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El Kajukenbo: conozca el arte marcial hawaiiano que ayuda a hacérsela corta a los maleantes

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l Juan Fariña López

Tal y como están las cosas en la actualidad, con tanto pato malo que deambula por las calles de la ciudad a la espera de cualquier descuido para hacer de las suyas, el practicar algún arte marcial le viene bien a cualquiera para defenderse y de paso realizar un deporte. Sin embargo pese a ponerle empeño, no todo el mundo tiene cuerpos atléticos para realizar grandes proezas físicas, pero averiguando un poco sobre el tema se pueden encontrar muchas disciplinas para estar cien por ciento preparado.

El Kajukenbo, conocido también como el "Kenpo Hawaiiano", es un arte marcial híbrido nacido en la Polinesia que mezcla el Tang Soo Do, el Judo, el Jiu-jitsu, el Kenpo y el Kung Fu. Esta práctica fue diseñada con el objetivo que personas normales, con un peso y tamaño común, puedan repeler ataques inesperados en condiciones desfavorables, sin la necesidad de lanzar tremendas patadas como Bruce Lee.

los orígenes del arte

La leyenda cuenta que en 1947, campesinos filipinos que vivían en la isla de Oahu en Hawaii, cansados de los constantes abusos por parte de los soldados de la marina estadounidense, desarrollaron esta técnica de combate para hacerle frente a los yankis y además evitar ser sorprendidos por delincuentes locales.

"El Kajukenbo es un arte de defensa personal para la vida contemporánea. Es decir, no es una disciplina tradicional con los ritos y muchas formalidades, más bien es un arte práctico que se adapta y está en constante evolución para responder a las necesidades de la gente. Por sus orígenes, es ideal para personas pequeñas, ya que sus inventores tenían un volumen físico mucho menor que el de sus rivales. Cualquiera puede entrenarlo, pero hay que tener bastante tolerancia al dolor debido a que es una actividad de mucho contacto", confesó Kristov Cerda, Sifu (profesor) de Kajukenbo, quien dirige la academia Hawaiian Kenpo Ohana en Concepción hace más de cuatro años en Las Heras 1484, frente a la Plaza Condell.

el entrenamiento

Además de ser instructor de esta disciplina marcial, Kristov es un profesor de filosofía y literatura que a sus 42 años de edad lleva un poco más de una década metido en el tema. "Nos entrenamos para tener respuesta a ataques como lanzazos, estrangulamientos con o sin uso de objetos contundentes. Nosotros tenemos un itinerario con todas las posibilidades defensivas necesarias para anular muchos ataques, cosa que los alumnos puedan adaptarse y resolver diversas situaciones de riesgo cotidianas", agregó.

La cosa es clara, evitar, neutralizar y contraatacar o huir son las consignas del Kajukenbo, que a diferencia de otras disciplinas no escatima en medios para lograr el objetivo defensivo, aquí vale todo y sin llorar.

"Jamás es una seguridad que uno logre salir intacto de un combate, pero trabajamos mucho los bloqueos blandos, que consisten en desviar la energía en otra dirección. También puedes golpear en zona sensibles como los ojos y la parte genital, porque estamos hablando de situaciones de vida o muerte, pero la respuesta debe ser proporcional al ataque. Si te amenazan con un arma siempre digo que lo mejor es arrancar. Pero en caso que la situación sea inevitable, lo fundamental es intentar quitarle el objeto al agresor", indicó Cerda.

Pese a que la herramienta fundamental del Kajukenbo es el agarre con fuerza, no es necesario ser un gladiador. El entrenamiento que realizan tres veces por semana, busca desarrollar dichas aptitudes, pero hay que ser bien resistente a los porrazos.

"Lo que nosotros hacemos no exige habilidades físicas por sobre la media, somos personas comunes y no saltamos por el aire, pero entrenamos con mucho contacto. Aplicamos las técnicas con el dolor suficiente para que todos sepan cuánto daño pueden hacer y además reaccionen por sobre el umbral del dolor en caso de recibir un golpe, ya que es muy común que las personas queden en estado de shock ante una agresión", contó el profe, quien le aconseja a sus pupilos practicar otras disciplinas para complementar movimientos.

"No está mal saberse defender un poco. Particularmente las damas y los jóvenes son los que están más expuestos a sufrir abusos por parte de terceros, por lo que proporcionamos una alternativa de defensa realista y enfocada para todo tipo de personas. Los invitamos a entrenar con nosotros y conocer los beneficios del Kajukenbo en un buen ambiente con mucho compañerismo, aquí la idea es aprender a protegernos", concluyó el letrado instructor del arte de defensa hawaiano. J

"El Kajukenbo

es un arte

práctico que se

adapta y está en

constante

evolución para

responder a las

necesidades de la

gente".

Kristov Cerda