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Lorena Garrido doma las aguas del Carampangue como la única mujer guía de rafting de la zona

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karen.retamal@estrellaconce.cl

No sabe a ciencia cierta si es la única que tiene ese cargo en la Región del Bío Bío, pero sí reconoce que lo es en la Provincia de Arauco. Es que en Curanilahue, comuna distante a más de 90 kilómetros de Concepción, Lorena Garrido está certificada como la única mujer guía de rafting, deporte extremo que comanda desde el año pasado en el río Carampangue, con la empresa que montó con sus socios Claudia Cisterna y Francisco Martínez, Rafting Nahuelán Turismo Aventura.

"Soy la única acá, así que le ponemos todo el empeño, con harto amor, porque me encanta la actividad que hacemos", dice la instructora -quien es nacida y criada en estas tierras- mientras espera su turno para llevar al último grupo de pasajeros del programa de intervención especializada de Fundación Mi Casa, de la red Sename. Doce niños, más sus monitores, disfrutaron de los 8 kilómetros de recorrido.

Para muchos, cuenta, es raro verla dirigiendo una balsa. "No te deben tener mucha confianza, a veces no te dicen nada. Hay gente que quiere ir con uno y hay otros que te miran no más, como que no te tienen la confianza por ser mujer. Está esa duda y temor de: ¿Será capaz o no? Pero en el momento se dan cuenta de que me la puedo", manifiesta.

¿Ruda? "Sí poh", responde de una. "Cuando vas ahí debes serlo, porque te debes preocupar de que los pasajeros tomen las indicaciones que les das, ya que cualquier error que se cometa puede ser perjudicial para todos. Tienes que ponerte seria y ruda. Tienes que sacar actitud y harta voz, pues se grita harto durante todo el trayecto. Se da ánimo para que remen, es cansador remar aunque vengan de turistas. Hay que estarlos animando todo el rato para que no se decaigan", explica.

pura adrenalina

Lorena tiene su vida hecha, un pub en Curanilahue y una pasión por los paisajes inexplorados de su comuna. Fueron esos ingredientes los que la motivaron a unirse a Claudia y Francisco y empezar este desafío en la localidad.

Según cuenta, todo partió en una visita al río, cuando no tenían nada de nada. Se consiguieron un bote y se dedicaron a recorrer el caudal del Carampangue.

"Con el tiempo se abrieron unas bases para postular con proyectos a Innova Turismo solamente en la provincia. Veíamos que el río se estaba perdiendo y que podía tener un potencial turístico. Postulamos a Innova el año pasado y nos fue bien, pues no existe rafting en la provincia. Somos pioneros acá", relata.

Agrega que les ha costado bastante llevar a cabo el emprendimiento, pero en el poco tiempo que llevan (ocho meses) la gente ha respondido bien, sobre todo desde fuera de Chue. "Nadie es profeta en su tierra", dice entre risas Claudia. Asegura que son pocos los curanilahuinos que saben lo que ellos están haciendo, siendo los penquistas quienes más disfrutan con este deporte adrenalínico.

Con los fondos otorgados más su amor por el río, la motivación creció aun más. Por lo que, cuando se dio la posibilidad de capacitarse como guías para poder hacer rafting, no lo pensó dos veces.

"Al tiro me entusiasmé y quise hacerlo porque me creía capaz", confiesa, añadiendo que nunca antes lo había hecho, solamente había remado un par de veces por el río.

"Ser instructora es otra cosa. Para mí es una experiencia linda", resume.

Lorena se instruyó en Pucón en junio de 2014, durante un mes. De lunes a viernes eran ocho horas de río. Intenso, agotador, pero con una sensación que la impulsaba más y más.

"Estábamos todo el día, fue agotador. Es una experiencia extrema porque lo hicimos en pleno invierno, cuando nadie hace rafting. De hecho el Trancura se cierra en invierno. Imagínate la cantidad de agua que llevaba", cuenta.

De primera, fue muy difícil para ella, le dio susto, pues señala que "el río, allá, es mucho más bravo. Los rápidos son nivel 4 ó 5. Era mucho más extremo, pero igual aperrando, ya se estaba ahí. Con decirte que los rápidos son de 300 metros o más. Te caías a uno y andabas todo ese tiempo en el agua. Olas gigantes, pero después te daba gusto caerte al agua y se pierde el miedo".

REconfortante

Tras el entrenamiento, en noviembre del año pasado, con Claudia y Francisco dieron rienda a su microempresa turística. Su primera salida fue en verano, en una época que no es buena para este deporte, pues el caudal del río baja y hace que el trayecto se haga más pesado. Aun así, para ella fue una grata experiencia.

"Este río (Carampangue) los rápidos son de menor grado, es más calmo. Veníamos con el río extremo, acá era distinto. Como era nuestro debut con la empresa, dio miedo, pero era el temor de que no le pase algo a las personas que llevas, porque es una gran responsabilidad. Hay que ir a cargo de 6 ó 7 pasajeros más. De las maniobras que ejecutas en el río dependen las vidas de esas personas", explica.

Eso sí, señala que todo es muy seguro y que de por sí las personas que requieren del servicio saben que éste es un deporte extremo, que en algún momento se pegarán o tendrán uno que otro moretón o rasguño y "que tomarán agua, sin duda", añade.

"La gente sabe a lo que va. La idea es que también haya un poquito de adrenalina y susto. Es parte de la travesía", puntualiza.

Eso es lo que ha sentido la gente que ha probado el rafting. Muchos ya se han repetido el plato y otros los contactan por su página en Facebook.

"Es muy reconfortante para nosotros que la gente se vaya conforme con la actividad, con el trayecto, con el entorno. Estamos aprendiendo con las personas y que ellos te digan que se van felices, es grato. Más que te recomienden", dice.

Lorena añade que "hay harta gente que ha vuelto. La hicieron en verano, aunque esa época no es la mejor para nosotros, como ahora en invierno, que sube harto el caudal del río y eso lo hace más entretenido y adrenalínico. No se van a arrepentir, es una actividad segura. Es una vivencia muy bonita y lo mejor es que en verano haremos hidrospeed". J