante que íbamos segundas, muy emocionadas de saber que lo podíamos lograr. Logramos mantener la distancia con las rivales, así que cuando llegamos con mi hermana lloramos de emoción, por todo el trabajo que habíamos hecho y habíamos sacrificado muchas cosas".

"¿Cómo se prepararan diariamente para alcanzar sus logros deportivos?" preguntó la tercera estudiante, ahora a Alfredo Abraham. "Esto es un trabajo de años, estos últimos meses hemos estado en concentraciones, entrenando todos juntos, todos los días, dos veces al día y gracias a eso hemos podido llegar donde estamos", dijo el muchacho mundialista juvenil, agradeciendo al colegio y los profesores por la sorpresa entregada ayer por la mañana.

Se la jugaron

Tanto compañeros como docentes y los padres de los cuatrillizos se mostraron felices por dicha actividad para recibir como se merecen a los deportistas panamericanos y mundialistas juveniles.

"Cuando supimos de su participación dijimos que como colegio tenemos que hacerle un homenaje a nuestros alumnos, comenzó a armarse esto, todo el profesorado, los alumnos, todos porque ellos son parte nuestra", dijo orgullosa la rectora del Colegio Santísima Trinidad, María Isabel Villouta, agregando que "para nosotros es una alegría, porque pudimos darle la posibilidad a estos chicos de poder hacer su camino deportivo y también su camino académico".

"Contentos de tenerlos de vuelta después de tanto tiempo, porque los veo más en los diarios y en la tele", comentó en la sala de clases Javiera Castillo, compañera y amiga de los hermanos.

"Como colegio para nosotros es súper importante, dejando en claro que como deportistas no son producto nuestro, pero sí el trabajo que se ha hecho acá fue súper unido para este homenaje, que bien merecido se lo tenían", añadió la profe jefe y de Educación Física de los cuatrillizos, Fabiola Oróstica, cerrando una jornada en medio de un Ceacheí y de música de campeones sonando de fondo en el gimnasio principal del recinto sampedrino, para dar paso al reinicio de clases en la movida y particular mañana. J