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De lo más relajado y buena onda se les vio ayer a los jugadores de la selección de Brasil, en el reconocimiento de la cancha del estadio Ester Roa de Concepción, sin saber que estaban ante un hecho histórico: ser la primera selección en pisar el césped del remozado recinto penquista, que luce su nueva y cara y que la mostrará al continente y al mundo esta tarde, cuando pentacampeones y paraguayos se enfrenten en la última llave de los cuartos de final de Copa América.
Pelotearon un rato a eso de las 17.00 horas y estiraron las piernas, aunque era tal la calma que hasta chacotearon guiados por uno que tendrá su chance de nuevo, el astro Robinho.
El jugador del Santos se vio sonriente, y fue uno de los más chacoteros. Aunque hubo otros que no lo hicieron nada de mal, como el defensor Williams, quien hasta se las dio de fotógrafo por un par de minutos, agarró una cámara y un largo lente para ponerse tomar algunas imágenes en Collao.
Como una final
Entrando a la cancha y avizorando el partido contra los guaraníes, el DT Dunga sabe que la cosa estará difícil, más aún si no cuentan con su máxima figura, Neymar.
"Debemos aprovechar nuestras cualidades, nuestras fortalezas y luego pensar en lo que hace el rival", dijo Dunga, quien en medio de la conferencia salió con una frase para el bronce, tras una pregunta de la prensa brasileña: "creo que soy afrodescendiente de tanto que les gusta pegarme", por lo cual luego debió pedir disculpas.
El DT cree que su equipo llega bien a la definición, asegurando que "estos días fueron buenos para recuperar el equipo en lo físico y practicar ciertas posiciones", lo cual espera pueda ser factor para dar el paso a semifinal, donde ya lo espera Argentina. J