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Fundación Corazón Luchador en Concepción une a las madres de niños con problemas cardíacos

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cecilia.bastias@estrellaconce.cl

Son dos mamitas jugadas al máximo por sus pequeños retoños, y sus historias le aprietan el corazón a cualquiera. Y es justamente ahí donde radica el problema, en el mal funcionamiento de este vital órgano.

Los relatos de estas dos mujeres tienen algo en común y es que pertenecen a la naciente Fundación Corazón Luchador, que por ahora busca agrupar a los padres de niños con enfermedades al corazón, los que pasan por un trauma muy grande en el que requieren de contención y orientación. Además de las grandes sumas de dinero de las que deben disponer para salvar la vida de sus pequeños.

Una de ellas, es Trinidad Soto, de 37 años. Ella trabaja en el Inacap de Talcahuano y, según comenta, le permiten llevar a su chiquitita cuando lo requiere. Su historia parte hace más de tres años, cuando esperaba el nacimiento de Consuelo, su tercera hija. "Yo supe que tenía problemas cardíacos cuando fui a la ecografía de la semana catorce. Con el paso de los meses se fueron descartando un montón de cosas del primer diagnóstico", cuenta, agregando que cuando nació le dijeron que solamente tenía un pequeño soplo al corazón.

"Quedé con dudas porque notaba que la Consuelo se ponía muy blanca o muy morada, pero todo eso surgió cuando estaba sola y como mi embarazo fue súper triste por todo este diagnóstico pensaron que yo estaba en una depresión, casi que imaginaba estas cosas", detalla Trinidad.

Después de un mes tuvo la oportunidad de llevar a su hija a un cardiólogo, el que inmediatamente la derivó a Santiago, pues la situación era de vida o muerte con Consuelo.

"Casi desahuciada se fue en ambulancia, tenía que tener dos millones 700 mil pesos y logré conseguir un préstamo. Ahí el diagnóstico empeoró y había otras cosas que no sabían. Se dieron cuenta que tenía problemas en su pulmón izquierdo, el cual colapsaba pese a estar conectada a un ventilador", cuenta esta madre, que prácticamente veía como su hija moría cada día producto de su gravedad extrema.

Después de tres meses, habiendo logrado un peso mínimo para la operación, Consuelo fue operada.

"El resultado fue excelente, de a poquito empezó a funcionar su corazón, aunque un niño cardiópata siempre tienen un corazón reparado", relata.

Actualmente la pequeña tiene tres años y dos meses, carga con una hipertensión y problemas en la tiroides. Además tiene un sistema inmune bastante débil. "Pero ellos nacen con una fortaleza distinta, cuando Consuelo quiere hacer algo, lo repite hasta que lo logra. Si nacen tratando de sobrevivir con un corazón malo", dice emocionada.

Por el problema de la desnutrición, Trinidad tuvo que alimentar a su hija con una leche que costaba 27 mil pesos el tarro, que duraba solo dos días y medio. Con el paso del tiempo ha podido comprar otras leches menos caras.

En esa constante búsqueda de apoyo, esta mujer conoció a Corazón Luchador. "Por Internet, por todas las carencias que hay en cuanto a salud, es mi interés poder saber si hay lugares dónde me puedan apoyar", plantea.

Por otro lado, la madre visualiza en esta fundación una oportunidad de aunar fuerzas. "También en poder pelear que haya un compromiso del Gobierno en la alimentación, por eso yo sigo el trabajo que van haciendo, yo creo que es súper importante que esta fundación tenga más ayuda", señala.

Trinidad Soto tiene tres hijos, la mayor de 18 años, uno de cuatro y la pequeña Consuelo, y ha tenido que salir adelante con ellos. "Emilio protege a su hermana, es un viejo chico y mi hija mayor ha sido como mi marido, es mi gran apoyo", ríe.

Por el momento el principal apoyo que ofrece la página en Facebook de Corazón Luchador es el intercambio de experiencias. "Si yo le pudiera decir algo a una mamá que está empezando con esto, es que le hagan caso al instinto materno, que no te digan: es tu depresión y te golpeen la espalda, porque eso me pasó a mí", afirma, aconsejando que nunca se queden con una sola opinión profesional.

el caso de francisca

Lily Valenzuela es mamá de Francisca Carrasco, de 14 años. Según cuenta, su embarazo fue normal, pero después de que nació su hija todo cambió. "Después de los exámenes me dice la matrona que me despida de la guagüita porque tenía el corazón malformado. Fue un golpe fuerte, nadie se espera eso, además yo tenía 18 años", afirma la madre.

Al igual que en el caso de Trinidad, la hija de Lily debió ser trasladada a Santiago. Viajó con su abuela, porque ella se tenía que recuperar de la cesárea.

A lo largo de la vida de Francisca, ha sido operada en seis ocasiones, y cada intervención Lily es capaz de enumerarla con una claridad casi más grande que cualquier cardiólogo, y actualmente su alimentación es la principal preocupación. Aunque le recetaron una leche especial, debieron acudir a otras opciones por el alto costo. "Hace como un año que conocí a este grupo, los tengo en Facebook. Me había contactado con mamás antes de Uruguay, Argentina y España. Es esperanzador hablar con otras madres que pasan por lo mismo, porque uno ve niños grandes. Siempre el primer diagnóstico es que no va a llegar al año, después, no va a llegar a los dos años y así. Y ahora va a cumplir 15", dice. J