Cecilia Bastías Jerez
Con una tasa de 780 casos cada 100 mil habitantes, la provincia de Arauco es la que más número de denuncias y detección en flagrancia de violencia intrafamiliar aportó en la Región del Bío Bío, cifra que además está por sobre la media nacional de 741 casos por cada 100 mil habitantes en 2014.
"En la provincia de Arauco es un delito que no ha bajado como en el resto de la región", indicó José Miguel Ortiz, coordinador regional de Seguridad Pública, quien detalló que presumen que esto se debe en gran parte a un factor cultural. "Además ocurre que muchas veces el hombre se va a trabajar afuera y viene todo un tema de conflictos al interior de la familia que generan violencia", detalló Ortiz, quien además manifestó que la principal dificultad está en lograr que ocurra la denuncia.
Ésta, incluso, puede tardar años. Veinticinco, en el caso de María, quien fue víctima de violencia intrafamiliar durante el tiempo que duró su matrimonio. "Cuando yo tuve a mi guagua, empezó la violencia. En el pololeo no se veía nada raro, ni violencia sicológica, no se notaba que podía ser así. Principalmente era en contra mío en una o dos oportunidades con el niño", contó.
La mujer afirmó que se demoró mucho en denunciar porque lo veía como algo normal y asumía que no podría salir de ahí. "Porque yo tampoco tuve una infancia muy buena, también mi mamá fue víctima de violencia", aseguró.
"Estaba muy sola, no tenía alguien que me apoyara. Yo traté en una oportunidad de dejarlo, tenía todo planeado, pero no pude", apuntó la mujer.
"Hace un año y medio fue violento con mi mamá también y con eso yo dije hasta aquí no más. Le tiró el pelo, la empujó. Ahí recién sentí el apoyo de mi mamá y de mis hermanas", aseguró María en su testimonio, del cual afirmó esperar que otras mujeres aprendan a frenar la violencia apenas la detecten y que no deben pasar 25 años como ella.
Pese a que en sus primeros años de relación el daño físico existió, fue el maltrato psicológico lo que le dejó huellas más duras de sanar. "Caí en una depresión tremenda, yo estaba en el suelo. Pasé varios meses así, cuando llegué al lugar de acogida yo pensé que no me iban a recibir porque yo solamente lloraba, me daba un poco de vergüenza".
María, luego de denunciar fue derivada a una de los centros de acogida del Sernam, donde le brindaron el apoyo para superar esa depresión. J
"El llamado es que las víctimas y su entorno dejen de pensar que es un tema de pareja que está dentro de las cuatro paredes de la casa. La violencia no es normal, es un hecho grave y debe denunciarse", afirmó Valentina Medel, directora regional del Sernam. La región del Bío Bío está por sobre la media nacional, y según anunció Medel tendrá tres nuevas casas de acogida.